El Ministerio Público anunció la puesta en marcha de la llamada Operación Guepardo, que persigue a numerosas personas asociadas en una red de engaños a interesados en invertir en productos inmobiliarios especialmente en la región este del país.
La red operaba desde el año 2022, y no fue sino hasta el 2024 cuando fue detectada y perseguida por los investigadores del Ministerio Público.
La red de estafadores funcionaba a través de las redes sociales, y utilizaba con frecuencia WhatsApp para el envío de los datos de los supuestos proyectos que levantaban en Punta Cana. Utilizaron numerosas empresas de falsa existencia, aunque daban información de que operaban legalmente, entre ellas las empresas Novasco Real Estate SRL, Rodeca Marketing Group, RR Marketing Group y la franquicia RE/MAX One, esta última es una reconocida empresa internacional que era utilizada como fachada en República Dominicana para atraer víctimas, tanto locales como internacionales.
Las empresas operaban con falso domicilio, tenían RNC igualmente fraudulentos, y ofrecían proyectos para inversionistas en Bávaro, Punta Cana y La Romana. Ofrecían gráficos con proyectos novedosos y atractivos, y de costos moderados, esperando los desembolsos iniciales de los incautos.
De acuerdo con los datos ofrecidos por el Ministerio Público, la red ofrecía un ambicioso proyecto inmobiliario en La Romana, promocionado como un complejo de apartamentos con un diseño arquitectónico victoriano, prometiendo elegancia y una ubicación privilegiada. El supuesto proyecto incluía apartamentos de 1, 2 y 3 habitaciones, distribuidos en 15 bloques, cada uno con su propia piscina, ascensores y áreas recreativas, y una fecha de entrega para agosto de 2023.
Hasta el momento no se tiene información de la cantidad de personas estafadas, ni del monto global que los delincuentes habían recibido por los diferentes proyectos ofertados. Entre las víctimas hay dominicanos residentes en el país y en el extranjero, y muy probablemente extranjeros que fueron víctimas de Los atractivos que eran ofrecidos.
La virtualidad fue un elemento vital para los delincuentes. Luego de recibir los primeros depósitos o desembolsos para asegurar una compra ventajosa, los estafadores se invisibilizan, Nadie los había visto, nadie había tenido contacto físico con ninguno, y por tanto carecían de identidad. Los nombres ofrecidos eran falsos, al igual que las imágenes que mostraban.
Este tipo de estafa debe ser conocida para que más personas y familias o inversionistas no caigan en la trampa. Jamás, ninguna inversión inmobiliaria es posible, o puede hacerse sin que los que tienen disponible el dinero conozcan a los promotores, constructores, así como su historial, su prontuario de proyectos y la calidad de la construcción recibir.
Claro que estafas como estas destruyen los cimientos de inversiones inmobiliarias de gente trabajadora y honesta, que se dedica a proyectar su futuro en un área en la que podría sentirse seguro, precisamente porque segundas viviendas o proyectos en una zona turística representa gran seguridad de los mejores resultados.
Por eso el Ministerio Público tiene que ser firme en su investigación y en la persecución de este tipo de delitos. Los jueces que conozcan estos expedientes también tienen que ponderar el daño que estos estafadores hacen a la República Dominicana y al futuro de las inversiones inmobiliarias en el país.
Felicitamos al Ministerio Público y nos anotamos entre los que desean que haya siempre operaciones como Guepardo, para identificar y sancionar a estafadores inmobiliarios que se aprovechan de la credibilidad que el país tiene en las inversiones turísticas.