Gary Hart fue senador demócrata por el Estado de Colorado, entre 1975 y 1987, y posteriormente ascendió en su liderazgo en el partido Demócrata y para las elecciones de 1988 fue el gran competidor por la nominación presidencial frente a Walter Mondale.
Su campaña por la nominación presidencial había comenzado dos años antes, en 1986, cuando anunció que no sería más candidato a senador, pero que buscaría la nominación presidencial por su partido.
Egresado de la Universidad de Yale, con apenas 50 años, y con un carisma por encima de sus competidores, parecía que se alzaría con la nominación presidencial. Todas las encuestas le daban 20 puntos por encima de sus adversarios. El más cercano en la competencia era el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, y se daba por un hecho que lo vencería. Pero hubo un gran tropiezo.
La sociedad norteamericana era muy pacata, muy quisquillosa con los asuntos éticos y morales, y cualquier pifia de un brillante candidato se podría convertir en un gran escándalo, y así fue respeto de Gary Hart.
Se divulgó su historia y se vio que tenía varios matrimonios, y comenzó a divulgarse la idea, y se hizo fama, de que Gary Hart era un mujeriego, que tenía aventuras amorosas en abundancia.
En su más alta cota de popularidad comenzaron a circular rumores sobre una relación con una modelo de 29 años, Donna Rice. Pudo mantener precariamente su matrimonio, evitando el divorcio con su esposa, y un día citó a la modelo a su residencia. Los medios captaron imágenes del encuentro, cuando Rice salía del lugar, pero el aspirante a la Casa Blanca negó la relación y retó a los periodistas a buscar las evidencias de lo que decían. Los medios y periodistas aceptaron el reto, y el National Enquirer, un medio sensacionalista, publicó una portada la fotografía del ex senador en un yate con su amante sentada en sus piernas.
A partir de ese momento los demás medios de comunicación hicieron la tarea de difundir imágenes, con cuestionamientos, críticas mordaces y llevando al infierno al precandidato demócrata, quien se vio obligado a renunciar a sus aspiraciones presidenciales, pero lo hizo alegando “una persecución mediática”.
Fue su sepultura política y solo se le recuerda como la imagen del mentiroso y derrotado aspirante a la Casa Blanca. La banda chilena de folk-rock Sexual Democracia hizo la canción "Don’t cry, Gary Hart", una cueca cantada en inglés, que relata el escándalo que Gary protagonizó con su amante durante la Campaña Presidencial de 1988. Dicha canción aparece en el álbum Buscando Chilenos 2 (1992).
En el último libro de la saga de La Torre Oscura de Stephen King, se menciona a Gary Hart como el presidente de los Estados Unidos en un Universo Paralelo.
En la película “The Front Runner”, de 2018, dirigida por Jason Reitman y protagonizada por Hugh Jackman (quien interpreta a Gary Hart), narra la campaña presidencial del senador estadounidense, que tuvo lugar en 1988, momento en el que los medios de comunicación difundieron el escandaloso romance extramatrimonial del político.
Hoy Estados unidos está muy cambiado. El mundo también ha cambiado. Al día siguiente de la condena de un tribunal de Nueva York, al aspirante presidencial Donald Trump, por 34 cargos que lo convierten en delincuente, anuncia que las donaciones que ha recibido superan los 34 millones de dólares.
Trump fue condenado, pero tiene tres juicios pendientes, de carácter penal, en otros Estados, por varios delitos graves cometidos contra leyes como la de administración de documentos confidenciales del Estado o conspiración para cambiar los resultados electorales del 2020.
Ha sido su equipo de campaña el que informó de las donaciones luego del veredicto del jurado: “El equipo de campaña de Donald Trump informó que ha recaudado 34.8 millones de dólares (mdd) después de que un jurado en Nueva York emitiera un veredicto de culpabilidad en contra del expresidente de Estados Unidos, en un juicio donde se le imputaron 34 cargos graves relacionados con un pago a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels”.
Trump, en una rueda de prensa luego de la conocida la sentencia, dijo que la verdadera sentencia la emitirá el pueblo norteamericano el 5 de noviembre de este año, y que la dada a conocer por un jurado en Nueva York fue una vergüenza y que “El juicio fue manipulado y el juez se prestó a esa manipulación”. Y que el manipulador fue el presidente Joa Biden. Y anunció que apelará la sentencia y seguirá su campaña. De Gary Hart nadie se acuerda. Y a los electores norteamericanos parece no importarles lo que rompa Donald Trump, de sus valores, historia, ética o principios. El derrumbamiento de un imperio. Dos tercios de los votantes declararon a firmas encuestadoras que la existencia de una sentencia penal condenatoria contra Trump no significa que ellos cambien su decisión de votarle para presidente de los Estados Unidos.
