El Patronato de los Centros de Diagnósticos y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina, mejor conocido como CEDIMAT, caba de celebrar sus 25 años y con ese motivo se celebró una eucaristía en acción de gracias, con la presencia de autoridades eclesiásticas, empresarios que han brindado gran apoyo a Cedimat y funcionarios del gobierno y representantes del sector salud.

El presidente de la República, Luis Abinader, se hizo presente, acompañado de su esposa, Raquel Arbaje, y la conmemoración se convirtió en una fiesta entusiástica y cargada de emociones. El acto se realizó en el Auditorio del Centro Cardiovascular, que es un lugar amplio y cómodo.

Las familias Corripio y Bonetti, que se han destacado por su apoyo al Patronato, junto con el presidente Luis Abinader, su esposa, el ministro de Salud. Víctor Attallah, y la administradora de Cedimat, Milagros Ureña, se encargaron de acompañar, conducir y proteger a Monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, el cardenal ya en retiro, dadas sus condiciones precarias de salud, y le atendieron cuando las emociones afloraron por el cariño recibido y las menciones laudatorias que de él se hicieron en ese acto.

Conmueve, por supuesto, enterarse y ser parte de un acto en que una persona que hasta hace poco fue tan viril, frontal, duro en sus sermones, lapidarios en sus frases, se pueda ver luego con tanta fragilidad y con tan poca posibilidad de enarbolar sus banderas de combate, que siempre las tuvo izadas, cuando tenía que reprimir a sacerdotes, castigar a clérigos o sermonear a laicos que se atrevían a colocar sus pensamientos en caminos distantes de Juan Pablo II o de Nicolás López Rodríguez.

Pero esa es la vida, y la enseñanza de la historia queda siempre vigente: Los más valientes guerreros, los líderes más enérgicos, los clérigos más duros en sus batallas de fe, antes y ahora, terminan siendo endebles por el paso de los años y de la historia.

Y lo que vimos el pasado miércoles a las 10 de la mañana en Cedimat, es lo que ha ido quedando del arzobispo de Santo Domingo, cardenal metropolitano de Santo Domingo, que escogió y mantuvo como su lema la frase “Fuertes en la fe”. Eso queda del admonitorio y durísimo cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.