Hace bien la oposición política y electoral del Partido Revolucionario Moderno, con miras al proceso electoral de mayo próximo, al dejar atrás posiciones personales y resquemores distantes del pasado, para enfrentar con mayor posibilidad y mejor desempeño al candidato Luis Abinader y las posiciones altamente rentables de las candidaturas senatoriales y de diputaciones en todo el territorio nacional.
Y decimos que hace bien, porque su anuncio de la tarde de este lunes, cualquiera que sea, refleja que han pensado más tranquilamente su desempeño electoral en la pasada contienda municipal, y han concluido que su participación no fue favorecida como mínimamente esperaban del votante dominicano.
Las elecciones municipales de febrero representaron un duro golpe a la oposición, y en particular al Partido Fuerza del Pueblo, que encabeza el doctor Leonel Fernández, quien ha sido tres veces presidente de la República y aspira a una cuarta oportunidad, luego de haberse separado del Partido de la Liberación Dominicano y formado tienda aparte.
Cualquiera que sea la decisión que hayan tomado representa una cesión en su postura triunfalista, tanto del PLD, FP y PRD, en reconocimiento de la posición dominante del PRM y su candidato presidencial, Luis Abinader.
Si es una alianza más firme o el retiro de alguna de las candidaturas presidenciales, para conjugar las tres en una sola, es un gran paso de avance, y una forma de fortalecer la legitimidad del próximo gobierno.
Si el bloque opositor reduce sus aspiraciones presidenciales a un solo candidato a la presidencia de la República, tendríamos que admitir que ese anuncio debieron hacerlo hace varios meses, cuando lanzaron la alianza Rescate RD, y a cuyo anuncio no asistieron ni Leonel Fernández, presidente de Fuerza del Pueblo, ni Danilo Medina, presidente del PLD.
Una gran cosa sería que ante el anuncio que se busca hacer este lunes a las 4 de la tarde, lo menos que podría esperarse es que al mismo comparezcan ambos líderes de los dos partidos opositores con mayor fuerza electoral, que sumándose, podría alcanzar entre el 30 y el 35 por ciento. Y eso ya es una gran fortaleza, que restablece la moral de los dirigentes, militantes y simpatizantes de esas organizaciones políticas.