Faltan dos semanas para las elecciones municipales del 18 de febrero. Esas elecciones se realizarán el primer domingo de cuaresma en el calendario cristiano.
Toda elección democrática es positiva, y nos alegramos que nuestra democracia se fortalezca con candidaturas municipales que ofrezcan propuestas y den a conocer nuevos liderazgos que puedan hacer frente a los problemas de la comunidad y que se proyecten para aspirar a posiciones más encumbradas.
Notamos con preocupación que las candidaturas municipales tienen poca proyección. Que los aspirantes a posiciones municipales les resulta muy difícil levantar el ánimo de las personas para salir a promover sus aspiraciones, o para crear bultos y expresar abiertamente su apoyo.
Son pocos los casos de candidaturas municipales que concitan especial atención y que generan gran apoyo de las bases de electores. Exceptuando los casos del Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago, es una odisea para los aspirantes a posiciones municipales hacer marchas, caravanas, concentraciones.
Preocupa el poco apoyo que generan por sí mismos los aspirantes a posiciones municipales, pese a que apenas quedan dos semanas para esas elecciones.
También advertimos que los líderes políticos, los candidatos presidenciales para las elecciones de mayo próximo, se movilizan y brindan apoyos a los aspirantes municipales, para que haya las multitudes que los municipalistas no reúnen cuando hacen convocatorias.
Eso quiere decir, que el liderazgo municipal se ha debilitado, y que no genera simpatías suficientes. Las razones de ese debilitamiento hay que buscarlas en la eficacia y capacidad para resolver los temas municipales de quienes se postulan. Es probable que la mayoría de votantes no asigne ninguna relevancia a las posiciones que se votarán en las elecciones del domingo 18 de febrero.
La otra cuestión es que los candidatos presidenciales han adelantado su campaña electoral presidencial sin que se haya hecho la apertura de las presidenciales. Y esos candidatos presidenciales son una especie de “anabólicos” para las candidaturas municipales.
Habrá quien argumente que la presencia de Luis Abinader, Leonel Fernández y Abel Martínez en los diferentes municipios fortalece la elección municipales y transfiere liderazgo y apoyo a los aspirantes a posiciones electivas. Falso. El apoyo es para los candidatos presidenciales, que al mismo tiempo de promover sus propias aspiraciones, también refuerzan sus marcas políticas.
Esa relación de candidaturas municipales/candidaturas presidenciales habría que analizarla detenidamente. A quién fortalece en un proceso democrático? No lo sabemos. Tal vez los analistas, sociólogos y politólogos puedan ofrecernos una explicación fundamentada en que nuestra democracia crece y se fortalece, y los ciudadanos creen más en los procesos electorales y en los liderazgos de los municipios y del país.
Lamentablemente es muy optimista esa versión. La otra cosa es que entre los aspirantes municipales hay de todo: Violadores de niñas, delincuentes de cuello blanco, estafadores, tahures, malhechores que han abusado de los recursos públicos y gente seria, que confía y cree en la política local. La pregunta es cómo separar el grano de la paja, sin el apoyo de los líderes nacionales.
Las dudas no nos dejan conformes con esta campaña electoral, para unas votaciones el primer domingo de la cuaresma, en que tendremos que escoger a sujetos que tienen poco de cristianos, apoyados por los aspirantes presidenciales que andan en lo suyo, más que en los asuntos de los municipios.