En su programa Sin Maquillaje, del 12 de febrero, la periodista Altagracia Salazar ofreció elementos valiosos para entender el financiamiento y la insistencia de la campaña de mentiras que se lanzó la pasada semana contra comunicadores y periodistas que tradicionalmente han tenido una postura digna y valiente contra la corrupción gubernamental y privada.

Lúcido comentario el de Altagracia, porque coloca los acentos donde han debido colocarse para entender la diatriba, la virulencia, el odio y la desfachatez de tanta gente desvergonzada, que nunca se ha ocupado de defender la soberanía, la democracia, la transparencia, y tampoco ha corrido jamás ningún riesgo por opinar sobre cuestiones vinculadas con el devenir político e institucional del país. Prefieren lo fácil, recibir beneficios y vender su supuesta indignación a los encartados en procesos judiciales, pendientes de sanciones y sentencias de los diversos tribunales dominicanos. Y quien sabe si gestionan perdones y olvidos, porque algo del dinero que se robaron lo han devuelto como forma de conseguir su exclusión de los procesos que ha llevado la Procuraduría General de la República, con Miriam Germán Brito a la cabeza, y con Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho como investigadores y persecutores eficientes.

¿Qué dijo Altagracia Salazar en su comentario en Sin Maquillaje del miércoles en la mañana? Aquí lo transcribimos:

Ayer se publicó el Índice de Percepción de la Corrupción en la que, aunque lento, el país sigue registrando avances. Esos avances que para gente como uno es poco, para un grupo que sigue adolorido es un lastre difícil de superar. Para mí, pasar de 28 a 36 es poco, para el gobierno del puesto 136 al 104 es mucho, y para la oposición que gobernó en esos años oscuros es mejor ni hablar de eso.

Aunque en el informe no se diga el elemento fundamental para el avance de la República Dominicana en ese Índice (de Transparencia Internacional) está directamente vinculado a la designación de Miriam Germán Brito en la Procuraduría General de la República.

La lucha contra la corrupción no fue un tema relevante en la República Dominicana hasta la Marcha Verde. La encuesta Gallup certifica el dato.

De hecho, situaciones como la famosa sentencia de la Sunland en la que se “extraviaron” 130 millones de dólares (no se puede usar otro verbo porque la sentencia de la Suprema Corte Justicia de entonces no lo permite), no provocó ni un estornudo en la República Dominicana.

Danilo Medina preguntó hasta el ultimo día de su gobierno ¿Que dónde estaba la corrupción?, y ahí se quedaba todo.

Ustedes me dirán que ninguno de los cuatro grandes casos de corrupción ha avanzado en un sistema de justicia todavía encabezado por un ex miembro del Comité Central del PLD y es cierto, pero es la primera vez que hemos visto a hermanos de un ex presidente, a ex ministros, ex directores generales, obligados a rendir cuentas.

Aquí se ha robado tanto que se habla de la devolución de 6 mil millones de pesos por voluntad de los investigados y la gente no se sonroja.

Les voy a citar par de ejemplos:

En la operación Medusa, una empresa que se llama Abastesa devolvió 3,900 millones de pesos, un tal Carlos Guzmán, el nombre de cualquiera, devolvió 722 millones de pesos, Comercial Viarios devolvió 722 millones de pesos, Constructora Carrasquero devolvió 700 millones de pesos., mientras que Divamor, Zualiland, La Parasatta, Rogama, Ropalma y Distribuidora Ropi desembolsaron 722 millones como multas.

Del caso Calamar entre devoluciones y multas: Fernando Crisostomo entregó 1,101 millones, José Arturo Ureña entregó 500 millones, Mimilo Jiménez entregó 715 millones, Angel Lockward entregó 200 millones.

Hay demasiado dolor acumulado entre gente que se consideró intocable y a quien el Ministerio Público le llegó de la manera más certera.

(Ahora se entiende que) quienes están dispuestos a devolver más de seis mil millones por negociar su participación en actos en los que eso era una chambra… Los que no han negociado tienen dinero para muchas cosas y lo están gastando.