El gobierno decidió comenzar a ofrecer, con cautela y sigilo, información sobre la naturaleza de la reforma fiscal en proceso de elaboración por el equipo económico y de planificación de los ministerios de Hacienda y Economía y Planificación.

Hasta ahora se tiene conciencia de que el gobierno aspira a aumentar las recaudaciones en 130 mil millones de pesos más (1.7%) que los que se recaudan en la actualidad, y con los ajustes y mejoría de la administración tributaria, podría llegar hasta un 2% del Producto Interno Bruto.

El ajuste no será consensuado. No es tradición que haya consenso en el país sobre reformas fiscales o tributarias. Sin embargo, hay consenso en el gobierno sobre sus aspiraciones, que no son exageradas, y que toman en cuenta los razonamientos de economistas muy acreditados, que han dicho que con ese monto no habrá solución de ninguno de los problemas que tienen las finanzas públicas, ni solución a ninguno de los temas que esperan más recursos.

El gobierno ha establecido límites al gasto público, por vía de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que se acaba de promulgar. Los presupuestos de la mayor parte de las instituciones estatales quedarán estáticos o reducidos, y muy pocas tendrán aumentos.

Se reducirán las exenciones fiscales a sectores como el turismo, la frontera, el cine, los combustibles, la electricidad, y también se eliminará el tope de 200 dólares para compras libres de impuestos por Internet.

El propósito, adicional a la cuestión de los impuestos, será aplicar medidas duras contra la evasión fiscal. Se aplicarán duros castigos para los evasores y se les aplicará la ley que condena el levado de activos. Y por los detalles que se han ofrecido, está claro que el gobierno cuenta con informaciones de gran calado sobre el funcionamiento de ciertos sectores que evaden impuestos a la ganancia de capital, el ITBIS, el Impuesto sobre la renta y los impuestos electivos.

La tradición ha sido que cada vez que se aplica una reforma fiscal, aparecen grupos influyentes y logran beneficios particulares, porque cada quien que invierte en el país busca y consigue ventajas comparativas para aumentar los niveles de ganancia.

Ahora es cuando se anuncian, extraoficialmente, algunos detalles de la naturaleza de la reforma fiscal que se ha planeado. El presidente Abinader evitó una reforma impositiva en sus primeros cuatro años. En dos ocasiones se dieron a conocer proyectos que luego resultaron desmentidos. Luce que ahora lo que se anuncia es en serio, y que las autoridades tienen la decisión de resistir los embates que se presenten.

Esperemos que pronto el gobierno muestre por entero sus cartas.