La presidenta pro-témpore de la Red de Integración Centroamericana por la Responsabilidad Social Empresarial (Integrarse), Mariel Bera, abogó por la urgente incorporación de la gestión de riesgo en los modelos de negocios para mitigar el impacto negativo y alto costo que representan las severas sequías, inundaciones, incendios forestales, tormentas, ciclones y otros fenómenos naturales que son cada vez más frecuentes, intensos y propios de nuestra zona geográfica.
La también presidenta de la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (Ecored) afirmó que gestionar el riesgo es una manera eficiente de mitigar las consecuencias de estos eventos extremos y una forma responsable de proteger los activos de las empresas, evitando daños materiales y asegurar la continuidad operativa para la prestación de servicios a la sociedad, particularmente aquellos que son esenciales e imprescindibles para mantener y desarrollar las capacidades nacionales.
Bera se pronunció en esos términos al ofrecer las palabras de inauguración de la XI conferencia regional que realizada cada dos años la entidad internacional Integrarse, organizada por primera vez en el país por Ecored, con el apoyo de un conjunto de instituciones, efectuada este viernes en el hotel El Embajador con disertantes y panelistas locales y extranjeros.
Dijo que “nuestros países se ubican geográficamente en una zona de riesgo climático crítico y las desigualdades profundizadas por la pandemia han incrementado el grado de vulnerabilidad de las poblaciones menos favorecidas, lo que representa una de las peores amenazas que enfrentamos ante la posibilidad de poder avanzar en el desarrollo socioeconómico y ambiental de la región”.
Es por estas razones que Bera ve necesario contar con los recursos para incrementar la resiliencia, que según aseguró “es el camino responsable para seguir avanzando en la senda del desarrollo sostenible”.
Manifestó que trabajar en la gestión de riesgos de desastres ambientales es sin duda una inversión rentable, y citó datos de organismos internacionales que revelan que por cada dólar invertido en la reducción de riesgos y la prevención se pueden ahorrar hasta 15 dólares en la recuperación de un desastre.
“Por cada dólar invertido en la creación de infraestructuras resistentes a los desastres se ahorra 4 dólares en la reconstrucción”, precisó.