La República Popular China o China Continental, no solo es una de las economías más grandes del planeta Tierra, sino que también es un gigante tecnológico y manufacturero, cultural e históricamente rico, que alberga una de las maravillas del mundo moderno, la Gran Muralla.

China cerró con un producto interno bruto estimado en US$ 19.3 billones en 2023, sólo por detrás de Estados Unidos que ascendió a US$ 27.5 billones, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). En contraste, se ubica a 13,906 kilómetros de República Dominicana, una economía basada en la exportación de bienes y servicios, zonas francas y la presencia de turistas no residentes.

Fue en 2018 que República Dominicana estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China. De hecho, el exministro de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd), Juan Temístocles Montás, indicó en ese momento que “había llegado el momento de promover una alianza estratégica entre ambas naciones para diversificar el comercio y abrir un nuevo horizonte para la inversión china en el país”.

En ese entonces, la inversión sucedió en la mina de Cerro Maimón, conocida como Cormidon, que produce oro, plata y cobre. Un 23 % está a cargo de la empresa Shenzhen Zhongjing Lingnan Nonfemt. Además, SML Dominicana, una zona franca que fabrica cartón, impresos y papelería, y reportó inversión de US$ 693,220.

A cinco años de su unión diplomática, ¿Qué ha sucedido?

Para la economista Magdalena Lizardo, las relaciones de República Dominicana con China deben verse desde una visión estratégica de largo plazo, que procure asegurar el posicionamiento comercial del país en los mercados de Asia oriental, Asia meridional y el Sudeste asiático.

“China es el segundo importador mundial y es un país que ha ganado y seguirá ganando importancia desde el punto de vista económico, tecnológico y político”, explicó a ACENTO. La economista aclaró que las economías de mayor crecimiento en los próximos 20 años estarán localizadas en el continente asiático.

Desde 2018, cuando se establecieron las relaciones diplomáticas, las exportaciones dominicanas hacia China Continental han crecido significativamente, a una tasa anual promedio de 19.8 %.

En 2017, un año antes de las relaciones diplomáticas, la balanza comercial entre China y República Dominicana se situó en US$ 2,464.6 millones, para un déficit de US$ 2,293.2 millones, ya que las ventas sumaron US$ 85.7 millones y las compras US$ 2,378.9 millones.

Para 2018, las exportaciones comienzan su período de crecimiento, al pasar de US$ 92.6 millones a US$ 275.5 millones en 2019. En 2020, por la pandemia del COVID-19, las ventas internacionales cayeron un 34.2 % hasta situarse en US$ 244.1 millones.

Entre 2022 y 2023, pasó de US$ 273.6 millones a US$ 241.4 millones, para una variación negativa de 11.7 %. En términos absolutos es de US$ 32.1 millones. Sin embargo, las importaciones se sitúan sobre los US$ 2,000 millones durante el último quinquenio. Solo en 2023 alcanzaron los US$ 4,631.3 millones.

“El valor de las exportaciones dominicanas a China es todavía relativamente bajo. Sin embargo, es notable que esas exportaciones se han diversificado: hace una década, más del 90 % eran productos minerales, mientras hoy estos productos representan el 70 % de las exportaciones. A la vez, han comenzado a ser relevantes las exportaciones de tabaco y derivados, instrumentos y aparatos de óptica y de precisión, productos farmacéuticos, y plásticos y sus manufacturas”, comentó Lizardo.

Y no es para menos, estadísticas de Trademap señalan que el intercambio comercial de China con el mundo alcanzó los US$ 6,309,600 millones al cierre del 2022, un decrecimiento de 0.03 % comparado que el año anterior. Sin embargo, al comparar el 2022 con 2019, cuando el comercio ascendió a US$ 4,564,847 millones, se reporta un decrecimiento de 36.2 %.

El Centro de Exportación e inversión (ProDominicana) indicó que República Dominicana cuenta con oportunidades de mercado en el sector agrícola, con la exportación de bananos y cacao en grano; y la agroindustria como cacao en polvo, tabaco y ron; mientras que en el renglón industrial está el ferroníquel, el papel y cartón para reciclar y minerales de zinc.

La coordinadora del Observatorio Dominicano de Comercio Internacional, Magdalena Lizardo, afirmó que existe potencial para República Dominicana exportar hacia China, como bananos, azúcar, productos minerales y manufacturas como instrumentos, aparatos y dispositivos médicos, y disyuntores.

En tanto, el economista Luis Manuel Piantini dijo que los chinos están importando el tabaco realizado en República Dominicana, pero “sería interesante también que se logra que haya un mayor valor agregado en la venta del tabaco dominicano hacia China, o sea que el puro no sea solo confeccionado, entonces ese es un elemento donde podrían los chinos naturalmente hacer un esfuerzo de permitir que mayor circulación o venta de tabaco dominicano”.

“Ahora estamos en un comercio deficitario con ellos, importamos más productos de bienes chinos que exportando y eso naturalmente es así porque China tiene un nivel de desarrollo en términos industriales mucho más avanzado que el nuestro, pero de eso no quiere decir que no vayamos mejorando nuestro comercio hacia ellos y reduciendo el déficit comercial que tenemos”, acotó Piantini.

Capital chino

La presencia de los comercios chinos en las calles dominicanas se visualiza desde lejos. Debido a que se dedican a empresas de servicios como salones de belleza, tiendas de bajo costo, restaurantes y cabañas. Los flujos de inversión extranjera en China alcanzaron US$ 189,000 millones, frente a US$ 147,000 millones de la inversión china en el mundo en 2022.

La inversión china en República Dominicana acumuló US$ 57.6 millones entre 2017 y 2022, según el Banco Central (BCRD). Durante ese lapso, el 2019 fue el año de mayor capital invertido, al reportar US$ 24.1 millones. Mientras, el Centro Nacional de Zonas Francas (CNZFE), la inversión acumulada china al 2022 en zonas francas es de US$ 206.2 millones por siete empresas dedicadas a operaciones de manufactura.

Solo en el sector formal existen 1,196 empleados de origen chino cotizando en la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), siendo un salario cotizable de RD$ 19,327 mensuales a marzo del 2023. Es decir, la comunidad china representa el 0.05 % de los 2,388,143 asalariados en el sector formal a marzo del 2023, según la Tesorería de Seguridad Social. Mientras que de los extranjeros es el 3.1 % de los 37,828.

“Algo que tiene que hacer el país es comenzar a desarrollar una agroindustria fuerte, de que se ponga mayor atención a la producción agrícola que genere excedentes que permitan crear agroempresas que puedan vender a mercados cercanos y así también transportar hacia el mercado asiático, o sea que nosotros tenemos que buscar la forma de qué demandan los chinos y ver y en base a reciprocidad que existe entre las autoridades chinas y las dominicanas ver en qué se impulsa el comercio dominicano”, sostuvo el experto en economía, Luis Manuel Piantini.

De acuerdo con la economista Magdalena Lizardo, por otro lado, en adición a los intereses estratégicos en el ámbito de la economía, como es la diversificación de sus mercados de exportación, República Dominicana debe velar por lograr sus objetivos estratégicos en otros ámbitos, como son los relativos a seguridad, geopolítica y medio ambiente.

Para ello, el país debe consolidar las relaciones internacionales como instrumento de la promoción del desarrollo nacional, la convivencia pacífica, el desarrollo global, regional e insular sostenible y un orden internacional justo, en consonancia con los principios democráticos y el derecho internacional, tal como lo establece la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo.

De acuerdo con los economistas, a medida que República Dominicana continúa consolidando sus lazos con China, es esencial mantener una visión estratégica que abarque no solo el ámbito económico, sino también la seguridad, la geopolítica y la sostenibilidad ambiental.

Las relaciones con China ofrecen una oportunidad sin precedentes para diversificar y expandir los mercados de exportación dominicanos, integrando productos de mayor valor agregado que incrementen la competitividad del país. Además, es crucial fomentar una agroindustria robusta que pueda satisfacer las demandas del mercado asiático y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo económico local.