Al llegar la temporada pico de tormentas y huracanes al Caribe, las empresas deben revisar su planificación y procedimientos de continuidad comercial, a fin de aumentar su resiliencia operativa y proteger a su personal y comunidades de las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos, afirma Marsh, el corredor de seguros y asesor de riesgos líder en el mundo.
En un informe publicado en junio, el Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU. declaró que, por séptimo año consecutivo, existe un mayor riesgo de una temporada de tormentas por encima de lo normal en 2022. La NOAA pronostica un rango probable de más de 40 tormentas y de 14 a 21 tormentas con nombre este año, de las cuales, seis a diez podrían convertirse en huracanes.
Indicó que las organizaciones del Caribe deben tener planes claros y prácticos para prepararse y responder a la actividad de tormentas, para ayudar a proteger a su personal, minimizar el daño a su propiedad y reanudar las operaciones normales lo más rápido posible.
César Rodríguez, líder de Marsh Advisory en República Dominicana, comentó que “a medida que nos recuperamos de la pandemia de COVID-19, muchos países están respondiendo a numerosas crisis políticas y ambientales al mismo tiempo que intentan reactivar sus economías. La planificación efectiva es crucial: permite a las organizaciones articular una respuesta más efectiva a los desafíos que amenazan a su fuerza laboral, su productividad y la continuidad del negocio”.
Dado el impacto de la inflación y la escasez de la cadena de suministro derivada de la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania en los costos de reconstrucción, también se enfatiza la importancia de validar las sumas aseguradas para reflejar con precisión los valores reales de los activos y evitar posibles problemas de seguro insuficiente en el caso de pérdida.
Además de revisar regularmente la continuidad del negocio y los planes de contingencia de la cadena de suministro, las recomendaciones de Marsh para la preparación, respuesta y recuperación incluyen:
- Establecer protocolos de comunicación para las partes interesadas internas, los empleados, los proveedores, los clientes, los servicios de emergencia y los miembros del equipo de gestión de reclamaciones (incluidos los contactos de las aseguradoras).
- Comprender el estado de todos los activos, como edificios, vehículos, maquinaria y almacenes, y tener un inventario actualizado para establecer su valor real, en caso de que ocurra una pérdida.
- Definir las responsabilidades del equipo de respuesta y recuperación, incluida la forma de activar rápidamente el equipo.
- Desarrollar protocolos del sistema de comando de incidentes y planes de seguridad y asistencia a los empleados.
- Reforzar las instalaciones contra daños y asegure el equipo exterior.
- Seguimiento de órdenes de evacuación y plan de cierre organizado de instalaciones.
- Garantizar la disponibilidad de suministros y energía de emergencia (por ejemplo, persianas, bombas, lonas, combustible y agua).
“Los eventos climáticos extremos como huracanes, fuertes vientos, lluvias intensas e inundaciones continúan siendo una gran amenaza para las personas y las organizaciones. Para aumentar su resiliencia, se recomienda que las organizaciones realicen evaluaciones de riesgo detalladas que determinen el impacto operativo, tecnológico y financiero de estos eventos, mapeen sus pérdidas potenciales y revisen su provisión de seguros cuando corresponda”, mencionó Enrique Valdez, presidente y director ejecutivo en Marsh República Dominicana.