La implementación de una nueva reforma fiscal parece inevitable, pero su impacto recaerá principalmente en la clase media y los sectores productivos, generando inquietud en cuanto a la disminución del poder adquisitivo y la capacidad de ahorro.

La reforma fiscal no debería ser politizada, ya que su necesidad trasciende cualquier agenda partidista. Independientemente de qué partido hubiera ganado las elecciones, el gobierno de turno habría estado obligado a implementar una reforma fiscal para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y cumplir con compromisos internos y externos. El creciente déficit fiscal, la necesidad de mejorar la recaudación y la presión del servicio de la deuda son realidades económicas que exigen soluciones estructurales, y una reforma fiscal es una herramienta esencial para garantizar que el país mantenga su estabilidad macroeconómica a largo plazo. 

Uno de los aspectos más controversiales de la nueva Ley de Modernización Fiscal es que impactará de manera desproporcionada a la clase media, que ya está sobrecargada por el costo de vida y la inflación. Entre los cambios más relevantes está la creación de un nuevo tramo del Impuesto sobre la Renta (ISR) para personas físicas con ingresos mayores a RD$2.4 millones anuales, que ahora deberán pagar una tasa del 27%. Aunque este cambio solo afecta al 1% de los contribuyentes, su aplicación aumenta la carga fiscal sobre los profesionales y empleados con mayores ingresos, muchos de los cuales pertenecen a la clase media alta.

La eliminación de la deducción por gastos educativos es otro golpe significativo, especialmente para las familias que hacen esfuerzos para brindar una educación privada a sus hijos. Esta medida reduce el alivio fiscal disponible para cubrir estos costos, disminuyendo aún más el poder adquisitivo de los hogares de clase media, que ya enfrentan gastos significativos en alimentación, transporte y salud.

El Impuesto sobre la Propiedad Inmobiliaria (IPI) también verá ajustes, con un umbral exento que se mantiene en RD$5,025,380.75 para viviendas de bajo costo, pero gravando a las propiedades que superen este valor con un 1% del excedente. Este cambio afectará directamente a las familias de clase media cuyos inmuebles superen el umbral, incrementando sus pagos de IPI en un rango que podría variar entre RD$20,000 y RD$40,000 adicionales al año. Este aumento representa una carga significativa tanto para quienes ya estaban pagando IPI como para aquellos que, por el valor de sus propiedades, se encontraban exentos. Para estas familias, este ajuste disminuirá su capacidad para ahorrar o invertir, ya que una mayor porción de sus ingresos deberá destinarse al pago de impuestos inmobiliarios. 

La eliminación de la exención de impuestos para importaciones de menos de 200 dólares, que hasta ahora permitía la entrada de bienes a través de couriers sin pagar aranceles ni impuestos, es un golpe directo a la clase media dominicana. Esta medida, que brindaba un alivio importante para muchas personas, era utilizada con frecuencia para la compra de productos esenciales, incluyendo medicamentos, artículos electrónicos y productos personales, a precios más competitivos que en el mercado local. La facilidad de recibir productos del exterior sin costos adicionales permitía a muchos hogares optimizar su presupuesto, especialmente en un contexto donde el costo de la vida sigue en aumento. Con la eliminación de esta exoneración, los consumidores deberán pagar los aranceles correspondientes, lo que encarecerá significativamente las compras, afectando a quienes dependen de esta vía para acceder a productos de primera necesidad y otras mercancías esenciales.

El aumento en el impuesto de circulación vehicular, conocido comúnmente como la "revista", también impactará a la clase media. Los vehículos con más de cinco años de fabricación ahora deberán pagar RD$3,000, en lugar de los RD$1,500 anteriores, mientras que los vehículos más nuevos, con hasta cinco años de antigüedad, verán su costo duplicado de RD$3,000 a RD$6,000. Este incremento representa una carga adicional en el presupuesto de los propietarios de vehículos, quienes ya enfrentan altos costos de mantenimiento, combustible y seguros. Para muchas familias y trabajadores que dependen de su vehículo para el transporte diario, este aumento no solo reduce su capacidad de ahorro, sino que también añade presión en un momento en que los costos de vida continúan en ascenso. 

Igualmente, el sector empresarial también se verá afectado por la nueva reforma. Las personas jurídicas experimentarán un aumento de la presunción de ganancias para empresas extranjeras de transporte y seguros, de un 10% a un 15%, lo que podría desincentivar la inversión extranjera en el país. Además, se incrementará la retención sobre honorarios y comisiones del 10% al 15%, lo que aumentará los costos operativos de muchas empresas locales, especialmente aquellas que dependen de consultores externos y servicios profesionales.

Sectores clave de la economía como el turismo, el textil y el cinematográfico verán eliminadas exenciones fiscales que previamente fomentaban su crecimiento. Si bien estas medidas buscan aumentar la recaudación y eliminar privilegios fiscales, también podrían ralentizar el desarrollo de estas industrias, afectando la generación de empleo y el atractivo del país para inversiones extranjeras. 

La reforma también introduce nuevos impuestos al consumo de productos específicos. El aumento del impuesto a las bebidas alcohólicas y la introducción de un nuevo impuesto a las bebidas con azúcar añadida son ejemplos de cómo el gobierno busca desincentivar el consumo de productos nocivos para la salud, pero también representa una mayor carga para los consumidores. El impuesto a las bebidas con más de 10 gramos de azúcar por cada 100 ml, por ejemplo, aumentará el costo de refrescos y jugos, afectando especialmente a las familias que consumen estos productos con regularidad.

Otra novedad es la tributación a los servicios digitales, como plataformas de streaming y suscripciones en línea. Estos servicios, que antes estaban exentos del ITBIS, ahora se gravarán con la tasa general del 18%, lo que encarecerá el acceso a plataformas digitales que son cada vez más populares entre los dominicanos. 

El impacto de la reforma fiscal es innegable, y para mitigar sus efectos, es fundamental que estas medidas vengan acompañadas de políticas complementarias que protejan a los sectores más vulnerables. Desde nuestra columna Tu Consultorio Financiero presentamos algunas recomendaciones:

1-Aumento salarial: Dado que la reforma disminuirá el poder adquisitivo de la clase media, sería pertinente que el gobierno y el sector privado trabajen en un ajuste salarial que compense, al menos en parte, este impacto. Un incremento salarial para los trabajadores que se verán afectados por el nuevo tramo del ISR, así como para aquellos que experimentarán un aumento en sus gastos debido a la eliminación de exenciones, podría amortiguar la disminución de ingresos disponibles.

2-Incentivos a sectores productivos: Aunque se eliminan varias exenciones fiscales, es importante que el gobierno mantenga o implemente incentivos específicos para sectores clave de la economía. En lugar de exenciones generalizadas, se podrían desarrollar programas de financiamiento, innovación y desarrollo tecnológico para el turismo, la industria textil y la cinematografía, fomentando su crecimiento sostenible sin depender de privilegios fiscales.

3-Reduccir la evasión y elusión fiscal: Esto implica combatir la evasión fiscal y la informalidad. Fortalecer las capacidades de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) para identificar a los contribuyentes que operan fuera del radar fiscal podría generar ingresos adicionales sin necesidad de aumentar impuestos a los sectores ya cumplidores.

Con estos cambios, el gobierno espera recaudar RD$122,486.6 millones adicionales, lo que representa un 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Si bien el objetivo es fortalecer las finanzas públicas y reducir el déficit, el impacto en el poder adquisitivo de los ciudadanos, especialmente de la clase media, será considerable. El aumento en los costos de vida, combinado con la carga fiscal adicional, podría llevar a una reducción en el consumo, afectando la demanda interna y, por ende, la actividad económica.

La reforma fiscal propuesta por el gobierno dominicano, aunque necesaria para equilibrar las finanzas públicas, afectará principalmente a la clase media y a sectores productivos importantes. Para minimizar sus efectos negativos, será necesario implementar políticas complementarias, como un aumento salarial, incentivos específicos para sectores productivos y un enfoque más agresivo hacia la evasión y elusión fiscal.

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Tu Consultorio Financiero es una columna desarrollada por Jesús Geraldo Martínez sobre finanzas personales, para orientar a las personas con conocimientos básicos en finanzas y economía a mejorar su entendimiento. Para consultar con el autor puede escribir al correo jesusgeraldo@tuconsultoriofinanciero.com, o en Instagram @Jesusgeraldomartinez.