El ministro de Agricultura, Limber Cruz, sostuvo encuentros con el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU Dongyu, así como el ministro de Agricultura de Italia, Francesco Lollobrigida, en el marco del Foro de Inversiones de la Iniciativa Mano de la Mano.
En el encuentro pasaron revista a las estrategias que se muestran como tendencias mundiales para una gestión exitosa en materia de seguridad alimentaria.
El ministro de Agricultura agradeció el apoyo oportuno de la FAO en el ámbito de la cooperación y acompañamiento en el diseño de sistemas productivos sostenibles y de procesos de sanidad agropecuaria e inocuidad de los alimentos.
En tanto que el director general de la FAO elogió el liderazgo del Gobierno dominicano, destacando su visión de enfocarse en lo que se puede lograr, y no en los factores limitantes externos.
La reunión de trabajo con el ministro italiano Lollobrigida permitió a ambos países identificar objetivos comunes como base de un memorándum de entendimiento y colaboración, dentro de los que se destaca la alta aplicabilidad a la agricultura dominicana de los equipos y maquinarias italianas, diseñados para pequeños y medianos productores y agroindustrias.
Ambos ministros eligieron los aspectos de manejo post cosecha, procesamiento y conserva de alimentos, reducción de pérdidas post cosecha, como los elementos claves para el inicio de una colaboración entre ambos países, expandible al enfoque de la innovación tecnológica y profesionalización de la gestión de la producción y el comercio.
Mano de la mano es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dirigida y controlada por los países y basada en datos objetivos cuya finalidad es acelerar la transformación agrícola y el desarrollo rural sostenible con miras a erradicar la pobreza y poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición, dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, que da prioridad a los países con menos capacidades nacionales y apoyo internacional o que se enfrentan a mayores desafíos operacionales, en particular a crisis de origen natural o humano, de conformidad con el compromiso de las Naciones Unidas de “no dejar a nadie atrás”.