En los últimos años, República Dominicana ve la creciente tendencia de las inversiones en propiedades en lugares turísticos para ponerlas en alquiler mediante plataformas digitales. El director ejecutivo de la Asociación de Empresas Inmobiliarias (AEI), Alberto Bogaert, indicó que la oferta de propiedades de renta corta como Airbnb beneficia al mercado de bienes raíces en República Dominicana.
“Estos productos de valor y alto retorno de inversión para sus propietarios permiten un mecanismo de crecimiento, no solo en el país, sino a nivel mundial”, dijo en conversación con Acento.
El ejecutivo indicó que la renta corta se está convirtiendo en una inversión de ingreso pasivo y con el cual cada dominicano puede ampliar su patrimonio. “Además de generar plusvalía, hacemos una recomendación que cuando vayan a invertir en este tipo de producto de inmuebles para la renta corta hacerlo con un asesor inmobiliario para obtener los mejores resultados”, acotó.
La proliferación de Airbnb y plataformas digitales como Booking, “requieren” de regulaciones y el pago de impuestos en suelo dominicano. Desde inicios de abril del 2023, el ministro de Turismo, David Collado, reveló que se iniciarían los trámites para su regularización en 60 días.
Desde la parte de bienes raíces, el mayor reto que tiene el sector es seguir atrayendo a los dominicanos residentes en el exterior que buscan invertir en su tierra natal. Mientras, sobre la regulación a las plataformas de renta corta, Bogaert aseguró que están de acuerdos, debido a que fortalecerá el mercado, además de generar ingresos al Estado.
“Lo que nosotros decimos es que las autoridades tengan cuidado, porque es una de las principales herramientas de inversión de los dominicanos, pero estamos de acuerdo con que se les imponga un impuesto a la renta corta”, agregó.
En los últimos años, la tendencia pasó de adquirir una segunda vivienda para vacacionar a la adquisición de propiedades para generar ingresos. Ante esto, Bogaert indicó que las propiedades para alquiler a largo plazo las buscan las familias o parejas que desean ampliar su familia. Mientras, los de renta corta son comprados por dominicanos ausentes y jóvenes.
Sin embargo, aclaró que los constructores marcan la diferencia al momento de vender un proyecto inmobiliario.
Es decir, existen torres que son únicamente destinadas a viviendas familiares y otras para generar ingresos. Esta diferencia, según el titular de AEI, va marcada en las amenidades que busca el inquilino de renta corta.
“Los de renta corta deben tener amenidades como piscina, gimnasio, área social, además de que suelen ser ambientados para que el no residente o el dominicano pueda descansar mientras hace turismo”, dijo.
Regulación tardía
El gasto de los huéspedes (excluidos los ingresos de los anfitriones) reportó US$ 8,900 millones de dólares al producto interno bruto (PIB) y 416,000 puestos de trabajo en América Latina y el Caribe en 2021, lo que generó US$ 4,500 millones en sueldos, salarios y otros ingresos laborales en una variedad de sectores, de acuerdo con el Grupo de Airbnb.
Además, en promedio, el gasto de los huéspedes se situó en US$ 8,100 millones en 2021, pero por cada US$ 10 gastados en estancias, los huéspedes gastan alrededor de US$ 45 adicionales en otros negocios durante su viaje, como restaurantes, transporte y otras actividades.
“Si tú quieres invertir en propiedades para el alquiler de una familia tradicional por varios años y se muden a ese residencial, pues ese es otro tipo de producto porque hay mucha gente que no le interesa o no les gusta el tema de la renta corta, pero si les gusta hacer inversiones”, expresó.