Antonio Sánchez Solís
La Comisión Europea reaccionó al desorbitado encarecimiento de la electricidad con el anuncio de una "intervención de emergencia" y una reforma del mercado que llega cuando aumentan las exigencias de que el precio del gas, y la dependencia de Rusia, dejen de marcar la factura de la luz.
"Necesitamos un nuevo modelo de mercado para la electricidad, que realmente funcione y nos devuelva el equilibrio", sentenció hoy la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, al anunciar que se está preparando una "intervención de emergencia y una reforma estructural".
Las palabras de la presidenta de la CE, en un discurso en la ciudad eslovena de Bled, fueron casi paralelas al anuncio de que el próximo día nueve se celebrará en Bruselas una cumbre de los ministros de Energía para tratar la crisis energética derivada de los elevados precios.
La incertidumbre sobre la guerra de Ucrania y sobre si Rusia cortará los suministros de gas a Europa en el invierno ha disparado el precio del gas y, por ende, el de la electricidad.
Con respecto a la agenda de ese encuentro, y si se discutirá, por ejemplo, poner un límite al precio del gas, fuentes diplomáticas de la Presidencia checa de turno explicaron a Efe que "todo está sobre la mesa".
El sistema ya no funciona
En cualquier caso, Von der Leyen fue tajante al asegurar que el actual sistema ya no funciona.
"El aumento vertiginoso de los precios de la electricidad está poniendo de manifiesto, por diferentes motivos, las limitaciones de nuestro actual diseño del mercado eléctrico", dijo la diplomática alemana durante un discurso en Bled.
"Por eso, en la Comisión estamos trabajando ahora en una intervención de emergencia y una reforma estructural del mercado eléctrico", anunció.
Von der Leyen aseguró que el actual sistema fue creado "bajo circunstancias diferentes y con objetivos completamente diferentes" y que ya no se adapta a esos propósitos.
En el actual sistema marginalista, la electricidad más barata es la que se primero se suministra, mientras que las más cara, actualmente la generada por el gas, se va añadiendo para completar la demanda y es la que acaba fijando el precio de todas las demás.
El sistema, que tiene efectos positivos como fomentar la inversión en energías renovables, lleva tiempo acumulando críticas, que en los últimos días se han convertido ya en una oposición directa por parte de varios líderes, de diferente signo político, de la Unión Europea.
Alemania pide cambios
Con la electricidad hoy a más de 630 euros el megavatio/hora en Alemania, Bélgica o Dinamarca, y por encima de los 730 en Francia, Alemania, Italia o Austria, incluso el Gobierno alemán, reticente hasta ahora a tocar el sistema, ha dado un giro a su postura.
El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, aseguró este lunes en Praga que los actuales precios de la energía son "injustificados, porque los costes de generación no son tan altos" y reclamó "un cambio estructural que contribuya a que los precios bajen con rapidez".
En una rueda de prensa conjunta, su homólogo checo, el liberal Peter Fiala, recordó que, hasta hace apenas unas semanas, entre los países de la UE dominaba la oposición a intervenir los precios de la electricidad, algo que ha cambiado ante la "situación insostenible" generada por el encarecimiento de la factura.
Fiala consideró incluso posible desligar los precios de la electricidad de los precios del gas.
El jefe del Gobierno austríaco, el conservador Karl Nehammer, fue aún más lejos en sus críticas, al calificar anoche de "locura" la situación en el mercado eléctrico europeo.
"Debemos desvincular el precio de la electricidad del precio del gas, para que se acerque al coste real de la producción", reclamó el jefe de Gobierno austríaco, quien indicó que en la actual situación es el presidente ruso, Vladímir Putin, quien decide el precio que pagan los europeos por la electricidad.
Liberarse del gas ruso
Von der Leyen también se refirió a esa dependencia de los hidrocarburos rusos y la vinculó con medidas que la UE está tomando para diversificar los proveedores, con el ahorro y, sobre todo, con el desarrollo de energías renovables.
Cada kilovatio hora generado con el sol, el viento, la biomasa o el hidrógeno verde, dijo, hace a Europa menos dependiente del gas ruso.
"La mejor manera de deshacerse de los combustibles fósiles rusos es acelerar nuestra transición a las fuentes de energía verde", dijo la presidenta de la CE, quien pidió invertir en esas energías.
Al respecto, recordó que el programa RePowerEU dedicará 300.000 millones de euros a acelerar esa transición verde.
Von der Leyen aseguró que la era de la dependencia de los combustibles fósiles rusos "está llegando a su fin".
"Y con la liberación del chantaje vendrá un mayor poder para defender las reglas globales", afirmó.