El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este jueves con una leve bajada del 0,6 %, hasta 76,82 dólares el barril, lo que por el momento interrumpe tres días seguidos de subidas que sucedieron a una de las peores semanas del año.
A las 9.00 hora local de Nueva York (14.00 GMT), los contratos de futuros del WTI para entrega en enero perdían 46 centavos de dólar con respecto al cierre de la jornada previa.
También a esta hora el barril de Brent perdía un porcentaje parecido, aunque todavía se mantiene por encima de los 80 dólares por barril.
El petróleo parece así depreciarse al conocerse hoy que el Banco Central Europeo sube los tipos de interés al 2,5 %, y también lo hace el Banco de Inglaterra, hasta un 3,5 %, después de que el miércoles la Reserva Federal subiera también medio punto los tipos.
Pero el BCE ha reconocido abiertamente que la Eurozona entrará en recesión en el primer trimestre de 2023, lo que sin duda afectará a la demanda de petróleo.
Sin embargo, la Agencia Internacional de Energía advirtió ayer que no descarta un aumento del precio del crudo en 2023 debido a la tirantez del mercado global entre la oferta y la demanda, a pesar de la actual fase de caída causada por el debilitamiento de la economía mundial.
La Agencia calcula que 2022 se cerrará con una demanda global de 99,9 millones de barriles diarios, con un aumento de 2,3 millones, y que en 2023 el crecimiento será menor, de 1,7 millones de barriles diarios (mdb), hasta los 101,6 millones.
Por su parte, la OPEP divulgó el martes su último informe mensual del mercado petrolero para 2022, en el que mantiene todas sus previsiones invariables, tanto de producción como de demanda de crudo, para 2023, un ejercicio en el que prevé un crecimiento económico global del 2,5 %.