El desfile anual ayer del Orgullo LGBT induce a pasar revista a la incidencia de esa orientación sexual en nuestra industria turística. La valoración económica sería lo más importante de la evaluación, al compararse su nivel de gasto en el destino con el de la generalidad de los visitantes. Pero de igual relevancia es la prevaleciente actitud de la población anfitriona hacia este segmento del mercado, en tanto influye sobre su grado de receptividad hacia el visitante. Prescindiendo de los prejuicios homofóbicos, del análisis que Google permite deben surgir políticas específicas frente a ese blanco de mercado.
Un artículo mío de Diario Libre de septiembre 2010 enmarcó el asunto apropiadamente. “La cuestión no debe abordarse con anteojos morales ni puede ser anatema. Aunque la tradición homofóbica impera en el pais, analizar el potencial de ese segmento de mercado es un asunto de conveniencia. Esto así porque apelando a él –incluyendo las lesbianas y los transexuales—no se estaría promoviendo esa orientación sexual sino sacándole provecho a una realidad viva. Lo mismo sucedería con el turismo religioso, el étnico o el de jugadores de casino, etc. Como dicen en inglés, “business is business”.” La racionalidad mercurial se impone para aprovechar oportunidades.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT): "En los últimos años, el turismo LGBT ha experimentado un crecimiento continuo, siendo hoy ampliamente reconocido como un segmento importante y prometedor del turismo en todo el mundo. Este segmento puede ser un poderoso vehículo para el desarrollo económico, la inclusión social y la competitividad de los destinos turísticos”. Tanto la OMT como el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT) estiman que el segmento gay en el mercado turístico internacional es de un 10% de los viajeros. (CMVT estima que el segmento es responsable por un 16% del gasto global, lo cual representa cerca de US$200 billones.) Pero existen otros estimados, dependiendo de las fuentes (ver gráfico), algunos de los cuales cifran en hasta un 20% la proporción de turistas LGBT. De ahí que, si los turistas extranjeros que visitan este año nuestro destino llegan a 7 millones, habremos recibido entre 700,000 y un millón de viajeros LGBT en 2022.
ENCUESTA INTERNACIONAL SOBRE PREFERENCIA SEXUAL (IPSOS 2021)
La razón más poderosa para ponerle atención a este segmento de mercado es el hecho de que su nivel de gasto en el destino anfitrión es muy superior al promedio de los turistas. Algunos analistas afirman que representa el de los viajeros de más alto gasto. Roger Dow, el presidente de la U.S. Travel Association, dice de estos turistas que son “aventureros y gustan de nuevas experiencias. Los gays lideran y el resto los sigue. Tienen una inclinación por los viajes mucho mayor que sus contrapartes heterosexuales. Viajan más y gastan más cuando viajan. Son los favoritos de la industria de viajes cuando se trata de gastos y dólares.” En México, por ejemplo, estiman que su gasto es un 60% más alto. Un estimado grueso del ingreso para nuestro destino por concepto del turismo LGBT este año podría significar la impresionante suma de más de US$1,500 millones.
“El principal impulsor para que las personas LGBTQ + viajen, según una encuesta de 2019, es escapar del estrés. Mientras que para los viajeros heterosexuales eso podría significar un retiro rural, los viajeros LGBTQ + son más propensos a elegir las grandes ciudades como destinos, y la amabilidad es su principal preocupación. Lógicamente, es más probable que un viaje sea relajante si estás en un lugar donde la elección de salir es casi siempre un "sí"." En otras palabras, los turistas LGBT+ prefieren destinos que sean “gay friendly”, es decir, amistosos hacia gente de su orientación sexual.
El otro factor determinante es la seguridad. Una fuente reporta que “en unos 77 países, las leyes discriminatorias criminalizan las relaciones privadas consentidas entre personas del mismo sexo, por lo que pueden ser arrestadas, enjuiciadas, y encarceladas; incluso, en al menos cinco países, pueden ser condenadas a la pena de muerte”. Otra fuente dice que “la seguridad de los viajes está entrelazada con la comunidad LGBTQ. En más de 70 países, muchos populares entre los viajeros LGBTQ, la homosexualidad está criminalizada. Eso incluye 11 países en los que la muerte es el castigo impuesto a los condenados por homosexualidad y otros "crímenes" de inconformidad sexual y de género.” “Brasil es el pais que mata a más personas LGBTQIA+ en el mundo.”
Por estas situaciones de intolerancia el mercado LGBT se mueve hacia los países y destinos turísticos que tienen fama por ser amistosos y seguros. Según Wikipedia: “Los lugares, políticas, personas o instituciones amigables con los homosexuales o LGBT son aquellos que están abiertos y son acogedores para las personas homosexuales o LGBT. Por lo general, su objetivo es crear un entorno que sea de apoyo, respetuoso y sin prejuicios hacia la comunidad LGBT.” Su caracterización depende de quien la haga y, en vista de los muchos sitios web que la hacen, es imposible encontrar listados consensuados de estas mecas turísticas.
A guisa de ejemplo, sin embargo, un observador reporta los siguientes 10 paises como los más acogedores para los turistas LGBT: Canadá, Nueva Zelandia, Islandia, Grecia, Malta, Francia, Portugal, Australia, Tailandia y Argentina. Mientras, otro sitio web señala las ciudades más amigables al turismo LGBT: Amsterdam, Berlin, Brighton (RU), Guadalajara, Buenos Aires, Auckland, Gran Canaria, Milan, New York, Roma, Lisboa, Tokio y Washington, D.C. (Otro sitio web lista a Bangkok, Tel Aviv, Mykonos, Paris y Amsterdam como las capitales mundiales del turismo LGBT.) En el Caribe los lugares reputados como paraísos LGBT incluyen a St. Barts, Curazao, Puerto Rico, St. Croix, Anguilla, Aruba, Bonaire y San Martin.
En nuestro pais los destinos con la mayor reputación para acoger a los turistas LGBT son Cabarete, Sosua, Boca Chica, Puerto Plata, Punta Cana y Santo Domingo. (En El Limón de Samana incluso llegó a funcionar un resort que era exclusivamente para gays.) En términos de lo que dicen los expertos, International Travel Communications recomendó en un estudio del 2008 que Puerto Plata se enfocara en la atracción de ese segmento del mercado. Por su lado, en un estudio patrocinado por el CNC la consultora THR Barcelona, en su estudio del 2007, también recomendó lo mismo para Santo Domingo. Ningún ministro de Turismo, sin embargo, ha osado promover tal cosa.
La promoción del turismo LGBT es algo para lo cual la OMT ya tiene un Segundo Reporte Global sobre el Turismo LGBT (2017) donde se ofrecen recomendaciones de como transitar ese camino. Antes de esa publicación, sin embargo, ya habían paises y ciudades promoviéndose para captar viajeros del segmento. “En América Latina hay países muy bien posicionados para este tipo de clientes, como Brasil, Argentina y Uruguay, a los que recientemente se unieron Colombia y Ecuador y más lentamente Chile y Perú.” También algunos destinos han desarrollado Guías para Viajeros LGBT, siendo la del Canadá una de las más completas. Para nuestro pais existen varias guías de ese tipo.
Nuestro destino deberá tomar en cuenta que nuestro principal mercado emisor –los Estados Unidos—es una fuente cada vez más importante de los viajes turísticos de sus ciudadanos LGBT. “El crecimiento de la población LGBT de Estados Unidos que el grupo demoscópico Gallup informó a principios de este 2022 se refleja en los grupos raciales y étnicos más grandes de ese país. Los adultos negros no hispanos, blancos no hispanos e hispanos en los Estados Unidos tienen hoy más probabilidades de identificarse como lesbianas, gays, bisexuales, transgénero o algo distinto a heterosexual que, en 2012, cuando Gallup comenzó a medir la identificación LGBT.” De hecho, se reporta que los hispanos estadounidenses tienen mayor probabilidad de identificarse como LGBT.
Ya son 33 los paises que permiten el matrimonio igualitario, lo cual indica que hay una tendencia mundial hacia la tolerancia de la diversidad sexual. Los tiempos cambian y resulta innegable que en nuestro país la intolerancia homofóbica no es tan fuerte como antes. En eso han influido los medios de comunicación, el millón de dominicanos residentes en el exterior que nos visitan anualmente, el mismo flujo turístico extranjero y la firme militancia de los activistas LGBT. El desfile del Orgullo LGBT se ha estado celebrando en Santo Domingo por casi diez años y ya en el Centro Histórico existen áreas donde los parroquianos LGBT se congregan sin ser molestados. Pero de ahí a que el Ministerio de Turismo deba montar una campaña de promoción dirigida a ese segmento de mercado hay una distancia.
Para cualquier incumbente de ese Ministerio no parece aconsejable todavía emprender esa tarea promocional oficialmente. Lo que el MITUR podría hacer es producir acciones y herramientas que profundicen la acogida de los turistas LGBT en nuestro pueblos y ciudades. Mientras se espera que el tiempo ahonde la tolerancia en nuestro medio y nos haga más “gay friendly”, lo aconsejable es dejar que sean los actores privados del sector los que promuevan la visita de los turistas LGBT e inclusive proyectos de resorts específicos. Eventualmente, sin embargo, habremos de ponernos en el lado correcto de la historia.