Según el Banco Mundial, la brecha de género en el trabajo es mucho más amplia de lo que se pensaba. Cuando se tienen en cuenta las diferencias legales relacionadas con la violencia y el cuidado infantil, se observa que las mujeres gozan de menos de dos tercios de los derechos que tienen los hombres. Es decir, ningún país brinda igualdad de oportunidades a las mujeres, ni siquiera las economías más ricas.
El informe La mujer, la empresa y el derecho indica que la brecha de género es aún mayor en la práctica. Si bien según las leyes vigentes las mujeres, en teoría, gozan de aproximadamente dos tercios de los derechos de los hombres, los países han establecido, en promedio, menos del 40 % de los sistemas necesarios para su aplicación plena.
Por ejemplo, 98 economías han promulgado leyes que exigen que las mujeres reciban igual remuneración por trabajo de igual valor. No obstante, solo en 35 de ellas —menos de una cada cinco— se han adoptado medidas de transparencia o mecanismos de cumplimiento para abordar la brecha salarial.
Para que la aplicación de las leyes sobre igualdad de oportunidades sea efectiva, se debe contar con un marco de apoyo adecuado, que incluya mecanismos de cumplimiento sólidos, un sistema para monitorear las disparidades salariales relacionadas con el género y servicios de salud para las mujeres que sobreviven a situaciones de violencia.
“Las mujeres tienen el poder de dar un fuerte impulso a la tambaleante economía mundial”, afirmó el vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Grupo Banco Mundial, Indermit Gill.
“Sin embargo, en todo el mundo, las leyes y prácticas discriminatorias les impiden trabajar o poner en marcha negocios en igualdad de condiciones con los hombres. Si se cerrara esta brecha, el producto interno bruto mundial podría aumentar más del 20 % —es decir, básicamente se duplicaría la tasa de crecimiento mundial en la próxima década—, pero las reformas en esta área se han desacelerado de manera notoria”.
La brecha en la implementación pone de relieve cuánto trabajo queda por delante, incluso para los países que han instituido leyes sobre la igualdad de oportunidades.
En 2023, diversos Gobiernos se mostraron enérgicos en sus avances en tres categorías de reformas legales referidas a la igualdad de oportunidades: remuneración, derechos parentales y protección en el trabajo. Aun así, casi todos los países tuvieron un magro desempeño en las dos categorías que se analizaron por primera vez: el acceso al cuidado infantil y la seguridad de las mujeres.
Las mujeres también enfrentan obstáculos importantes en otras áreas. En relación con la actividad empresarial, por ejemplo, solo una de cada cinco economías exige que se apliquen criterios con perspectiva de género en los procesos de las adquisiciones públicas, lo que significa que las mujeres se ven excluidas en gran medida de una oportunidad económica cuyo valor se estima en US$ 10 billones al año.
En lo que respecta a la remuneración, las mujeres ganan solo US$ 0.77 por cada US$ 1 que se paga a los hombres. La diferencia en los derechos se extiende hasta la jubilación. En 62 economías, la edad de jubilación no es la misma para hombres y mujeres.
Estas tienden a vivir más, pero debido a que reciben una remuneración menor cuando trabajan, dejan por un tiempo el ámbito laboral cuando tienen hijos y se jubilan antes, terminan con prestaciones jubilatorias más bajas y mayor inseguridad financiera en la vejez.
“Urge más que nunca acelerar los esfuerzos para reformar las leyes y promulgar políticas públicas que empoderen a las mujeres para que puedan trabajar, crear empresas y hacerlas crecer”, señaló la autora principal del informe, Tea Trumbic.