Aunque muchas empresas han avanzando con sus agendas de diversidad, equidad e inclusión (agenda de DE&I), apenas una tercera parte de las compañías encuestadas en 6 países de Latinoamérica han implementado acciones o programas enfocados en la diversidad socioeconómica, según el informe más reciente de McKinsey & Company.
La diversidad socioeconómica en el entorno de laboral, examina por qué y cómo las empresas pueden contribuir para impulsar la inclusión de personas con variadas condiciones socioeconómicas en el trabajo.
El estudio realizado en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá y Perú, arrojó que los esfuerzos por avanzar en temas de diversidad no han sido enfocados en todos grupos históricamente sub-representados.
Señala que el 80 por ciento de las empresas de Latinoamérica cuentan con programas dirigidos a mujeres pero solo la mitad tiene esfuerzos enfocados en los colaboradores LGBTQ+.
"De todos los grupos con baja representación en el entorno laboral, los individuos con condiciones socioeconómicas menos favorables constituyen el mayor grupo en términos absolutos entre todos los países incluidos en el estudio, en un rango del 73 al 87 por ciento de la población nacional de cada uno de los países. Y este grupo tiene el mayor desfase entre la cantidad de personas con empleo y su participación demográfica, con una brecha de hasta 28 puntos porcentuales", resaltó.
A pesar de la percepción común de que las compañías podrían tener un rol más relevante para estimular la diversidad socioeconómica y la inclusión, casi el 60 por ciento de los trabajadores encuestados opinaron en ese sentido, que las acciones de las compañías en estas áreas por lo general están en etapas de desarrollo incipientes.
La firma McKinsey & Company señaló que el compromiso con la diversidad socioeconómica en el entorno laboral es clave para continuar avanzando con la agenda de DE&I, particularmente en el contexto de mayor desigualdad en la región provocado por la pandemia de COVID-19.
“Esta es la primera investigación de su tipo en examinar la diversidad socioeconómica en las compañías de Latinoamérica. Nuestro trabajo contribuye a los esfuerzos por crear un entorno laboral inclusivo y ayudar a las personas a desarrollarse y triunfar más allá de su origen socioeconómica” explicó Antonio Novas, socio y gerente territorial de Mckinsey & Co. República Dominicana.
Dijo que la evidencia de los beneficios para las compañías es significativa. Investigaciones de McKinsey llevadas a cabo durante la última década y media han identificado una fuerte correlación entre el compromiso de las organizaciones con la agenda de DE&I, y sus resultados económicos.
El reporte expande el análisis del tema y muestra que las compañías comprometidas con la diversidad socioeconómica suelen también gozar de las ventajas de una mejor salud organizacional, colaboradores más satisfechos, mayor retención y reconocimiento de sus colaboradores, un fuerte compromiso del personal, así como acceso a las habilidades singulares de los trabajadores con condiciones socioeconómicas menos favorables.
El informe examina los desafíos específicos que las personas con condiciones socioeconómicas menos favorables pueden enfrentar a lo largo de sus vidas profesionales, como lo son los obstáculos para acceder a puestos corporativos, las dificultades relacionadas con el crecimiento profesional y los retos para emprender. Entre esos desafíos, las personas con condiciones socioeconómicas menos favorables suelen carecer de información adecuada acerca de planes de carrera, calificaciones y universidades.
Por ejemplo, solo la mitad de las personas con condiciones socioeconómicas menos favorables conocen cuáles compañías podrían proponerles buenas oportunidades de carrera. Además, aproximadamente el 65 por ciento de los individuos de este grupo no sabían qué universidades les ofrecían buenas perspectivas de carrera, no conocían los criterios de admisión, o ni siquiera qué carrera escoger, en comparación con el 45 por ciento del grupo con condiciones socioeconómicas más favorables.
También tienen acceso a una variedad limitada de puestos de trabajo, ya que tienen más dificultades para cumplir todos los requisitos de educación comúnmente exigidas en procesos de selección.
Un ejemplo de ello es el dominio del idioma inglés, que se ha vuelto un requerimiento frecuente en el contexto corporativo latinoamericano. Las personas con condiciones socioeconómicas menos favorables quizás no hayan tenido las mismas oportunidades que sus pares más favorecidos para aprenderlo. Mientras que el 35 por ciento de las personas encuestadas sin movilidad social dijeron tener un nivel intermedio o superior de inglés, en los perfiles socioeconómicos más altos ese porcentaje llega a 66.
Qué pueden hacer las compañías para promover la diversidad social en el trabajo
De cara al futuro, existen cinco acciones claves que las empresas pueden implementar para incorporar una perspectiva socioeconómica a sus iniciativas de inclusión y equidad:
- Hacer un seguimiento cuidadoso de la composición de su fuerza laboral teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas de los colaboradores y monitorear el grado de bienestar en cada grupo;
- Reestructurar el proceso de reclutamiento y expandir el banco de talentos, eliminando requisitos de admisión no esenciales, rediseñando el proceso de entrevistas y ampliando la comunicación de oportunidades;
- Ofrecer capacitación adicional para complementar habilidades duras, blandas e idiomáticas;
- Elevar el sentido de pertenencia de los colaboradores fortaleciendo aspectos como formación de redes, role modeling y representación en el liderazgo;
- Incorporar una perspectiva socioeconómica a los procesos anti-sesgos para garantizar condiciones equitativas de avance en la carrera para todos.