Para los bancos, el 2022 ha sido un año tumultuoso de múltiples impactos y una creciente incertidumbre. Los bancos se recuperaron de la pandemia con un fuerte crecimiento de los ingresos gracias a márgenes más altos y coeficientes de capital de nivel 1 en su punto más alto en 20 años.
Pero el contexto ha cambiado drásticamente, con una serie de impactos interrelacionados, algunos geopolíticos y otros persistentes efectos económicos y sociales de la pandemia, que exacerban las fragilidades. Si bien a algunos bancos en algunas zonas geográficas les está yendo muy bien, más de la mitad de los bancos a nivel mundial están ganando menos que el costo del capital.
De acuerdo a un estudio y revisión realizado por el empresa McKinsey & C, los ingresos aumentaron $345 mil millones a medida que se recuperó el crecimiento, pero la rentabilidad sigue rezagada. La rentabilidad de los bancos alcanzó un máximo de 14 años en el 2022, con un rendimiento sobre el capital esperado entre 11.5% y 12.5%.
Los ingresos a nivel mundial crecieron en $345 mil millones de dólares; este crecimiento fue impulsado por un fuerte aumento en los márgenes netos, ya que las tasas de interés subieron después de languidecer durante años en sus pisos cíclicos. La amplia liquidez y el riesgo relativamente bajo contribuyeron al aumento.
En el 2022, la liquidez bancaria, medida como la proporción de préstamos a depósitos, es de alrededor del 90%, mientras que las provisiones por COVID-19 aún se están reescribiendo; lo que indica que, por ahora el sistema bancario a nivel mundial se encuentra cómodamente en índices de capital de nivel 1 entre el 14% y el 15%, el más alto de la historia.
Después de una década de bajos retornos, el 2022 representa una nueva era en la banca: la mejora en los márgenes, que aumentó de 252 puntos básicos en 2021 a 262 puntos básicos en 2022. Esto representó el 60% de las ganancias de ingresos. Casi todos los segmentos de la banca han experimentado mejoras: los mercados de capitales y la banca de inversión fueron la excepción.
El mayor crecimiento ha sido en la gestión patrimonial, que registró un crecimiento del 7% entre 2021–2022, muy por encima del 4% entre 2019–2021. El mayor cambio se ha producido en la banca cotidiana (cuentas corrientes, depósitos y transacciones de pago), que registró un crecimiento del 6% entre 2021–2022 debido a las altas tasas del mercado monetario, en comparación con una disminución anual promedio del 4% entre 2019–2021.
"A medida que la economía se desacelera, la divergencia entre los bancos se ampliará aún más. Todos los bancos se enfrentan a una desaceleración del crecimiento a largo plazo. Los bancos en Asia-Pacífico pueden beneficiarse de una perspectiva macroeconómica más sólida, mientras que los bancos europeos se enfrentan a una perspectiva más sombría: en caso de una recesión prolongada, estimamos que el rendimiento del capital de los bancos a nivel mundial podría caer al 7 % para 2026, y por debajo del 6 % para los bancos europeos", cita.
El estudio indica que el impacto neto probablemente será una mayor concentración del crecimiento en Asia emergente, China, América Latina y Estados Unidos. Esperamos que estas regiones representen alrededor del 80 por ciento del crecimiento estimado de $ 1.3 billones en ingresos bancarios globales entre 2021 y 2025.
Detrás de este panorama global hay algunas variaciones regionales importantes en el desempeño de los bancos, en particular, fuertes divergencias dentro y entre los mercados emergentes, con bancos individuales y sectores bancarios en algunos países que experimentan un rápido crecimiento y una mayor rentabilidad, mientras que otros están experimentando desaceleraciones pronunciadas.
Tal es el caso de República Dominicana, su sistema financiero presenta claras señales de fortaleza y estabilidad. Según el Banco Central, al cierre del trimestre julio-septiembre de 2022, tanto los activos como los pasivos del sistema financiero dominicano presentaron crecimientos interanuales de 12.2 %.
Asimismo el crédito al sector privado se expandió en RD$170,198 millones, equivalente a un 15.5 % a septiembre de 2022. Los beneficios obtenidos por los intermediarios financieros totalizaron RD$40,864 millones, para una rentabilidad anualizada sobre el patrimonio promedio (ROE) de 25.3 %, en tanto que la rentabilidad sobre el activo promedio (ROA) se verificó en 2.6%; según demuestran los datos del informe de los resultados preliminares de la economía dominicana enero-septiembre 2022, publicado por el Banco Central de la República Dominicana.
La rentabilidad, medida por el rendimiento del capital, sigue teniendo oportunidades de mejora cuando se considera a largo plazo. A pesar del rebote posterior al COVID-19, el rendimiento del capital permanece muy por debajo de donde estaba antes de la crisis financiera de 2008 y, a nivel mundial, sólo está ligeramente por encima del costo del capital. De hecho, más de la mitad de los bancos del mundo en 2022 seguirán teniendo un retorno sobre el capital por debajo del costo del capital.
Los efectos persistentes de la COVID-19 y las tensiones geopolíticas sacudieron la economía mundial y están afectando al sector financiero. Los efectos a largo plazo de la pandemia de la COVID-19 todavía se sienten, desde las interrupciones en la cadena de suministro hasta el cambio de actitud de las personas hacia el empleo.
La invasión rusa de Ucrania y el aumento de las tensiones sobre Taiwán marcaron el regreso de la geopolítica como una fuerza disruptiva después de décadas de relativa estabilidad, lo que exacerbó los efectos relacionados con la pandemia y creó nuevos impactos, en particular, una crisis de suministro de energía en Europa. Esta combinación de enfermedad y conflicto armado resultó ser compleja para la economía mundial. Juntos, crean un ambiente altamente incierto.
Navegando por la próxima era, los bancos enfrentan algunos desafíos claves y podrían tomar medidas mesuradas para aprovechar las importantes oportunidades en la nueva era de las finanzas sostenibles. Si bien los bancos son cada vez más activos en las finanzas sostenibles, el éxito en escalar el negocio dependerá de qué tan bien aborden algunos desafíos críticos.
En una encuesta de McKinsey de ejecutivos bancarios con roles activos en finanzas sostenibles en su organización, 45 de las respuestas destacan la importancia que los líderes bancarios le están dando a las finanzas sostenibles y revelan brechas en las capacidades de los bancos para capturar lo emergente.
Oportunidades
Alrededor del 70% de los banqueros indican que el financiamiento de la transición climática es una de las cinco principales prioridades de los directores ejecutivos de su banco, y predicen un aumento significativo en el atractivo y una reducción del riesgo en el financiamiento de tecnología de transición en los próximos ocho años. Sin embargo, los líderes bancarios informan una falta significativa de las capacidades necesarias fuera de la energía solar y eólica.
Los encuestados predicen que las soluciones climáticas, incluido el almacenamiento y la infraestructura a escala de red, el hidrógeno verde, los combustibles verdes, la biomasa y CCS, verán una creciente demanda de financiamiento. Al mismo tiempo, un porcentaje mucho menor de banqueros dice que sus bancos tienen capacidades a corto plazo para financiar cada una de estas áreas.
Acorde con estos tiempos de constantes cambios, la República Dominicana tiene como eje principal la transformación acelerada de los medios de pago y servicios financieros, la cual se abordará desde una perspectiva multidimensional, involucrando simultáneamente: innovación, tecnología y ciberseguridad para ofrecer un ecosistema de servicios completo.
En el caso de la República Dominicana para poder construir modelos de negocios que puedan sobrepasar la disrupción en los retos que implican los aportes financieros para enfrentar el cambio climático, primero se necesitará integrar servicios bancarios digitales que permitan una continua capacidad de innovación, asegurando el provecho de la tecnología y el talento humano como primer paso.
“El reto del sector bancario en este momento será responder a las demandas de un mercado global que enfrenta por parte de muchos países, situaciones inflacionarias y mercados volátiles; la idea será asegurar el bienestar económico, desarrollando iniciativas que puedan minimizar el impacto en el futuro” indica Antonio Novas, socio y gerente territorial de Mckinsey & Co. República Dominicana.