Según el Banco Mundial, los precios internacionales de los productos básicos caerán en 2025 a su nivel más bajo en cinco años en el contexto de un exceso de petróleo “tan grande que probablemente incluso limite los efectos que provocaría un conflicto más generalizado en Oriente Medio”. Aun así, estos precios seguirán siendo aproximadamente un 30 % más altos que en los cinco años anteriores a la pandemia de COVID‑19.
Se prevé que el próximo año la oferta mundial de petróleo supere la demanda en un promedio de 1.2 millones de barriles diarios, un excedente que solo se ha superado dos veces antes: durante los cierres derivados de la pandemia en 2020 y durante el colapso de los precios del petróleo, en 1998.
“Este nuevo exceso de oferta refleja en parte un cambio importante en China, donde la demanda de petróleo se ha estancado prácticamente desde 2023 como consecuencia de la desaceleración de la producción industrial y el aumento de las ventas de vehículos eléctricos y de camiones propulsados a gas natural licuado”, explica el organismo internacional.
Además, espera que varios países que no forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo o de sus aliados (OPEP+) aumenten su producción de petróleo. La propia OPEP+ mantiene una importante capacidad de reserva, que asciende a 7 millones de barriles diarios, casi el doble que en vísperas de la pandemia, en 2019.
Se prevé que, entre 2024 y 2026, los precios mundiales de los productos básicos se desplomarán casi un 10 %. En el caso de los alimentos, caerán un 9 % este año y un 4 % adicional en 2025 antes de estabilizarse. De todos modos, sus valores seguirían casi un 25 % por encima del nivel promedio registrado entre 2015 y 2019.
Por su parte, los precios de la energía caerán según las previsiones un 6 % en 2025 y otro 2 % en 2026.
La baja de los precios de los alimentos y la energía debería facilitar a los bancos centrales el control de la inflación. Sin embargo, una escalada de los conflictos armados podría complicar esos esfuerzos al interrumpir el suministro de energía y hacer subir los precios de los alimentos y la energía.
“La caída de los precios de los productos básicos y la mejora de las condiciones de la oferta pueden servir como factor de amortiguación frente a las crisis geopolíticas”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial.
“Pero no lograrán aliviar las penurias que generarán los altos precios de los alimentos en los países en desarrollo, donde la inflación de esos precios duplica la de las economías avanzadas. Los precios altos, los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y otras perturbaciones han provocado que más de 725 millones de personas sufrieran inseguridad alimentaria en 2024”.
Durante el último año, el conflicto en Oriente Medio ha provocado una considerable volatilidad en los precios del petróleo, en particular debido a la preocupación por los daños que podría sufrir la infraestructura de petróleo y gas de los principales productores de productos básicos si el conflicto se intensificara.
De acuerdo con el Banco Mundial, si esto no sucede, se espera que el precio promedio anual del crudo Brent caiga de los US$ 80 por barril registrados este año a los US$ 73 en 2025, su valor mínimo en los últimos cuatro años.
Pero en el informe también se evalúa lo que podría suceder si el conflicto se intensificara, y específicamente, si resultara en una reducción del suministro mundial de petróleo del 2 %, o 2 millones de barriles por día para fines de este año. Esto supondría una interrupción de una escala similar a la que se generó con la guerra civil de Libia en 2011 y con la guerra de Irak en 2003.
“Si se produjera una perturbación similar, los precios del Brent aumentarían bruscamente en un principio hasta alcanzar un máximo de US$ 92 el barril”.
Sin embargo, los productores de petróleo que no se vean afectados por el conflicto podrían responder rápidamente incrementando la producción. En consecuencia, el alza de los precios podría durar relativamente poco, con un promedio de US$ 84 el barril en 2025. Ese valor, de todos modos, se ubicaría un 15 % por encima del pronóstico de referencia para 2025, pero sería solo un 5 % más alto que el promedio de 2024.