Los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) demandaron dar "máxima prioridad" a financiar la lucha contra la crisis climática.
En un simposio al margen de la reunión de ministros de Finanzas del G20, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, alertó de que la crisis climática es ya una realidad y que las medidas tomadas hasta el momento por los países no son suficientes.
"Si juntamos todas las contribuciones nacionales solo recortaremos durante la década un 11 % de las emisiones, cuando tendríamos que reducirlas entre un 25 % y un 50 % para tener éxito", afirmó.
En su opinión, movilizar financiación para mitigar los efectos de la crisis climática y acelerar la transición ecológica debe ser la "máxima prioridad" para todas las economías porque de lo contrario "los choques climáticos" afectarán al funcionamiento económico y al bienestar de la gente.
En este contexto, Georgieva subrayó que todavía "se malgasta dinero en actividades que actualmente crean problemas climáticos" y citó el sector de combustibles y los subsidios públicos que este y otras actividades reciben para mantener sus operaciones.
También incidió en la necesidad de mejorar los sistemas de tributación para que los impuestos se apliquen de manera "más eficiente", tener previsibilidad en los mercados cambiarios a largo plazo y crear nuevos "instrumentos" para apoyar a los países con menos recursos a que financien la transición verde.
El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, incidió en la importancia de dividir en partes iguales los recursos de financiación entre "mitigación y adaptación" a la crisis climática, y puso como ejemplo mejorar la infraestructura de las escuelas.
A su juicio, otro punto a tener en cuenta es de dónde deben venir esos recursos, que tienen que aplicarse a proyectos que combinen el desarrollo sostenible con la "integración social", con el apoyo del sector privado.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, llamó a que las iniciativas climáticas en materia de financiación marquen "verdaderamente la diferencia" y consideró que eso solo se logrará si se aplican a "gran escala".
También coincidió en demandar la presencia del sector privado para desarrollar entre todos los actores nuevos instrumentos de financiación que permitan "aumentar la escala" a la hora de implementarlos.
Goldfajn puso como ejemplo de innovación el reciente programa lanzado con el Gobierno de Brasil para reducir el riesgo cambiario y atraer inversiones extranjeras verdes, por medio de un seguro y una línea de crédito en condiciones favorables.
Ese seguro, avalado por el BID, servirá para que "los riesgos asociados a la volatilidad de los tipos de cambio se reduzcan al mínimo y no obstaculicen las inversiones" para la necesaria transformación ecológica del país.