Phoenix, capital del estado de Arizona (EE.UU.), experimentó una temperatura media de 39,3 grados celsius en julio, que se convirtió en el mes más caluroso de la historia de EE.UU. desde que se tienen registros, informó este martes en sus redes sociales el Servicio Meteorológico Nacional.
Este dato, que supera a la hasta ahora marca histórica de 37,3 grados de media que se estableció en Phoenix durante el mes de agosto de 2020, está acompañado por la prolongada ola de calor que ha azotado la ciudad con máximas de, al menos, 43,3 grados durante 31 días seguidos.
De hecho, según el Servicio Meteorológico Nacional de Phoenix (NWS Phoenix) este es otro de los récord que ha batido la urbe arizoniana, pues el mayor registro de jornadas consecutivas con máximas tan elevadas era de 18 días hasta este mes de julio.
Por primera vez después de un mes, este martes Phoenix no llegará a alcanzar máximas de 43,3 grados, pero NWS prevé que la ola de calor masivo vuelva este mismo miércoles y alertan que para el domingo podría llegarse incluso a los 46,6 grados.
El mes de julio dejó temperaturas que alcanzaron máximos extremos y que, además, apenas refrescaron durante la noche con registros sin precedentes en los que las mínimas llegaron a ser de 36,1 grados.
Así, las temperaturas extremas mantienen en alerta a los más de 4,5 millones de habitantes que viven en el condado de Maricopa, donde se ubica Phoenix, y en el que, de acuerdo a su Departamento de Salud Pública, han fallecido al menos 25 personas a causa del calor en lo que va de año.
Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) extendió este lunes las alertas por calor extremo desde la región central de las Planicies hasta el Valle del Misisipi y la Costa del Golfo con temperaturas por encima de los 38 grados.
Los pronósticos de la cadena de televisión especializada en meteorología The Weather Channel previeron también este lunes que, además de en Phoenix, estas temperaturas incluso se superarían en ciudades como Las Vegas (Nevada), Dallas, San Antonio y Houston (Texas), Oklahoma (Oklahoma) y Nueva Orleans (Luisiana).
Asimismo, el Servicio Meteorológico estadounidense comunicó el jueves pasado que 170 millones de personas, aproximadamente la mitad de habitantes de EE.UU., se encontraban bajo alerta por temperaturas extremas en los estados ubicados en el centro y sureste del país, así como en el noreste debido a una ola de calor.