El eslogan o consigna de campaña del partido Fuerza del Pueblo es Volvamos pa’lante. Vista en la superficie, esta es una expresión semánticamente inaceptable,o sea, ilógica. Esto así, porque las acepciones y los valores diafásicos del verbo volver y la expresión adverbial pa’lante son muy poco compatibles. El primer ejemplo, y el más famoso y recurrido, de incompatibilidad semántica es el que propuso el mismo Chomsky: «Colorless green ideas sleep furiously» («Las ideas verdes incoloras duermen furiosamente»). También se pueden incluir la frase de Bertran Russell, «La cuadruplicidad bebe la procrastinación»; la frase surrealista, «El cadáver exquisito beberá el vino nuevo»; y el título de una película, «Volver al futuro».
En las líneas que siguen, pretendo hacer una evaluación gramatical (en sentido chomskiano) y pragmática del eslogan de referencia. No abordaré los aspecto político, sociolingüístico ni normativo. Comenzaré por evaluar el significado, el valor y la función de los dos componentes del eslogan: volvamos y pa’lante.
Volver es uno de los verbos más polisémicos de la lengua española. El diccionario de la RAE le asigna más de 60 (sesenta) acepciones, incluidas las locuciones adverbiales. Con solo seis (1,5,6,7,8,20) de sus más de 60 acepciones, el verbo volver forma oraciones con aceptabilidad semántica parcial con la expresión adverbial pa’lante. Revisaré esas ocho acepciones, para ver hasta dónde se justifica el eslogan de campaña del partido Fuerza del Pueblo.
En el estudio de las acepciones que favorecen el uso del eslogan Volvamos Pa’lante, seguiré el mismo orden en que las presente la RAE en su su diccionario DLE. Estas son: 1. Dar vuelta o vueltas a algo. Sinónimo: retroceder, recular. 5. Restituir. Sinónimo: trasladar. 6. Poner o reconstituir nuevamente a alguien o algo en el estado que antes tenía. 7. Hacer que se mude o trueque alguien o algo de un estado o aspecto en otro. Sinónimo cambiar, transformar, convertir. 8. Mudar, dar otro estado o forma. 20. Ir al lugar de donde se partió. Sinónimo: regresar, retornar. De esas seis acepciones, cuatro (1, 5, 6 y 20) tienen un valor de retroceso, o vuelta atrás; mientras que dos tienen un valor de cambio o transformación (7 y 8).
El eslogan de campaña del partido Fuerza del Pueblo resulta muy enrevesado para ser asumido espontáneamente por la masa de votantes.
Pasemos ahora a evaluar el segundo segmento del eslogan: Pa’lante (contracción de para y alante. Alante no existe en el diccionario. Se trata de un regionalismo de uso popular. Sin embargo, no me interesa examinar su pertinencia diafásica o sociolingüística, porque esa sería otra discusión. El adverbio alante es el resultado de una síncopa del adverbio adelante (elisión del segmento ed), que a su vez se deriva de delante. Delante tiene un valor de ubicación espacial. Adelante también tiene valor espacial, pero «…con preposición antepuesta o siguiendo inmediatamente a algunos adverbios de esta clase denota tiempo futuro» , dice la RAE, la cual ofrece los ejemplos: «para más adelante», «de hoy en adelante», «de aquí en adelante…». Es sintomático que en todas sus acepciones, ambos adverbios tienen como antónimo el adverbio atrás, lo que confirma la idea de futuro o de avance de la expresión adverbial pa’lante, en contraposición con la idea de volver, que es de retroceso o reiteración.
La teoría pragmática discursiva obliga a esforzarse para entender la intención y el contexto de todo enunciado o acto de habla. En el caso del Volvamos pa’lante hay que tomar en cuenta que el contexto al que remite es al último gobierno del hoy candidato del partido Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, cuyo eslogan fue: ¡E’ pa’lante que vamos!, como sinónimo de progreso. La palabra progreso fue una especie de mantra de ese gobierno. De manera que pa’lante habría que darle un sentido de progreso en este eslogan o de espacio anterior. Sería como Volvamos al progreso que había en los gobiernos específicamente de Leonel. Con ese esfuerzo pragmático, la expresión Volvamos pa’lante tendría valor de retroceso o vuelta atrás en el tiempo y de regreso a un espacio anterior (con acepciones 1, 5, 6 y 20); y de cambio o transformación ( con las acepciones 7 y 8).
El principio pragmático de cooperación comunicativa (formulado por Paul Grice) obliga a pensar que quienes elaboraron y asumen el eslogan dan por sentado que el último (y probablemente los últimos tres) período de gobierno constituyó un tiempo perdido, un retroceso con respecto al gobierno de Leonel. El esfuerzo pragmático tendría que excluir los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) encabezados por Danilo Mediana, a pesar de que fue desde esa plataforma política que Leonel Gobernó durante doce años. De no hacerse así, el candidato del PLD se beneficiaría del eslogan de campaña de la Fuerza del Pueblo, eventualidad indeseada por el candidato de la Fuerza del Pueblo, toda vez que se está librando una lucha sorda y soterrada entre ambos partidos por conquistar el segundo lugar en las elecciones presidenciales para poder encabezar una eventual alianza, para una eventual segunda vuelta.
Con esa representación mental, los votantes podrían entender que con el eslogan «volver pa’lante», los patrocinadores de la candidatura a la presidencia del país del Dr. Leonel Fernández quieren decir «volver a los gobiernos del Dr. Leonel Fernández, volver al progreso, volver al desarrollo, a los tiempos en que íbamos «pa’lante».
Este Volvamos pa’lante también es un guiño a los balagueristas, a quienes les podría evocar la nostalgia por el Vuelve y vuelve eterno del Dr. Joaquín de Balaguer.
El eslogan de campaña del partido Fuerza del Pueblo resulta muy enrevesado para ser asumido espontáneamente por la masa de votantes. Se podría decir que en la publicidad funciona mejor la emoción que la razón, pero no se puede soslayar que hay un segmento de la población con cierto nivel de razonamiento y criticidad, al cual los mensajes contradictorios o enrevesados le producen ruidos. Volvamos pa’lante es un eslogan por lo menos paradójico: quienes se autodefinen de progresistas quieren volver al pasado; mientras quienes ellos mismos definen de conservadores quieren profundizar en el cambio.
A mí no me pagan para ser asesor de ninguno de los partidos o candidatos; ni tengo especial inclinación por ninguno, dado que no veo diferencia significativa entre ellos; pero les recomiendo a los amigos de la Fuerza del Pueblo que valoren cambiar ese eslogan, porque es demasiado el esfuerzo que hay que hacer para salvarle la poca aceptabilidad semántica o lógica que tiene. Pero en política, se puede ganar, no por el eslogan (lema o consigna), sino a pesar de él).