Portada del libro "Solo sé que le llamaban sombra" (Editora Nacional. Ministerio de Cultura. República Dominicana, 2020).
En la publicación de creaciones literarias en la República Dominicana, la narrativa no ha sido el campo más trabajado, y, dentro de la narrativa, el caso de la novela es sorprendentemente escaso, por no decir, muy limitado.
En esta oportunidad, me acerco a un territorio ficcional, marcado por la voz de un narrador omnisciente que, de entrada, nos desparrama su regocijo por la muerte de su madre, lo que, no es lo extraño en el discurso poético-narrativo que brota desde el inicio de esta novela, sino su hábil juego con la temporalidad, a lo largo de su narración y la proyección de los espacios que le sirven de referente a los personajes, para desarrollar sus acciones.
La muerte es el símbolo de representación mítica, no he dicho mística, aunque puedo también decirlo, porque, aquí, la muerte cubre el escenario en movimiento de lo dicho o de lo contado, de el creer o el pensar de un sujeto en desequilibrios sentimentales.
Hay un tiempo presente que abre la narración y nos impacta, desde la inesperada realidad de su descarga semántica, estructurada en un desahogo del festín o celebración, al estar ante el cadáver de su madre, lo cual no expresa dolor o llanto, sino abierto regocijo de que así haya sucedido.
Es un texto narrativo fluido, lleno de sorpresas, expresamente situadas en la página en blanco, para maniobrar los sentimientos y los soportes espirituales de los lectores y de las lectoras, ¿por qué no?
La intención aquí, es hacer de la narración, el motivo central para que el narrador omnisciente, arremeta contra la imagen de la maternidad, como si se tratase de promesa de agonía, el celebrar la muerte de quien te trajo a este mundo, como un cumplido de su deseo vital, en su condición de personaje macabro.
He aquí un poema novelado, donde la acción y la poeticidad de la lengua, de apoderan de la trama de la obra, de manera intencional, por parte del sujeto-autor. 
 
En los catorce (14) capítulos que le sirven de basearquitectónica a esta novela, sobresale la planificación de los movimientos en los diferentes contextos, en que se mueven los personajes.
El sujeto-autor diseñó cada paso, para construir su narración y convertirla en una trampa…con alevosía.
 
"Sombra", como personaje protagónico, camina o se mueve por todo el texto narrativo y es eje temático central de la novela, atiborrando de recuerdos al sujeto-narrador, en esta novela, créanme,  que, por poco digo, en este poema.
La puerta de entrada a estos absurdos, se prefijan desde el inicio de la novela. Veamos:
"Que bueno llegar y encontrarte  muerta, mamá. Miro el féretro y un escalofrío tibio me sube desde los pies hasta convertirse en remolino de abejas alborotadas en mi boca. Saben a cobre mezclado con desaliento y rabia".
(Pág. 7, "Sólo sé que le llamabanSombra". Autor, Leonardo Nín (1974) Premio "Letras de Ultramar". Editora Nacional, Ministerio de Cultura, Santo Domingo, República Dominicana, 2020).
Es el imaginario del sujeto-narrador, el que bordea la mirada escurridiza del que dice y nos cuenta lo que hilvana, desde el recuerdo de sus añoranzas,  junto a sus letanías.  
 
Fantasmas, velatorios, espíritus sin rumbos, descarrilados, son de los puntos centrales de este narrar. Hay aquí una metaforización del discurso narrativo, para situarnos en las imágenes hechas rupturas del vivir, de unos cuerpos helados abrumados por el resentimiento.
Hay una tragedia humana convertida en crónica poética. En decires de agonía, donde lo terrenal se convierte en enunciado de lo despreciable del Ser, en todo el transcurrir de esta narración.
Logo de la IX Feria Regional del libro- Neiba-2022.
Nota:
*Leonardo Nín, es un escritor tamayero, poeta, narrador, investigador y académico, de los mal llamados "escritores de la diaspora", eneibero, a quien se le ha dedicado la IXFeriaRegionaldelLibrodeNeiba-2022.