La formación docente es un proceso que se extiende a lo largo de la carrera de un/a maestro/a. La actualización y capacitación continua son factores necesarios para mantenerse actualizado en los aspectos más importantes de la enseñanza y el aprendizaje.
En el presente, la tecnología está cambiando rápidamente la manera en que se enseña y se aprende. Los docentes necesitan recibir nuevas habilidades y conocimientos para adaptarse a los cambios y ofrecer una educación de calidad.
La formación docente ha de ser amplia y abarcadora en contenido, no solo debe formar en nuevas habilidades, sino que también incluir nuevas estrategias para mejorar su enseñanza y motivar al estudiantado.
Un aspecto a enfatizar es la lectura y el análisis de textos pedagógicos por parte del profesorado, para mantenerse más informado y tener una mayor comprensión de los problemas sociales que le permita entender la realidad y abordar los cambios.
La bibliografía a nivel mundial es amplia en los temas de pedagogía, filosofía de la educación, didáctica y sociología. Y desde los años setenta, diversas obras han incidido más en el magisterio mundial, por razones de ideología, por los aspectos tratados y por la incidencia de sus autores en la sociedad política.
En este artículo se reseñan brevemente – y se recomiendan- siete obras que nos parecen fundamentales para la formación de los docentes en nuestro país, y que, sin duda alguna, muchos formadores de formadores la toman como referente, uno de los libros más leídos y conocidos en América Latina es Pedagogía del oprimido (1970), de la autoría del brasileño Paulo Freire, considerado uno de los textos fundamentales del movimiento de pedagogía crítica.
Trata sobre el carácter político del problema educativo y la necesidad de crear una escuela popular en el ámbito latinoamericano. Esboza un movimiento de educación de base, llamado “Método Freire de la pedagogía liberadora”, que centralizó sus ideas educativas fundamentadas en la alfabetización y la educación popular. Se destaca la importancia de crear una conciencia colectiva en las masas populares sobre su realidad y sobre la necesidad de una pedagogía de la liberación para llegar a la justicia social.
Otro texto que considero imprescindible es La sociedad desescolarizada , de Ivan Illich, (1971), se constituye en un discurso crítico sobre la educación en las economías modernas.
La obra está llena de programas muy detallados que advierte sobre la oficiosa naturaleza de la educación institucionalizada.
La tercera obra que considero importante en la formación de los docentes se titula: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, de Edgar Morín (1999).
Es un texto que ha marcado el saber educativo durante los últimos veintitrés años, pues formula aspectos clave para comprender al ser humano desde la educación, encuadrando su existencia en un contexto de cambios constantes a nivel tecnológico y de desafíos.
En este escenario, el autor plantea siete saberes clave para el entendimiento humano en la actualidad: enfrentar las cegueras del conocimiento, alimentar los principios de un conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y cultivar la ética del género humano.
Se reflexiona sobre estos saberes desde la perspectiva de la alfabetización en información, con lo que se visualizan la importancia de la información y la necesidad del ser humano de comprender cómo se crea, se emplea, se refina y se vuelve a reutilizar para generar nuevo y mejor conocimiento, instaurado en principios científicos y éticos coincidentes con la educación.
Otro tratado fundamental para los docentes, es Escuela de aprendices, de Marina Garcés. La autora pone de manifiesto la importancia de la reflexión y de las preguntas para poder desaprender, y así poder llegar a los conocimientos que ayuden a vivir.
Se insiste sobre qué es realmente importante en el acto de aprender, y lo hace desde una perspectiva de clase; analizando las crisis que estamos viviendo a nivel económico – político y social. Plantea multitud de preguntas sobre el tema del aprendizaje y se centran las reflexiones en ¿qué significa aprender algo? ¿Qué es lo que nos hace humanos? ¿Por qué educar? ¿Qué aprender? ¿Son los aprendizajes, solamente, un mecanismo más o menos sofisticado de supervivencia y de competencia? ¿O son una práctica fundamental de creación y de transformación de nosotros mismos?
Garcés plantea que en estos momentos el tema de la educación, se ha convertido en central en los debates filosóficos y políticos del momento.
De la autoría de María Acaso está el libro Pedagogías invisibles:. El espacio del aula como discurso (2018).
Plantea que los docentes que asumen que la educación se encuentra estancada en un paradigma ya obsoleto tienen la responsabilidad de desarrollar la educación del siglo XXI. Este texto propone la creación de un nuevo modelo, descubrir y trabajar las pedagogías invisibles en el aula y entender la práctica docente como un discurso.
La obra se divide en una primera parte teórica, en la que la semiótica se une a la pedagogía y se explica cómo y por qué migrar del concepto «currículum oculto» al concepto «pedagogías invisibles», y una segunda en la que se explica cómo aplicar la semiótica en el aula mediante el método DAT (Detectar, Analizar, Transformar) a través de la exposición de trece estudios de caso.
Habla al corazón de la educación actual: ¿cómo podemos repensar las prácticas de enseñanza en la era del multiculturalismo? ¿Que hacemos con los profesores que no quieren enseñar y los estudiantes que no quieren aprender? ¿Cómo debemos lidiar con el racismo y el sexismo en el aula? Lleno de pasión y política, Enseñar a trasngredir combina un conocimiento práctico del aula con una profunda conexión con el ndo de las emociones y los
Este es un inusual libro sobre profesores y estudiantes que se atreve a plantear preguntas sobre el eros y la rabia, el dolor y la reconciliación, y el futuro de la enseñanza misma. "Educar es la práctica de la libertad, es una forma de enseñar que cualquiera puede aprender" dice el autor.
En último lugar recomiendo la obra de Paulo Freire, Cartas a quien pretende enseñar (1993). Es una de las últimas obras escritas por el pedagogo brasileño de gran influencia en los cambios y renovaciones educativos, de quien es importante recordar su insistencia en hablar de la coherencia personal, esto es, entre lo que se dice y lo que se hace.
Este es un libro que Freire dirige a los maestros, específicamente a las maestras, pero para defender su identidad y legitimidad, para desafiarlos a luchar por sus ideales y sueños y para dialogar sobre la importante tarea de enseñar.
En uno de sus mejores momentos literarios, el autor plantea cuestiones cotidianas en la vida de un maestro en el lenguaje cercano e informal de una carta, comparte sus vivencias personales para mostrar el derecho que tiene todo maestro a equivocase y hacer lo correcto, a trabajar en la realidad y a soñar por ideales, a hacer las tareas con calidad y a luchar por su dignidad, a ser humano y héroe en el ejercicio de su profesión.
Cada carta es un llamado a pensar críticamente en la práctica y un testimonio que demuestra que esto es posible y necesario.