¿Has visitado el barrio San Carlos? ¿Sabías que este es el primer barrio fundado en Santo Domingo después de las devastaciones de Osorio? Ya es un lugar emblemático, cargado de historia, de hazañas y manifestaciones culturales muy notables, con murales y grafitis expresivos, con costumbres folclóricas y manifestaciones gastronómicas definidas y arraigadas. Fue fundado por canarios procedentes de España durante el siglo XVII. Ellos introdujeron el maíz y los productos derivados del maíz y la harina: la arepa, el gofio, el majarete, entre otros.
En ese cuadrante se fundó El Escogido (un equipo de béisbol), según me contó el amigo Miguel Ángel Pérez, razón por la cual en aquel lugar casi todo el mundo es fanático de los Leones, para dolor del glorioso azul. En una de sus esquinas pintorescas se bailó salsa por vez primera en este país; en su limítrofe se halla la zona donde estuvo una de las emisoras más importantes de RD: Radio Guarachita. Sonó tanto que aparece mencionada (y con razón) por varios comediantes nuestros y en la reciente canción de Juan Luis Guerra, titulada “Mambo 23”.
San Carlos es el lugar de origen de algunas figuras que han jugado un rol determinante en la historia social y cultural de República Dominicana, como es el caso de Arturo Peña Batlle, Carlos Piantini (músico excepcional) y gran escultor José Ramón Rotellini, entre otros. Por igual, es el lugar de procedencia algunos apellidos de personas que han marcado la vida social y cultural de República Dominicana, según afirma el historiador Edwin Espinal, quien afirma:
“Los apellidos Veloz y Molina fueron ostentados por canarios asentados en la población de San Carlos, de manera que la parentela de nuestro personaje se halla afincada en territorio dominicano desde hace más de doscientos años”.
Recientemente tuve la dicha de participar como invitado, en mi rol como gerente de Quieroloma, en el quinto Festival de la Arepa celebrado en el barrio San Carlos. Más que una actividad gastronómica aquello fue un festival cultural y con vigor artístico. Fue un evento vistoso, ordenado y con una oferta variada, gracias a los auspiciadores: la Casa de la Cultura y Mercasid, así como al esfuerzo denodado de Teresa Crusey, Miguel Ángel Pérez y otros líderes de la comunidad.
Los asistentes pudieron degustar de un chechén con chivo (una comida propia de San Juan de la Maguana, provincia a quien se le dedicó esta versión del festival); un poco más tarde, el equipo del jurado pasó mesa por mesa para probar las arepas mejor elaboradas y presentadas con tal de seleccionar la ganadora del día, la cual se llevó un premio de diez mil pesos.
En el festival se realizaron diversas actividades, tales como exposición artesanal con el artista Cayuco (un artista de Miches), quien mostró unas piezas hermosas y valiosas, a tono con la celebración del día. También se hicieron presentaciones artísticas, baile con grupos folklóricos y un maravilloso tour gratuito para conocer la interesante historia de San Carlos con sus calles y personajes. Este tour lo ofreció el profesor Miguel Ángel Pérez. Sin desperdicio.
Es un evento encomiable (digno de imitarse y replicarse); ojalá sientan envidia otros barrios y lo imiten por doquier, ya que dinámicas sociales como estas sirven para lograr la cohesión de la barriada, pero también son estrategias efectivas para desarrollar el turismo cultural en la comunidad y darle visibilidad al quehacer simbólico de su gente. Estas son las cosas que verdaderamente deben promoverse y resaltarse para evitar el vandalismo y la destrucción de lo que “no se conoce”. Así es como prospera la autoestima social de los barrios y se enrique la conciencia cultural de un país, porque estos eventos implican, por necesidad, una vuelta a lo nuestro, una revalorización de sus costumbres y su modo de vida. No hay que rechazar ni avergonzarse del barrio, sino que, muy por el contrario: es sano sentirse orgullo de él. Valga el ejemplo: Marcio Veloz Maggiolo, uno de los más grandes escritores que ha parido este país, se sentía orgulloso de su barrio, Villa Francisca.
En suma, te cuento que me pasé el santo día en el Festival, degustando de unas arepas sabrosísimas y conversando con algunos poetas —aún existen estos seres en el mundo, aunque algunos tecnócratas ya no lo crean— y con algunos amigos. Aquí te dejo un video que hicimos para nuestro canal de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=Z6dO7Z0G44o