Tratar de abarcar toda el área metropolitana que representa la capital de la República es imposible.
El crecimiento desmedido y desordenado que ha caracterizado por años los asentamientos espontáneos, producto de la desidia por el abandono del campo y la producción agrícola ha hecho que hoy en día , por citar varios ejemplos , no tengamos noción siquiera de lo que sucede en municipios tales como Santo Domingo Oeste, Norte y Este.
En este último, se ha generado una megalópolis carente de planificación, que ya colinda con el Aeropuerto Internacional de Las Américas, y ni hablar de los otros que ya conforman una conurbación desproporcionada y caótica.
Sin embargo, las alcaldías del Este como la del Distrito Nacional han mostrado más que esfuerzos por el mejoramiento de sus espacios públicos abiertos. Los mejores ejemplos lo constituyen grandes proyectos de remodelación y adecuación de los litorales marinos costeros, tanto en Santo Domingo Este, como en el Distrito Nacional.
Estas intervenciones, de una incuestionable calidad, tanto por la seriedad y profesionalidad con que han sido abordadas las ideas y conceptos que le han dado origen, como el personal comprometido en los mismos. Todo parece indicar que serán obras que marcarán un hito importante en el desarrollo urbano de la ciudad capital, y sus municipios más pujantes.
En lo relativo al Distrito Nacional , ha sido sorprendentemente positivo el trabajo que desde hace un tiempo viene realizando la Alcaldía dirigida por Carolina Mejía, ya que sin estridencias, pero con una determinación férrea, se han ido recuperando espacios abiertos micros en cada una de las comunidades que conforman el entramado urbano. Esto sin importar la conformación del sector y clases sociales que habiten en estos.
Es visible, los diferentes bulevares o parques urbanos lineales, así como la consolidación de áreas anteriormente deprimidas y depauperadas, que hoy exhiben espacios abiertos con agradables zonas de descanso, área para juegos infantiles de manera segura, arborización para atenuar el calor generado como consecuencia del cambio climático, y una señalética fresca, audaz, moderna, capaz de cambiar la imagen de Santo Domingo.
Estos lugares estuvieron mucho tiempo dormidos en los brazos de la apatía y la anomia, con la creencia de que las autoridades municipales solo estaban para recoger basura y mantener limpia las ciudades. Esto ha cambiado sustancialmente.
Asimismo, y reiterando lo expresado, la Alcaldía del DN se ha enfrascado en grandes proyectos, que suponen inversión de recursos cuantiosos, la mayoría de las veces ha tenido que ser auxiliada por el Gobierno Central como parte de los objetivos de este último en producir un verdadero cambio, no solo de deseos, sino de acción verdadera.
Con el advenimiento y a raíz de sustitución en la dirección de algunos organismos gubernamentales muy sensibles, tales como el Intrant, ahora con la entrada de Hugo Beras, ahora se replantea un nuevo reto para preguntar ¿qué?, a partir de ahora con un tema tan delicado como el Tránsito y la Movilidad de la Capital.
El nuevo incumbente posee, desde hace tiempo, proyectos muy interesantes e innovadores, que de ser apoyados plenamente tanto por el Gobierno como por la ciudadanía, disminuyendo la proverbial resistencia al cambio, prometen revolucionar de manera sostenida los espacios urbanos capitalinos.
Así, el tema de los pares viales de las tres principales avenidas norte – sur del Distrito es una necesidad a gritos. Pero junto con éstas , y siempre de la mano de la Alcaldía del DN , el rediseño espacial de estas calles, cambiando su perfil y dotando no solo de aceras más amplias , arborizadas profusamente con vegetación de sombra, con cambio de pavimento, sino de aprovechamiento de la isleta central para un sistema de monorriel, y designación del carril más conveniente de uno de los extremos para uso exclusivo de un Sistema de Autobuses Articulados, que funcionen como un Metro, con su Estaciones Techadas y boletos prepagados.
Lo que proponemos en resumen, es aprovechar la intervención de estas vías para producir grandes parques urbanos lineales que se complementen con el plan que sistemáticamente ha venido trabajando sin descanso la Alcaldesa del DN y su equipo técnico.
Necesitamos una ciudad mas funcional, más vivible, pero que genere más recursos económicos por parte del cobro de sus arbitrios, justificados por estas maravillosas intervenciones.
El plan iniciado modestamente por el exalcalde David Collado, con recursos muy limitados pero con extrema racionalidad, y seguido de manera constante con mayor alcance y visión por la Alcaldesa Carolina Mejía, apuntan a seguir consolidando y catapultando la ciudad de Santo Domingo, especialmente en el Distrito, como un conglomerado urbano con extrema vocación turística, pero con zonas adecuadas para el desarrollo de las actividades humanas relacionadas con el Hábitat.
Proyectos como el Rescate del Parque Mirador Sur, o la Ampliación del Litoral Marino de la ciudad, proyectan otra visión futurística de mayor alcance a la hora de valorar todas estas iniciativas. Pero de la misma manera la intervención de zonas tan conflictivas y congestionadas como la Duarte con París, de mano con el Sector Privado, y amparados bajo la sombrilla de las Alianzas Públicos-Privadas, tienden a la reorganización del espacio público, la territorialidad, la limpieza y el orden dentro del caos. Se podría estar de acuerdo o no con las soluciones, podrían mejorar, pero es el inicio de una voluntad para enfrentar el desorden.
A esto, solo nos cabe la recomendación de un factor esencial en el éxito de estos proyectos , y lo es la sostenibilidad y sistematización en el tiempo, para poder proyectar mas allá de los períodos que duran las autoridades, la funcionalidad permanente.
No hay dudas, la capital revoluciona, despacio pero con pasos agigantados. Faltan muchas iniciativas, faltan recursos, pero a través de una voluntad de cambio, tal como lo es la norma de nuestras actuales autoridades, podremos ver en poco tiempo la bellísima avenida occidental del Ozama, el Monorriel de la 27 de Febrero hasta el Aeropuerto de Las Américas, el Concepto del Litoral Marino del Caribe, iniciado desde los confines del río Haina, hasta la Autopista de Las Américas, la Zona Colonial, que aunque su desarrollo ha sido lento, ya cuenta con una afluencia de público constante y sostenida, cambio en el uso comercial al de restaurantes de grandes cadenas que comienzan a posicionarse ante lo que viene, y sobre todo la Marca Turística Zona Colonial de Santo Domingo, donde todo comenzó.
Santo Domingo de Guzmán inició su proceso de relanzamiento hace un corto tiempo, de manos con la visión certera de sus autoridades , que esta vez , y de manera eficaz harán que sus espacios sean verdaderamente La Cuna del Encuentro de Dos Mundos en Las Indias Occidentales, para consolidar la Marca País en un turismo sostenido, pero también se constituya en orgullo verdadero de todos los que habitamos en este bellísimo entramado urbano, a orillas del fulgurante y tempestuoso Mar Caribe o Mar de las Antillas.