Estado poético
El estado poético es diferente al estado prosaico. ¿La armonía a la cual aspiramos, es principio y fin de la armonía universal? Hagamos una explicación de manera teórica: Existe la tendencia al desorden como lo establece un principio o ley de entropía, lo cual es irreversible. Entonces, ¿se alcanzará el estado poético dentro del principio caótico y de expansión con el cual se sustentan leyes fundamentales de la naturaleza? En el desorden habría poesía y acceso al placer estético y al estado poético.
Tanto lo caótico como lo armónico u organizado es caldo de cultivo para la poesía. Esto sucede como en los principios de la entropía. De acuerdo a Ilya Prigogine (1917–2003), la producción de entropía contiene siempre dos principios dialécticos: el creador de desorden, pero también el creador de orden. Y los dos siempre están ligados. El científico se refiere a que en la creación de entropía, subyacen esos conceptos; pero aplicado a los fenómenos naturales, se da de forma irreversible, desde la explicación de la termodinámica y su segundo principio.
Ahora viene la otra pregunta: ¿Y qué tal de la llamada materia oscura del universo, aquella no detectada por la radiación electromagnética porque no absorbe, refleja o emite luz? Los fenómenos, leyes o principios que suceden en esta materia son desconocidos. ¿Qué habrá en esa materia oscura del universo sobre la cual discuten los científicos? ¿Cuál será la forma de percibir su existencia y esencia? ¿Cuáles leyes la rigen en esa inmensidad cósmica? ¿Cuáles seres y a cuáles dimensiones tienen acceso? Si pensamos en la lengua y el lenguaje, ¿también tienen su materia oscura?
Mientras más preguntas se formulen, el número de hipótesis crece. Los individuos humanos percibimos tres dimensiones por la estereopsis que es una capacidad propia del sistema visual de percepción de imágenes. La cuarta dimensión podría percibirse por medio del uso de herramientas matemáticas y computacionales. Hay científicos que no dan crédito al tiempo como categoría o grado de libertad, generador de dimensiones. El tiempo y el espacio (aunque existen y también se niegue su existencia), cuando el humano primitivo, no significaba nada, solo tuvieron sentidos cuando se crearon los sistemas de medidas.
La poesía, producto de la lengua y el lenguaje, tampoco significaría nada, no existiría, si no tuviera referentes, sin que no apareciera en los individuos humanos y otros organismos vivos, las necesidades, el asombro, lo conmovedor, lo inesperado… Lo mismo sucede con la filosofía y los conocimientos de humanos. Entonces, cuando empezó la poesía, lo hizo junto con el lenguaje. Es igual que si dijéramos: “Si Dios y el tiempo son eternos; entonces el tiempo y Dios son coeternos.”
El estado poético y el pensamiento
¿Existen otras vías para alcanzar el estado poético sin que medie la poesía? La poesía no sería la única mediadora para alcanzar la felicidad, el placer estético, el estado poético, el equilibrio, la autorrealización, el rayo espiritual. También, todo aquello que conecta con Dios o los dioses de la cultura humana a lo largo de cientos de miles de años producto de los procesos evolutivos de la mente. Sobre ese tema de mente humana hay múltiples postulados de científicos, espiritistas, guías místicos, gurús… Han elaborado conceptos que incluyen el pensamiento lógico, creativo, imaginario y hasta inusitado.
El pensamiento es un tránsito hacia la constitución de partículas, o energía poseedora o no de masa (podría pensarse que se habla de magia, pero no es así). Pasa por un proceso de actividad bioeléctrica en el cerebro, activando lo inconsciente y lo consciente. Construye códigos aleatorios y al azar, haciendo surgir la barah—un vocablo de origen árabe que significa “luz”, “brillo”, de donde viene la palabra “palabra” —. Es como la belleza al máximo, luminosidad interior de una persona, hasta alcanzar el culmen de las cosas, llegar al nivel de logos (Heráclito-Herodoto).
La mente ya no se queda reservada a funciones encerradas en las paredes de la cavidad craneal. No, va mucho más allá, está integrada al cuerpo y todo su derredor. Un automóvil en veloz carrera, cualquier hoja movida por el viento, idea del consciente o recuerdo atesorado en el inconsciente, en el imaginario colectivo y en las huellas genéticas, forman parte de la mente. Todo podría estar conectado, hasta existen teorías y postulados de que se obedece a cadenas algorítmicas semejantes a Matrix. También, todo podría comportarse como caótico, como hemos analizado desde la física.
En el mundo tridimensional que habita y puede percibir el individuo humano, la generación de estados de conciencia sobre sí mismo y su entorno sigue estando en pañales. Ahora, si expreso: “lo más pequeño que existe es la imaginación”, vendrían las conjeturas, y las creo muy razonables y lógicas. Eso lo dije una vez y un doctor (PhD) en psicología en Estados Unidos de América me mostró de forma discreta su desacuerdo por tal aseveración.
El filósofo debe cuidar el método de estudio, lo planteado o descubierto debe ser irrefutable o casi irrefutable. Eso sería lo ideal. Sin embargo, debe tener en cuenta que siempre estará sujeto a sus niveles de consciencia.
La conciencia es superada por la imaginación, porque la mayoría de las veces no se puede asumir conciencia de lo imaginado. La supraconciencia sí superaría la imaginación. Entonces, la imaginación sería un solo átomo de la supraconciencia. Es comparado con las propiedades atómicas cuando ejercen la función de irreversible. En este caso, la supraconciencia, donde fluye el rayo poético, estaría en constante expansión, como sucede con el crecimiento continuo del universo. Con una sola limitante planteada por la física cuántica. Recordemos que mientras el universo genere más entropía negativa, todo está condenado a la “muerte térmica”, todo morirá por el frío. En la supraconciencia, la poesía alcanzaría momentos culminantes, no permanentes, hasta de existencia como forma de materia o energía. Ese culmen sería posible si tomamos como modelo el tiempo y su condición de flujo, lo que daría lugar a que todo suceda.
No existe la permanencia, porque en los finales se generan otros comienzos, condiciones necesarias y suficientes para crearlos. En el mundo cuántico, algunos de sus postulados son teóricos, pero en los niveles de conciencia y razonamientos conocidos pueden concebirse como válidos o descartables.
La filosofía es una ciencia, disciplina o voluntad de tránsito a la realidad, a la verdad, a la sabiduría. Su accionar siempre estará en expansión, así como se expande el universo o las partículas moleculares en los diferentes estados de la materia.
La entropía en la literatura: comparaciones
En el arte existe la entropía. Podríamos analizar todas las manifestaciones artísticas y comprobar el anterior planteamiento teórico. Ahora solo nos interesa la literatura. Esta tiende a la dispersión y concentración de la lengua y el lenguaje. Pero su modus operandi puede variar en los géneros literarios, hasta que una obra alcance el nivel de desarrollo (llamémosle energía vibratoria en armonía). Ese nivel nunca podría estar ubicado en el punto de equilibrio de entropía negativa porque no existiría ni la lengua ni el lenguaje. Debiera estar en un estado dinámico. Visto desde esta óptica no existiría la obra literaria maestra. Es muy difícil establecer si existirá el límite en la expansión de la lengua y el lenguaje. Permanecería el lenguaje, a menos que no exista vida en el universo.
Tomemos por ejemplo la novela, el cuento, el teatro y la poesía. En la novela existe una entropía positiva. La lengua abre sus alas y se dispersa en palabras, recorre caminos y veredas, contando la historia o conjunto de historias pequeñas o largas, sostenedoras de argumentos, personajes, hechos, contextos, etc. Su lenguaje puede ser débil, excitante, intenso, limpio, estilizado, académico, particular e irrepetible. Comparemos la novela con un gas, donde hay una dispersión de partículas (lengua y lenguaje). En el caso del cuento se aumenta la cohesión, de la lengua y del lenguaje. Se comprime la historia, se reduce; las palabras suelen ser más determinantes, con menos artificios. Es necesaria la aparición, más que en la novela, de la maravilla de la creación, la barah árabe, los destellos de luz. Con razón, algunos aseguran que el cuento debe poseer, dentro de su estado prosaico, chispas poéticas. El cuento sería el punto intermedio entre la novela y el poema. Es como el comportamiento de las moléculas de un estado líquido.
En el género teatro el fenómeno entrópico es igual que el narrado para la novela. Pero tiene una modalidad denominada entremés, el cual podría considerarse como tránsito a la síntesis, donde la dispersión caótica de la obra teatral tiende a reducirse. No descartamos que el entremés pueda poseer grados o niveles de entropía negativa que lo conviertan en una obra de gran cohesión del lenguaje con el uso de palabras, frases y oraciones más limitadas.
En cambio, la poesía es el símil de las moléculas de un estado sólido, el hielo, por ejemplo, donde la lengua y el lenguaje están comprimidos. Es una entropía negativa, pero funciona de forma inversa, como si fuera la explosión del big bang. O sea, estando la poesía en un nivel de entropía negativa, su manera de expresión es de carácter entrópico positivo. Leamos estos versos del poeta Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925-2020): “Entropía es el tiempo que se va / y no vuelve nunca para atrás. / Las curvas exponenciales de sus cuerpos: / todas las muchachas que yo amé / se las llevó la entropía.”[1]
En los fundamentos teóricos del lenguaje encontramos al mismo Ferdinand de Saussure y a Levi-Strauss y otros estructuralistas que consideran el lenguaje como un concepto rígido e impersonal. Ese tipo de rigidez está asociado a la idea de entropía negativa. En su evolución, la lengua tiende siempre a un estado de entropía positiva, hacia un caos verdaderamente interesante desde el punto de vista sociolingüístico. El proceso sincrónico y diacrónico de la lengua y el lenguaje en los colectivos sociales suponen cierta especie de caos o teoría de catástrofe[2], en el caso que nos asiste, lingüística catastrófica.[3]
Tránsito del conocimiento, del placer estético y del estado poético
El Modelo Estándar de las Partículas Elementales, que incluye el bosón de Higgs, después de los estudios de Peter Higgs en el 1964 y comprobados en el 2012, se abrieron otros campos para nuevas comprensiones sobre la materia y la energía. Pudiera pensarse en el fin de las explicaciones de la composición atómica, y eso, teóricamente, no es cierto. Lo saben muy bien los científicos, filósofos, místicos y otros pensadores. Más allá del conocimiento comprobado por medio de los diferentes métodos de explicar la existencia, y su comportamiento, faltaría mucho por recorrer. Cuando se llega a un conocimiento último, “de punta”, algunos piensan en el final del camino. Pero no es así. Siempre existirán nuevas explicaciones convergentes, divergentes e innovadoras. El alcance de un conocimiento relevante supone explicaciones fácticas. Así pudo pensarse al arribo del idealismo alemán y llegada de Immanuel Kant (1724-1804) que dio “un giro copernicano” a las formas de auscultar el conocimiento. Luego vino Friedrich Hegel (1770-1831), Friedrich Schelling (1775-1864) y otros. Siempre se suponía la llegada al techo del conocimiento del tema tratado. Nunca será así.
Siglos antes, también así era sostenido cuando fue propuesto el modelo geocéntrico (la tierra como centro del universo) de Ptolomeo. Era una “verdad” aceptada para la explicación del sistema donde habitamos. Esta teoría tuvo vigencia hasta el siglo XV. Llegó Nicolás Copérnico y planteó la teoría del heliocentrismo (el Sol como centro del universo), propiciando un “giro” opuesto a las teorías de ciencias. Más tarde suceden todas las teorías y tesis sobre el universo como hoy es conocido.
Como la búsqueda explicativa del placer estético y el estado poético en el individuo humano, tiene diferentes enfoques y perspectivas, en las cuales se incluye la presentada en este texto: el de la poesía como tránsito y culmen a lo posible, por medio de explicaciones, seguiremos su abordaje desde diferentes posiciones científicas, incluyendo la física cuántica, química, biología, psicología y filosofía. (CONTINUARÁ).
Domingo 12 de mayo de 2024.
[1] Cardenal, E. (2020) Versos del pluriverso: Interzona Editora, Buenos Aires, Argentina.
[2] “La teoría de catástrofes es una teoría topológica que estudia los procesos graduales mostrando discontinuidades en su desarrollo.” (Bernárdez, 1994:17)
[3] Una de las disciplinas en las que se ha aplicado la teoría del caos es la Lingüística, generando una línea de trabajo conocida como Lingüística catastrofista. La idea es que el lenguaje es un sistema dinámico complejo en el que existen fenómenos evolutivos discontinuos que pueden explicarse utilizando el marco teórico del caos.
Virgilio López Azuán en Acento.com.do