Día 15. El mes del teatro avanza. Como en un juego de mesa, pero digital, vamos de un chat a otro. Cada mensaje ofrece un aprendizaje, mientras, el tablero teatral toma forma y los turnos van pasando.
Los juegos tienen sus reglas, estrategias, trucos, normas, tiempos, roles y demás, pues el teatro también. Y, cual si fuese la ronda de cualquier juego, le toca el turno al actor, escrito y productor Patricio León, que responde a ¿por qué teatro?
«Porque la vida no me va a dar para vivir, experimentar y ser todo lo que quiero ser y a través de este oficio milenario puedo vivir muchas vidas y experimentar muchas circunstancias. Además, amo jugar y el teatro es juego.»
De espectador o de jugador, cuando asistimos al juego del teatro, sobran vidas. El teatro nos traspasa y marca. Pero hay que estar dispuestos, a pesar de la adultez, a soñar y volver a la inocencia, perdida o escondida, de nuestra niñez. La dimensión del juego y del teatro es lúdica.
Los anglosajones lo tienen más claro. Estos le dicen: “the play”, y no al estadio de béisbol, sino a la obra de teatro. Un amigo mensajea recordando que “dramaturgo” en inglés es “playwright”, es decir, “trabajador del juego”, quien escribe el juego. Que el actor “play a character”, juega a un personaje. Todo es juego. Casi igual en francés, que el actor va a “jouer un rôle au théâtre”, el actor va a jugar un rol en el teatro. Incluso el sinónimo de “faire du théâtre”, hacer teatro, es “jouer”, es decir, ¡jugar! Y también leímos por ahí, que hasta “en quechua, al teatro se le denomina pukllay” que significa jugar.
Aunque en español los términos no hacen esas referencias directas al juego, como buenos jugadores, los teatreros sabemos que el teatro se trata de “jugar”. Pero jugar a conciencia, apelando al disfrute del inconsciente y a la alegría e inocencia del infante que llevamos dentro. Porque en el teatro ganamos todos. Porque aprendemos a aprender y desaprender jugando.
Porque el teatro es un juego serio.