El escritor, periodista y crítico literario Francois Mauriac (1885-1970), fue uno de los escritores franceses más importantes del siglo XX. El haber participado como soldado en la Primera Guerra Mundial, y en la Segunda Guerra Mundial en la Resistencia francesa, lo describe como un escritor sumamente activo. Al igual que André Malraux, le sirvió a Charles de Gaulle, pero en el caso particular, solo escribiendo a su favor. Recibió en 1952 el premio Nobel de Literatura. Como escritor católico, sus temas giran en torno a la religión y muchas veces los conflictos éticos y las pasiones que motivan al ser humano.

De su producción literaria, Nudo de víboras es una obra muy singular. Con cierto parecido a la novela epistolar, es una misiva a manera de un extenso monólogo; y como tal, no contiene diálogos ni descripciones. En la misma, se narra el tormento interior de un individuo avaro, oprimido por el rencor y el deseo de venganza contra su familia.

Nudo de víboras está narrada en primera persona. Su personaje principal, en este caso Luis, un hombre de la burguesía francesa, se dispone a redactar una extensa carta con el propósito que su familia la encuentre cuando desaparezca. En la misma, les expondrá todas las razones que tiene para no dejarles  nada de herencia, ya que según ha entendido, solo están esperando que muera para apropiarse de su fortuna. Convencido de esta realidad, decide beneficiar a un hijo que había tenido con una mujer de baja clase social. La dificultad consiste, en ver si jurídicamente esta maniobra podría ser posible, a los fines de excluir a los demás hijos de la sucesión.

Un hecho muy significativo, y que refleja la actitud resentida del personaje, se nos muestra al inicio de la novela cuando dice: Te asombrará descubrir esta carta en mi arca, sobre un paquete de acciones. Tal vez hubiera sido mejor confiarla a un  notario que te la hubiese entregado después de mi muerte; o bien guardarla en el cajón de mi escritorio, lo primero que forzarán los hijos cuando haya empezado a enfriarme. El protagonista, siente que su entorno familiar es un grupo de víboras que complican la situación haciendo de esta un nudo cada día más complicado. Deduce a su vez, que los hijos son los primeros que van a buscar el cajón de su escritorio para ver que podrían encontrar. Es decir, a ellos solo les importa los bienes del patrimonio.

Cabe señalar otro párrafo cuando el personaje narrador dice: Pero ocurre que, durante años, he rehecho en espíritu esta carta y la imaginaba siempre, en mis insomnios, destacándose sobre el estante del arca, de un arca vacía que no contenía otra cosa que esta venganza, elaborada durante medio siglo. Esto significa, que durante mucho tiempo estaba calculando y rehaciendo el contenido de todo ese desahogo que estaba reprimido en su interior, y que quería expresar con  saña.

Confundido por el resentimiento, Luís le reclama a su esposa Lisa que ella nunca lo ha amado de verdad. Pero sucede, que en los hechos también hay un sentimiento de rencor por parte de ella, ya que desde que se casaron, él la puso al tanto de una relación anterior al matrimonio. En el fondo, hay una verdad que Luís advierte, y es que los sentimientos no deben herirse, y uno recibe lo mismo que da, pues él nunca ha mantenido una relación armoniosa con su familia. Esto da origen, a que comience a reflexionar si tendrá razón en asumir una actitud tan inhumana.

La vida, como gran maestra que es, le da una bofetada en pleno rostro al codicioso esposo, cuando sucede un hecho inesperado que llega a producirle una sacudida interior: la impredecible muerte llega de sorpresa y su pareja fallece. Luís se queda desconcertado ante un acontecimiento tan impactante. Entonces, como si la conciencia le hubiera hecho una advertencia, decide repartir en vida lo que tiene. Aun en esas condiciones, y dado que su padre había llevado una vida muy distante de ellos, y obvio, apegada a los bienes materiales, sus hijos entienden que es una nueva estratagema de él. En realidad no es como ellos pensaban, y ahora el asunto es en serio. Pero quedaba el dolor de los hijos por la madre maltratada.

Nudo de víboras retrata las debilidades humanas, esas complejidades que están dentro de nosotros. Un tema que refleja, que el deseo de venganza nos obnubila el entendimiento hasta hacernos insensibles y alejarnos de los nuestros. Demostración a todas luces evidente, que muchas veces nos enceguece la ambición, y que lo material después que uno desaparece carece de valor. Sin embargo, los bienes involucran al individuo tanto desde el nacimiento, así como también después de la muerte, y esto genera conflictos. Sin lugar a dudas, que lo que más divide y rompe la armonía de los seres humanos son los intereses.