Dado el evidente peso de los gobiernos municipales sobre su territorialidad, se desprende una clara relación entre gobernanza, ordenamiento y gestión del territorio, la aplicación de políticas públicas municipales hacia sus munícipes, bien entendidas y no divorciadas de los planes nacionales de desarrollo establecidos por los organismos estatales y bajo las orientaciones de las metas presidenciales y por supuesto, con el principio de fortalecer el orgullo de pertenencia de sus ciudadanos a ese territorio y de sus características históricas, socioculturales y paisajísticas propias.
Entendemos igualmente importante la educación ciudadana, la ciudadanía responsable, el ejercicio pleno de una democracia participativa permitiendo que los munícipes sean tomados en cuenta ante los problemas y soluciones de sus comunidades y por igual, crear instancias y mecanismos dialógicos que haga posible un ejercicio sano de ese poder municipal como son los concejos municipales abiertos.
La conciencia ciudadana avanza a veces exponencialmente en comparación con la de los dirigentes y líderes de sus comunidades y quienes habrían de representarlos y administrar sus necesidades y recursos, y con el tiempo, en las sociedades modernas, esto se ha convertido en un distanciamiento de expectativas, entre lo que la gente espera de una gestión y la que esta les ofrece.
Museo y municipios son de esos retos que encuentran en el camino, no solo los alcaldes, sino sus propios órganos de poder como lo es la Sala Capitular, máxima instancia donde se deciden las prioridades y se discuten los problemas del territorio, tomándose las medidas que allí se consideren urgentes.
El museo como compromiso municipal, ha tenido poca presencia en los debates de este dialogo entre las fuerzas que componen políticamente la Sala Capitular, los propios comunitarios y cuando no, al Alcalde de turno, el tema no le es de su interés y deja de ser prioritario, sustituyéndolo por los problemas rutinarios de los Ayuntamientos: chapeo de calles, solares y avenidas, bacheo de calles y otras obras de infraestructuras, ciertamente demandadas por los comunitarios, pero es ahí que entra la visión futurista del dirigente, que ha de entender que también, el fortalecimiento de las identidades es el que conforma un tejido social en su territorio de gobernanza.
Estos esfuerzos elevan el interés en la población dentro de esos territorios, por los temas cultuales y se convierten en destinos turísticos en el territorio y una manera de que la gente los conozca, valore y difunda
Por lo tanto, es menester que también en los temas de debate de la Sala Capitular, se incluyan los relacionados con cultura, protección del medioambiente, limpieza de sus sitios y calles, desde la responsabilidad mutua de ciudadanos y alcaldía, además de todo lo relacionado con el ocio, el divertimento sano y la recreación familiar, abriendo los caminos, los debates y realizando acciones en ese orden.
Los museos municipales, de su parte, pueden tener distintas motivaciones de origen que va desde la inquietud de una familia que, por motivación familiar, tradición y sentido de memoria social, poseen un conjunto de elementos pertenecientes a la familia o de algunos líderes familiares y que desean, por muchas razones, exponerlos al disfrute y conocimiento de los demás, pudiendo ser un tema también de acompañamiento y responsabilidad por parte de la alcaldía, aunque sea familiar la iniciativa, luego es cuestión de definir este tipo de alianza de parte del Alcalde y de los demás ediles, en todo caso, es mostrar el interés y disposición de acompañarlos en su iniciativa y hacerla suya también.
Por igual, puede ser un proyectode museo comunitario surgido desde la sociedad civil y que requiera apoyo para su impulso, sea porque contará una historia o valores culturales de las comunidades o una de ellas pertenecientes al territorio de dominio de esa alcaldía, o sencillamente destacar un aspecto de sinigual valor y de cierta particularización comunitaria, en cuyo caso la alcaldía se suma a la propuesta para, también ser parte de esos valores a destacar en esta muestra que fortalecería la identidad y las idiosincrasias propias del lugar.
Pero igualmente se toman iniciativas de fundaciones para promover determinadas colecciones que, dentro del territorio y, aun no siendo cogestada por las alcaldías, tienen un valor como impacto cultural, turístico y económico en el territorio, y solo esos hechos lo convierten en temas de prioridad de las funciones para las cuales existen las alcaldías hoy, que van más allá de crear empleos a sus munícipes, o reparar sus calles, recoger la basura, limpiar una cañada, reparar una edificación o construir un puente, que está bien, pero son las otras necesidades no materiales importantes porque alimentan el espíritu y cumplen una función social y de interés entre los munícipes, que son de igual valoración a las de naturaleza infraestructurales o administrativas de la alcaldía y que sus dirigentes deben asumirlas como parte de un compromiso de su Sala Capitular y de sus ediles.
De la misma magnitud de compromiso, aunque con relaciones diferentes, están los museos privados que albergan colecciones de importancia custodiadas o adquiridas por grupos familiares y empresas privadas que deciden exponerlas al público y se sostienen con fondos privados, lo cual no niega su existencia y proyección, como tampoco su promoción y apoyo por parte del ayuntamiento local, pues al fin y al cabo, estas creaciones de espacios culturales van en beneficios de la comunidad, apoyan a la economía local, incentivan el espíritu de pertenencia, fortalecen la identidad y valor cultural comunitario, sin embargo, es importante que todas estas formas de museos, se orienten y rijan bajo las normas legales de la ley de cultura.
Estos esfuerzos elevan el interés en la población dentro de esos territorios, por los temas cultuales y se convierten en destinos turísticos en el territorio y una manera de que la gente los conozca, valore y difunda, por lo que, el acercamiento de los gobiernos municipales a este tipo de inversión en la cultura no debe estar mediada por celos entre lo público y lo privado, pues hoy se ven como parte de un esfuerzos compartido si las reglas están claras, y visto desde ángulos diferentes, son un eje articulador del desarrollo y parte de los compromisos de las alcaldías con todo lo positivo que se mueva en su territorio, sin verlo como una competencia, sino más bien, como aliados en propósitos comunes.
Todos los pueblos, necesitan contar sus historias, mostrar valores, presentar al visitante sus exclusividades, sus bellezas, el protagonismo de la historia de su comunidad, primacías en manifestaciones culturales, particularidad de sus paisajes, culinaria, personajes e historias particulares, anecdóticamente jocosas y pintorescas, y es una forma de relacionarse con el visitante.
De todo lo anterior, el museo es el mejor de los espacios para estos encuentros, diálogos y experiencias lúdicas que nos divierten, nos educan, nos acercan y nos crean nuevas miradas del otro, y como parte de la gestión municipal, las alcaldías deben incluirlo con la prioridad que también tienen, porque no negamos las inmediateces de la cotidianidad y dinamismo territorial como son aquellas obras y planes de impacto en el desarrollo, embellecimiento, circulación y otras infraestructuras de igual importancia para sus munícipes, de lo que hablamos, es de introducir en la agenda de las Salas Capitulares de estos gobiernos municipales, la necesidad de los museos como espacios lúdicos, informativos, formativos, y de destinos al visitante, ya como parte de una obligatoriedad de los gobiernos municipales, siempre con una visión amplia de alianzas con los demás sectores que van por esos mismos senderos.