Cuando expresamos el concepto de metacrituca, queremos expresar que se trata de un enfoque crítico a una crítica expuesta en determinados espacios de comunicación.
Es tratar la crítica, como razonamiento teórico y práctico de la crítica misma, cuestionando su universo lingüístico y literario, desde la lengua.
Eso es lo que haremos del libro "Pensar las formas", (Editora Búho. 394 págs. Santo Domingo, R.D., 2017, del poeta y crítico literario dominicano, Plinio Chaín).
Este enfoque es como el tratamiento razonado de un "metapensar", porque se de mi pensar, sobre el pensar de Plinio Chaín, quien es uno de los poetas que formamos el taller literario "César Vallejo" de la UASD, en el 1979.
El poeta reunió en esta obra todos los trabajos que, hasta fecha de la edición del libro, había publicado en la prensa nacional. La obra está estructurada en seis (6) partes, con una cantidad de cincuentaiún (51) ensayos, los cuales mantienen, cada uno, cierta afinidad temática.
Vemos que, inicialmente, el sujeto-autor proyecta su pensar crítico en torno a un tratamiento analítico de la existencia o no de crítica literaria en el país y sostiene su discurso en la indagación teórica de los posibles desafíos teóricos de la crítica dominicana, no sin antes dejarnos la advertencia de su empeño de no alterar el origen, ni la esencia, ni la unidad y la transparencia de los ensayos difundidos.
Para Plinio Chaín, (…) "nuestros críticos desconocen la situación actual de la poesía hispanoamericana" (…) (Ver pág. 19).
Esta es una afirmación muy radical, entiendo que debió apelar a una visión más apropiada y no arriesgarse a meter a todos nuestros críticos, si es que hay, en el mismo saco. Lo pertinente es plantear que algunos de nuestros críticos desconocen esa incuestionable realidad de nuestra poesía hispanoamericana. No todos.
Más abajo, Chaín sostiene que (…)"La crítica dominicana, en general, no se ha nutrido de un pensamiento propio ni ha sabido fundar su propio imaginario" (…) (Ver pág. 19).
En esto cohincido con el poeta y crítico literario, en realudad, la mayoría de nuestros mal llamados críticos literarios, se ha apoyado en la manifestación de enfoques emocionales y personalistas que no traspasan los linderos de los espacios externos de la obra, por lo que no entran a cuestionar los múltiples universos internos de las obras que dicen "criticar".
Algunos de nuestros "críticos literarios", continúan mirando "la obra como reflejo, documento o testimonio de la realidad" (Ver págs. 17/18 de la obra citada).
Para Plinio Chaín, (…) "sometida a un desgaste, en su ejercicio textual, la crítica dominicana aparece como irremediable" (…). Y advierte que (…) "Sus palabras se transforman en eco, y acaso algún día acabarán por apagarse, instaurando un silencio tenebroso" (…) (Ver pág. 30).
Desde mi óptica, no hay que ser tan pesimista y tenebroso, a pesar del tétrico panorama que se vislumbra, por la famélica proyección del panorama que se expande en nuestras academias nacionales, donde, lo referente a la enseñanza de la lengua y de nuestra literatura, amerita un enfoque y una práctica más preclara, en cuanto a la inseparable relación de nuestra lengua con la literatura y viceversa.
Por suerte, precisamente, se está en un ambiente de reformas que incluyen la realidad de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la UASD y el rediseño curricular de las diferentes maestrías en lengua y literatura, en todo el país.
Esperamos que nuestros "linguistas" no sigan queriendo imponer su concepción estructuralista y tradicional, que procura dividir el saber lingüístico y el saber literario, lo cual es un inaceptable absurdo.
"Pensar las formas", de Plinio Chaín, nos sitúa no solo en los planos de la creación literaria y el razonamiento crítico, sino que abarca tambien el ensamblaje multicolor de lo pictórico.
Es una provocación al lector, desde un tratamiento creativo insinuante y novedoso que rompe con los moldes de nuestra crítica tradicional.