El dramaturgo español Juan Mayorga recuperó este miércoles para el teatro el Premio Princesa de Asturias de las Letras, veinte años después de que lo obtuviera el estadounidense Arthur Miller, por "la enorme calidad, hondura crítica y compromiso intelectual de su obra", según el jurado.
"Desde sus comienzos, Mayorga ha propuesto una formidable renovación de la escena teatral, dotándola de una preocupación filosófica y moral que interpela a nuestra sociedad, al concebir su trabajo como un teatro para el futuro y para la esencial dignidad del ser humano", señala el acta de un jurado que le concedió el premio por mayoría, tras elegir entre 41 candidaturas.
Mayorga (Madrid, 1965) se convierte en el primer autor en lengua española que logra el Premio Princesa de Asturias de las Letras desde que en 2015 lo ganara el cubano Leonardo Padura y en el tercer dramaturgo, tras el español Francisco Nieva en 1992 y Miller en 2002.
Según el director de la Real Academia Española de la lengua (RAE) y presidente del jurado, Santiago Muñoz Machado, Mayorga, es un autor "al que le queda mucha carrera por delante" y ha logrado atraer a la juventud al teatro.
El dramaturgo, un perfeccionista que se declara "enfermo de teatro", es licenciado en Filosofía y Matemáticas, una formación con la que ha desarrollado su capacidad de reflexión, de observación de la realidad y de saber que la espera y la paciencia llevan a una tranquilidad en la expresión y un sosiego en la palabra con los que hacer brotar espacios de pensamiento.
En 2019 entró a formar parte de la RAE y en su discurso, en la que denominó la casa de las palabras, reivindicó el silencio, un acto que dice mucho de su necesidad por la calma y por serenar la manera de expresar y de contar.
"El silencio nos es necesario, desde luego, para un acto fundamental de humanidad: escuchar las palabras de otros. También para decir las propias", dijo en su discurso. Un texto que tiempo después se ha representado en el teatro en forma del monólogo, "Silencio".
El dramaturgo ve en el teatro la mejor opción para desarrollar la imaginación, un lugar en el que se busca la complicidad del espectador que "no ve lo que ocurre en él sino lo que imagina", en mundo en el que las pantallas ocupan gran parte del ocio y absorben la mirada.
Un teatro para el que reclama la poesía y la emoción, pero también el pensamiento, el espíritu crítico, un lugar en el que tampoco haya espacio para el olvido, como reflejaba ante el estreno de "El cartógrafo", un espectáculo sobre la vida en el gueto judío durante la II Guerra Mundial.
Autor de obras como "Siete hombres buenos", "Más ceniza", "Fedra", "El traductor de Blumemberg", "El sueño de Ginebra"; "El jardín quemado", "Cartas de amor a Stalin"; "Primera noticia de la catástrofe", Mayorga ha sido traducido a más de treinta idiomas, sus obras son representados en todo el mundo y es autor de numerosas publicaciones de ensayos y artículos.
Actualmente dirige el Teatro de La Abadía y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, en Madrid, además de la cátedra de Artes Escénicas y el Máster de Creación Teatral de la madrileña Universidad Carlos III.
Mayorga se mantiene siempre en busca de un segundo plano pese a haber recibido el Premio Nacional de Teatro, el Nacional de Literatura Dramática, el Valle-Inclán o cinco Max, los galardones representativos del teatro español.
El premio de las Letras, que en 2021 recayó en el escritor francés Emmanuel Carrère, está en posesión de autores como John Banville, Arthur Miller, Margaret Atwood, Antonio Muñoz Molina, Doris Lessing, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Richard Ford, Leonardo Padura, Philip Roth, Leonard Cohen, Günter Grass, Carlos Fuentes, Ángel González y José Hierro.
En esta XLII edición de este año se han concedido además los premios de las Artes a la cantaora Carmen Linares y a la bailaora y coreógrafa María Pagés (España); el de Comunicación y Humanidades, al periodista polaco Adam Michnik, el de Ciencias Sociales, al arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, y el de los Deportes, a la Fundación y el Equipo Olímpico de Refugiados del COI.
Cada galardón está dotado con una la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró -símbolo representativo del premio-, un diploma acreditativo, una insignia y 50.000 euros (unos 50.300 dólares).