Maikol Sención Aracena, un artista oriundo de Villa Altagracia, ha encontrado en el arte su verdadera pasión y vocación. A pesar de haber explorado diversos caminos y realizado cursos en diferentes áreas, nada ha logrado llenar su alma como el arte. Maikol reconoce que, debido a la falta de oportunidades en su entorno, su destino parecía estar marcado por opciones limitadas, como ser delivery o cuidador. Sin embargo, su espíritu creativo y su amor por el arte lo llevaron por un camino diferente.
En el año 2013, Maikol comenzó a adentrarse en el mundo del arte a través de la realización de tatuajes en su barrio, utilizando elementos rústicos. Esta experiencia despertó en él el deseo de perfeccionarse y estudiar más, lo que lo llevó a ingresar a la Escuela Nacional de Artes Visuales. A pesar de enfrentar dificultades económicas que lo obligaron a abandonar sus estudios en 2017, Maikol nunca perdió su pasión por el arte.
La vida de Maikol dio un giro inesperado en 2018, cuando su padre, un marchante de cuadros, falleció, dejándole el negocio de venta de pinturas. Aunque el negocio estaba en quiebra, Maikol decidió comenzar a pintar y vender sus propias obras. A pesar de no ser un artista académico, Maikol se considera un autodidacta con un hambre insaciable por aprender y convertirse en un verdadero artista.
Maikol encuentra su inspiración en el pueblo dominicano, en los lugares que visita, en las señoras y en los personajes creativos que se encuentra en las calles, tanto en la Zona Colonial como en los barrios y en las torres de Piantini. Su amor por los campos y su origen campesino se reflejan en su pasión por los paisajes y su aprecio por diversos movimientos artísticos, como el impresionismo.
La vida de Maikol como artista es compleja, con horarios poco convencionales que incluyen noches enteras dedicadas a pintar. Para él, la musa se encuentra en cualquier lugar, pero lo más importante es seguir trabajando, incluso cuando la inspiración no llega fácilmente. A través de su arte, Maikol busca crear obras alegres que permitan a las personas olvidar sus problemas y sumergirse en una realidad positiva.
Maikol es consciente de los desafíos que enfrentan los artistas dominicanos, como la falta de cultura, educación y exposición en los medios de comunicación. Sin embargo, su pasión y dedicación lo han llevado a lograr exitos importantes, como tener una de sus obras, un león, en la colección del expresidente Leonel Fernández.
Las aspiraciones de Maikol en el arte son claras: llevar su carrera a la escena mundial, tener exposiciones y ver sus pinturas valoradas y apreciadas en diversos espacios, desde cafeterías y funerarias hasta museos. Para él, cada pincelada es una expresión de su esencia y su ser.
A pesar de los sacrificios y esfuerzos, Maikol siente que el arte le ha devuelto con creces en forma de emociones, alegrías, sensibilidad, frustraciones y madurez. Su historia es un testimonio del poder transformador del arte y de cómo la pasión y la determinación pueden superar cualquier obstáculo en el camino hacia la realización de los sueños.
Su arte está expuesto cada día en la zona colonial al lado del supermercado nacional. Tiene arte nuevo todos los días, animamos a los lectores a dejarse cautivar por este artista.