La literatura, recurso creativo que transporta a mundos mágicos, espacios indescriptibles; medio estratégico para develar acciones injustas de sectores dominantes cegados por el poder, difunde opiniones que violentan los derechos de la mayoría, también se convierte en la voz de quienes no han desarrollado las competencias comunicativas para expresarse y llegar a medios a denunciar injusticia del poder. En ese sentido, en la historia dominicana fue uno de los recursos que hizo reaccionar a la población a través del panfleto. Este, según la RAE, es un escrito breve, difamatorio de carácter agresivo, fácil de leer, de bajo costo de impresión y rapidez para difundirse.
El panfleto fue el recurso idóneo para expandir las ideas liberadoras en contra del régimen de Trujillo durante la dictadura, a pesar de la ignorancia de la población su estructura simple comprensible para una población en su mayoría analfabeta superó el escollo que limitaba la comprensión comunicarse con la masa popular.
Por otro lado, la creatividad que abraza al asiduo a la lectura propició que se organizaran en pequeñas células, así lo deja ver Andrés L. Mateo en su novela La balada de Alfonsina Bairán (1992) y pudieran abarcar un radio más amplio en su distribución. Crearon estrategias para no ser descubiertos por los seguidores del régimen como, por ejemplo, olvidar panfletos en lugares muy concurridos, pero pocos expuestos a la vista de todos, olvidar unos boletines en bancos de iglesias donde el cura era partícipe del proyecto, colocar paquetes en parques de mucha concurrencia, especialmente en el Cibao; se enfocaron en lugares donde tuvieran acceso adolescentes y adultos que fueran capaces de reflexionar sobre la situación sociopolítica del momento y pudieran socializarla lo ocurrido con amigos cercanos, aunque con precaución para no ser delatados por quienes trabajaban a favor del régimen.
Sin lugar a duda, el panfleto cumplió su finalidad, de manera discreta, al concienciar a personas sobre la realidad por medio de la divulgación de acciones injustas para un sector de la población que, de no ser así, no se hubiese empoderado y surgir el sentimiento de inconformidad contra el régimen que, permitió a partir de entonces la resistencias en contra de las injusticias del gobierno como sucedió con el asesinato de las hermanas Mirabal, lo que motivó que muchas personas pasaran a formar parte de la oposición, como ocurrió en el caso de mi abuelo y mi padre que simpatizaban por el régimen, pero la muerte de las Mirabal los llenó de ira por lo que analizaron otras aristas de la dictadura hasta el momento desapercibidas para ellos y parte de su comunidad.
Sin embargo, esto desencadenó una cacería entre los posibles responsables de las acciones y todo sospechoso fue encarcelado o desaparecido de manera misteriosa. Pero ya no se podía retroceder, la semilla se había tirado y las personas comenzaron a despertar, las denuncias en los panfletos propiciaron que reflexionaran sobre acontecimientos de parientes, vecinos y amigos ignorados hasta el momento. Por supuesto, cuidando siempre de ser cautos en sus comentarios, por el gran número de personas que contribuían a favor del régimen y vivían en los entornos comunes.
El éxito publicitario de los volantes motivó a los intelectuales a utilizar otros recursos que continuaran transmitiendo el mensaje, esto a través de cuentos, novelas, ensayos utilizando la ironía desde la perspectiva de quienes tenían en ese momento las competencias para producir ese tipo de texto, sin levantar sospecha en los agentes infiltrados, en todas las esferas comunales existentes y, que continuar el fortalecimiento del pensamiento liberador entre los pobladores.
En fin, el panfleto tuvo un papel muy importante en la concienciación para el derrocamiento de la dictadura, y como es un texto que puede rediseñarse, en los momentos que vivimos, podría ser una herramienta oportuna para el fortalecimiento del pensamiento crítico en jóvenes de cualquier sector socioeducativo que desconoce aquellos contextos históricos, y emplearlo para plantear problemáticas con propuestas de soluciones que limitan nuestro crecimiento económico, político, pero sobre todo, el educativo.
Minerva González en Acento.com.do