El poetaso, flaco como una garza y febrilmente habanero, Virgilio Piñeira, en los años 40 del siglo pasado ya había escrito sobre la insularidad que, por más iPhone , globalización (solo para corporaciones no para humanos) que consumamos sigue siendo una maldita circunstancia que nos pone chismosos y sinuosos como burros en la sabana y al final nos envilece.
Lo bueno de leer en los estadios tardíos de nuestras vidas es descubrir tesoros que estaban en el fondo de tu mar y que por alguna maldita circunstancia te impedían la lucidez , la claridad , la conciencia exacta de lo que lees.
En las lecturas también hay dudas y brújulas que no te llevan a ninguna parte. La primera vez -como todas las primeras veces- la lectura es un viaje entre las nieblas, cazando sorpresas y paradas técnicas en los detalles. Un verbo, una frase supuestamente sin importancia que abre nuevos atajos.
Piñeira apareció en estos días porque estoy terminando de leer Antes que anochezca de Reinaldo Arenas. Un libro muy duro. Sientes las picaduras de insectos y la soledad asesina y agobiante de Arenas en su escondite en el Parque Lenin de La Habana
Piñeira . Arenas y Lezama Lima -tres cracks de la literatura cubana y universal- padecieron la maldita circunstancia de estar rodeados de las aguas negras de la censura y el oscurantismo más cutre y oportunista, de la persecución contra sus “deseos antinaturales” y sus constantes y creativos “diversionismos ideológicos”.
Al final, la tierra se traga las órdenes de mando, se encasquilla la bayoneta y los grises señalamientos que oprimen los corazones se transforman en abono para gusanos y sabandijas.
Cuando se rompe un vaso, es tu risa la que tintinea. El centro de la casa vuela como el punto en la línea. En tus pesadillas llueve interminablemente sobre la colección de matas enanas y el flamboyán subterráneo. (Fragmento de La Mujer y la Casa /Lezama Lima)
Rodeados de las de malditas circunstancias ajenas a su sensibilidad, a su condición maravillosa e incondicional de autores , de pensadores libres .
Arenas padeció cárcel y lo cuenta en su libro como si aquí no hubiera pasado nada . Horas de vida o muerte huyendo siempre de la represión. Se salvó por sus textos publicados en el extranjero gracias a la generosidad de sus amigos residentes en Europa y Estados Unidos.
Sergio Ramírez
El escritor nicaragüense y ex aliado de los sandinistas, Premio Alfaguara 1998 y otros más también lo rodean las malditas circunstancias al parecer infinitas del autoritarismo.
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo emitió órdenes de arresto en su contra en el año 2021.Lo grande que Somoza también lo desterró y ahora la “revolución” del mayoral de Nicaragua Nicaragüita lo expulsa de su país, de los lagos y las montañas que lo vieron nacer.
En la otra orilla
En los Estados Unidos la lista de autores y libros censurados es larga y absurda. Las malditas circunstancias expulsan de las bibliotecas escolares a títulos maravillosos de Stephen King, Toni Morrison, Arthur C. Clarke, Neil G y Joyce Carol Oates, entre otros. La inquisición del macartismo sigue presente en la mayor democracia liberal del planeta.
Lo dejo aquí. Me vigila la maldita circunstancia de la paranoia