"No escribo a diario literatura. Voy acumulando de mis experiencias, imágenes, situaciones, caracteres… y de un momento a otro siento la necesidad de escribir lo que ha ido tomando forma en mi cabeza. La mayoría de las veces son cuentos o poemas". (Jeannette Miller)
La vida es otra cosa (2022) es la primera novela publicada de Jeannette Miller. Fue puesta en circulación por la Editorial Alfaguara en el año 2005. El 2 de julio de ese año un jurado compuesto por los escritores Marcio Veloz Maggiolo, Eduardo Sguiglia y Leonardo Padura le concedió a esta obra una primera mención en el Premio Internacional de Novela de Casa de Teatro:
Hemos decidido por unanimidad conceder una primera mención a la obra La vida es otra cosa, presentada bajo el seudónimo Sobreviviente de Barlovento, por su acertada conjugación de estructura y lenguaje en una obra que ofrece un abarcador y práctico panorama de la sociedad dominicana actual (Miller, 2022: 181).
La novela narra la vida social de los personajes como una denuncia del sistema político, económico y militar, ya que visibiliza todos los problemas que surgen de la corrupción, el narcotráfico, el autoritarismo, las injusticias y las faltas de oportunidades para las clases subalternas y oprimidas a lo largo del siglo XX y parte del XXI en la República Dominicana. Dramatiza en las vidas de los protagonistas todos estos problemas con toda su crudeza sin idealizar a los personajes ni al pueblo donde acontecen los hechos más importantes de la obra. La corriente social en la narrativa dominicana ya es parte de una tradición en la que se inscriben casi todas las novelas del canon de la novelística dominicana desde La sangre de Tulio Manuel Cestero Leiva, La mañosa de Juan Bosch, Over de Ramón Marrero Aristy, La vida no tiene nombre de Marcio Veloz Maggiolo, Solo cenizas hallarás de Pedro Vergés hasta Bachata del ángel caído de Pedro Antonio Valdez, entre otras. A pesar de que se narran prácticas mágico-religiosas, La vida es otra cosa no pertenece al movimiento literario del realismo mágico. Sobre la orientación social de su novela, Jeannette Miller afirma lo siguiente en una entrevista que le hizo el poeta Frank Báez:
La vida es otra cosa es una novela social que pretende ser una denuncia del deterioro humano y social que se ha llevado a cabo en nuestro país, cimentado en el tráfico, la impunidad y la violencia desde la primera intervención norteamericana en 1916 hasta hoy. Pretende ser una síntesis aleccionadora del siglo XX dominicano y está escrita para la juventud como una manera de que tomen conciencia de lo que sucede y puedan, a partir de sus propias experiencias, crear elementos de defensa y solidaridad, que les permitan en el futuro ser ciudadanos de un país mejor (Báez, párr. 35).
De estas palabras de la escritora, se puede inferir su compromiso ético con la escritura y con el mejoramiento moral de la sociedad en la que la ha tocado vivir. Las motivaciones de los escritores a la hora de escribir pueden ser múltiples según la personalidad de cada quien. Las de Jeannette Miller para escribir La vida es otra cosa partieron del compromiso y no de la indiferencia ante los problemas que afectan a la mayoría. Una marca inconfundible de la generación literaria del sesenta del siglo pasado a la que ella pertenece junto a otros autores como Miguel Alfonseca, Altagracia Coiscou Guzmán (Grey Coiscou), René del Risco Bermúdez, Jacques Viau, Juan José Ayuso, Antonio Lockward, Armando Almánzar, Iván García, etcétera.
La novela consta de 27 capítulos a lo largo de 175 páginas. La narración termina en la página 175, pero el libro tiene 6 páginas más de un breve diccionario de dominicanismos que la autora utilizó en el texto y la mención del Premio Internacional de Novela de Casa de Teatro. Para contar la historia, la novelista utiliza un narrador omnisciente de tercera persona y monólogos de algunos personajes en primera persona. Hay un predominio de expresiones dominicanas del habla popular en los distintos narradores que la escritora utiliza. Por lo que su lectura le puede resultar fácil, rápida y familiar a un lector dominicano.
La vida es otra cosa (2022) es una novela corta que narra las biografías de los personajes principales enlazándolas a través de sus relaciones sociales, amorosas, militares, económicas, políticas y religiosas. El pueblo donde se desarrolla la historia tiene por nombre Vengan a Ver y está ubicado en la región sur del país y en la zona fronteriza con Haití. Es un pueblo costero que no puede ser identificado en la realidad con ningún pueblo del sur, ya que no hay ninguna ciudad que tenga acceso al mar o una zona costera y que haga frontera con Haití. Esta elección de un pueblo no identificado en la realidad real, le permite a la autora una libertad creativa para narrar las consecuencias de los acontecimientos históricos que han afectado a la República Dominicana desde 1916 hasta los primeros años del siglo XXI a través de las vidas de los personajes principales.
Vengan a Ver es un poblado donde ocurren de manera sintética todos los problemas del país y donde los personajes viven y mal viven y los que se van, como la joven prostituta Yudelka, regresan. Situar a los personajes en esta ciudad le da una cohesión y una coherencia a la narración que de otra manera se dispersaría, es decir, los personajes no están dispersos por toda la geografía nacional. Con esta decisión la autora emparenta su novela con las de otros autores de la literatura hispanoamericana que se han inventado pueblos y ciudades donde se desarrollan sus historias como el Macondo de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y otros textos del escritor colombiano. Lo más parecido a Vengan a Ver en la realidad real es la provincia de Barahona, que es una ciudad sureña con acceso al mar y con una extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, ya que en Vengan a Ver hay una extensión de una universidad donde trabaja la profesora Lurdes, uno de los personajes principales.
En la novela hay tres personajes femeninos que son los principales: la profesora Lurdes, la campesina María y la joven prostituta Yudelka. Por otra parte, los secundarios son: Leticia, Chino, Miguel, Tiburón, Tito, Felipe, el padre Cuso, Martina y el Capitán Jiménez. La novela cuenta las vidas de cada uno de estos personajes y las relaciones que establecen entre ellos.
Lurdes es una profesora universitaria que ha asumido su vocación magisterial como una misión mística. Vive para poner en práctica a través de la docencia los mandamientos cristianos católicos y bíblicos de amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí misma, es decir, su accionar está motivado por una ideología religiosa católica. Cuando era una estudiante universitaria apoyaba políticamente a la izquierda y se identificaba con los ideales de justicia y solidaridad con los desposeídos. De clase social acomodada, hizo una maestría en España. Es blanca, pero viste con faldones oscuros y blusas camiseras para esconder sus atributos físicos como la belleza de sus piernas. Tiene un amor imposible que se llama Gabriel a quien conoció en España, pero que, por su timidez, nunca intentó seducir ni él se fijó en ella para una relación amorosa. Ha querido ser monja, sin embargo, los prejuicios de las congregaciones religiosas con respecto al compromiso social no se lo permiten. Representa la resistencia cotidiana sin estridencias contra los males que pueden desintegrar a la sociedad de Vengar a Ver. Enarbola un discurso contra el consumo de drogas por lo que se gana la enemistad del psicópata Tiburón quien controla el microtráfico en el pueblo. Sin embargo, se muestra como una mujer valiente ante el criminal. Por otro lado, en la descripción de Lurdes y del pueblo que hace el narrador omnisciente de la novela, hay una simbiosis o asociación indisoluble entre el pueblo y el personaje, ya que el narrador describe el pueblo desde la perspectiva de Lurdes y cada habitante de una ciudad tiene una idea de ella que no siempre es igual a la de los demás habitantes. Es decir, una ciudad siempre es la ciudad personal de alguien.
María es una campesina madre de doce hijos. Vivía en la zona montañosa de Vengan a Ver con su esposo Tito de quien decide separarse cuando descubre que este tiene una relación amorosa con una muchacha que ambos criaron. Se muda para la ciudad y espera que sus hijos se dediquen a trabajar y a convertirse en profesionales, pero esto no sucede con la mayoría de ellos, por lo que María sufre una gran decepción. Se dedican a tomar alcohol, jugar gallos y engendrar hijos de manera irresponsable para que ella tenga que criarlos. Cuando se cansa de todo esto, bota a todos sus hijos de la casa con la excepción de Chino quien tiene una conducta ejemplar. Es una mujer trabajadora desde su niñez, muy inteligente sin tener una formación escolar básica, y muy valiente, ya que es ella quien mata a Tiburón, el personaje más cruel de la novela.
Yudelka es una joven prostituta que anhela vivir el sueño americano de irse a Estados Unidos a conseguir dinero y emprender un salón de belleza en su pueblo. Al inicio de la novela vive con su madre Leticia y su padrastro Domingo quien ejerce la violencia física y verbal contra ambas. Se marcha de la casa a prostituirse para Santo Domingo cuando intuye que Domingo no es su padre por sus diferencias en sus aspectos físicos y de personalidad. Además de estar cansada de sus maltratos. En la capital, Yudelka se prostituye en un centro de masajes y luego como camarera en un restaurante del Malecón llamado La Ballena. Al final, después de ahorrar una cantidad dinero, decide pagarse un viaje en yola para Puerto Rico el cual fracasa y descubre que su padre es Miguel Padilla, un narcotraficante y organizador de viajes ilegales en yola.
Miguel Padilla es un narcotraficante que inicia su carrera delictiva en su adolescencia. Viaja en yola a Puerto Rico y de ahí hacia Estados Unidos donde se convierte en un capo importante. Regresa millonario a Vengan a Ver, le compra una casa a su madre Martina en un barrio de clase media, se la amuebla con utensilios nuevos y caros, y controla sus negocios en Nueva York desde la ciudad sureña. Además, es padre de Yudelka a quien engendró con Leticia en una noche de aventura playera. Se entera de que es su padre al final de novela y muere asesinado por Tiburón.
Leticia es la madre de Yudelka. Tiene una aventura amorosa con Miguel Padilla de la que nace Yudelka, pero cuando Miguel se va para Puerto Rico, se casa con Domingo y le hace creer que la niña es hija de él. Domingo es un delincuente que le agrede físicamente a ella y a su hija, pero Leticia nunca encuentra las fuerzas para dejarlo.
Martina es la perfecta madre ingenua de Miguel Padilla que no cree que su hijo sea un narcotraficante. Además, es abuela de Yudelka vínculo familiar del que ambas se enteran al final de la novela.
Tito es un campesino, esposo infiel y padre de los doce hijos de María. Se pasa la vida trabajando la agricultura en la zona montañosa de Vengan a Ver y muere en su conuco. Se relaciona con tres mujeres durante su vida. Primero con María, luego con una joven que ambos criaron y muere con una vieja de Neiba. En el contexto de la expedición del 14 de junio de 1959 que entró al territorio nacional por Constanza, Maimón y Estero Hondo para tumbar la dictadura de Trujillo, llega al pueblo un coronel trujillista apellido Ventura quien persigue a los expedicionarios y trata de apoderarse de Maritza la hija mayor de María y Tito. Sin embargo, Tito manda a su hijo Felipe al monte a esconder a su hermana y luego la interna en un convento de monjas en Jarabacoa durante cinco años. Esto trae como consecuencia la enemistad fanática del coronel el cual le hace la vida imposible a Tito durante muchos años.
Chino es el hijo menor de María y Tito. Hijo responsable, trabajador y novio de Yudelka antes de que esta se marche de Vengan a Ver. Ella lo utiliza para salir a bailar y a beber y cuando Chino no tiene dinero, se hace la enferma, es decir, se comporta como la típica chapeadora de esta época. Chino se enamora de Yudelka y sufre cuando esta se va del pueblo, pero luego se enamora de la profesora Lurdes, un amor imposible para él. A quien le dice lo que siente a través de una carta de despedida al final de la novela antes de irse en yola para Puerto Rico y luego ir a Nueva York a trabajar en los negocios de droga de Miguel Padilla, quien se comporta como su mentor. La principal motivación de Chino de irse del país es conseguir dinero para poner una ferretería en el pueblo y poder seducir o ser una opción amorosa para la profesora Lurdes.
Felipe es hijo de Tito y María y el único que se hace profesional de sus hijos. Se hace asimilado de la Policía bajo el padrinazgo del capitán Jiménez. Cuando se gradúa lo ascienden a teniente de la secreta. Trabajo en el que tiene que informar sobre quiénes trafican con drogas, quiénes controlan los viajes en yola y quiénes conspiran para tumbar el gobierno, sin que su familia ni nadie en el pueblo sepa que Felipe es el encargado de esta función.
El padre Cuso es un sacerdote católico y misionero español. Cuso es su apodo porque su nombre es Francisco Antonio de la Fuente y Palacios, el único nombre completo de un personaje que aparece en la novela y que da la impresión de ser de la realeza española a pesar de su origen humilde. El padre Cuso protege y esconde a los perseguidos por el gobierno y predica en contra del narcotráfico porque lo que se gana la enemistad de las autoridades y de los traficantes de droga. Al igual que Lurdes es un personaje que representa la lucha cotidiana contra los elementos desintegradores de la sociedad de Vengan a Ver.
El capitán Jiménez es un policía serio y honrado en sus inicios, pero termina corrompiéndose y brindándole protección al narcotraficante Miguel Padilla por recomendación de un primo. Estudiaba Derecho y luego se hizo asimilado de la Policía hasta llegar a capitán.
Tiburón es un homosexual y psicópata cuya biografía recorre la historia dominicana desde la matanza de los haitianos de 1937 por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina hasta los primeros años del siglo XXI. Participa en la matanza de los haitianos, luego se convierte en traficante de haitianos para los ingenios azucareros y, por último, de armas y de droga. Es descripto como un personaje que disfruta matando y torturando y que nunca se baña. Le gusta acostarse con jovencitos consumidores de estupefacientes a los cuales droga para lograr sus objetivos sexuales. La historia de este personaje despierta la repugnancia del lector. La campesina María le pone fin a su vida al final de la novela.
La vida es otra cosa (2022) es un grito de resistencia ante las pérdidas de los valores que permiten la cohesión social, la sana convivencia y la realización de los sueños y anhelos de los dominicanos y dominicanas en su patria de nacimiento. Visibilizar a través de la literatura los problemas que afectan a la mayoría y que pueden desintegrar la sociedad es una forma de compromiso, es decir, de literatura comprometida tal y como la conceptualizaba el filósofo francés Jean Paul Sartre; es una manera de no mantenerse al margen o indiferente sino de aportar un granito de arena para el mejoramiento social. Finalizo este análisis de la novela con las palabras del crítico literario Giovanni Di Pietro:
Jeannette Miller toma el toro por los cuernos en esta novela. Nos hace el recuento de lo que ocurre y por qué ocurre en el país. Y es esto lo que de verdad cuenta. El desamparo de la República Dominicana y su pueblo no tiene que ser eterno. No es un destino o una maldición, como se piensa. Existe una salida. Ésta no se encuentra en los gobiernos de turno ni en los políticos sino en esa gente que no está dispuesta a rendirse y que entiende que un futuro mejor está hecho de un cúmulo de granitos de arena, que son las buenas acciones, los buenos sentimientos, el altruismo, la dignidad frente a ese mal que todo quiere corromperlo y aniquilarlo. Con esa convicción crecen los personajes de Lurdes y del padre Cuso. Son seres que lo dan todo, que se entregan al bienestar de los demás, y que no aceptan de ninguna manera las reglas del juego corrupto (Di Pietro, párr. 1).
Bibliografía
Báez, F. (mayo-junio de 2008). Entrevista a Jeannette Miller. Revista Global, sitio web:
https://revista.revistaglobal.org/entrevista-a-jeannette-miller/
Di Pietro, G. (21 de junio de 2008). “La vida es otra cosa”, novela de la escritora Jeannette Miller. Listín Diario, sitio web:
Miller, J. (2022). La vida es otra cosa. Santo Domingo, Rep. Dom.: Editorial SANTUARIO.