Los textos literarios guardan en ellos características que nos hacen viajar a diferentes lugares e incluso, en el tiempo. Por medio de ellos conocemos personas de las cuales aprendemos, admiramos y en ocasiones podemos llegar a odiar, conocemos contextos socioeconómicos y hasta psicológicos por medio de palabras y muchas de estas palabras dichas en antaño aún resuenan en la actualidad con la misma o mayor fuerza que en ese entonces.
Don Quijote de la Mancha es la obra magna de la literatura española y la más grande y reconocida dentro de la obra de Miguel de Cervantes. Este libro puede compararse con un gran Hyperion de numerosas ramas por las que podemos abordar las aventuras del famoso hidalgo. Algunos de los temas que surgen en ella son: el papel de la belleza, análisis a los poemas presentes en ella, los tipos de narración, el contexto social de la época, aspectos psicológicos de los personajes etc.… pero dentro de este mundo de temas, me llama bastante la atención las reflexiones que presenta y los dichos que hoy en día siguen siendo usados por nosotros mismos, muchas veces sin saberlo.
En el capítulo 26 encontramos una reflexión expresada por Don Quijote a Sancho sobre enamorarse, el caballero expresa:
“Dos cosas incitan a amar: la mucha hermosura y la buena fama”
Esta frase, aunque está orientada al amor es a su vez realista y nos brinda una visión del contexto de la época. En aquel entonces el papel de la hermosura y la buena fama eran muy importantes y esto lo observamos durante todo el texto y en otros que datan del clasismo hasta la actualidad.
También nos encontramos con variaciones de frases muy usadas como la que aparece en el capítulo 34:
“Lo que cuesta menos poco se estima”
Y más adelante en el 43 nos encontramos con una de sus variaciones
“No es de estima lo que poco cuesta”
Esta frase a través del tiempo ha cambiado y evolucionado según el parecer de los hablantes, pero el mensaje siempre es el mismo.
En el mismo capítulo 34 también entramos el dicho popular de:
“Lo que esta quieto se deja quieto”
Está a diferencia de la anterior no ha variado en su forma después de más de 400 años. Hoy en día la usamos en diversas situaciones, pero está orientada a punto especifico, por ejemplo, cuando se considera que tocar un tema o realizar una acción que puede acabar en discusión o problema sin necesidad alguna.
Dos capítulos después nos encontramos con no una frase, sino un término que me resulta imposible dejar de lado y se trata de la palabra “tecato” que cualquiera pensaría que se trata de algo actual, pero no lo es. Esta mención ocurre por una impertinencia que dice Sancho a su amo a lo que él le responde:
“Eres un tecato”
Este término se trata de una adaptación hispanoamericana de tecatl de la lengua nahualt de México y se remonta a sus antepasados, los cuales inhalaban sustancias como la cocaína para comunicarse con sus dioses. Tecato se utiliza para referirse a una persona que usa o tiene dependencia a las drogas. En República Dominicana es usado de forma común bajo ese mismo significado.
En el 45 encontramos una frase de las cuales hay hasta temas musicales y esta frase no se menciona una sola vez durante el libro sino en diversas ocasiones.
“Al que Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga”
Un dicho que se mantiene en muchos países es el:
“Cuando a Roma fueres, haz como vieres”
Aparece en el capítulo 54 y se emplea en el texto es cuando Sancho se encuentra con un amigo de otra nacionalidad que anda con unas cuantas personas y al tomar sus bebidas miran al cielo a lo que Sancho usa la frase para no quedar mal delante de ellos. La usamos antes de replicar una acción o comportamiento de una o un grupo de personas, es tan popular que cuando se usa solo se suele decir la primera parte.
Mas adelante, en el 55 aparece una muy usado por mi madre y otros familiares.
“Nadie diga de esta agua no beberé”
Clara, sencilla y directa. Se trata de un consejo a nunca negar rotundamente que no harás o serás algo porque las vueltas de la vida nadie las conoce. Bajo este mismo contexto se emplea dentro del libro.
Una frase que se ha ido perdiendo es la siguiente:
“Del dicho al hecho hay gran trecho”
Está en el capítulo 64, la pronuncia Sancho Panza y hace referencia a la facilidad con la que se dice que se hará algo, pero es un largo camino decir lo que se expresa una similar a ella se presenta en el capítulo 71 que dice así:
“Más vale un toma que dos te daré”
Significa que los hechos son más seguro que las promesas, aunque sea una gran promesa. Ambas frases hablan de la ligereza de las palabras frente a las acciones.
Una de mis frases reflexivas favoritas se encuentra en el capítulo 66.
“Esta que llaman por ahí fortuna es una mujer borracha y sobre todo ciega y así no ve lo que hace ni sabe a quién arriba, ni a quien ensalza”
Se trata de una personificación de la fortuna y como es tan poco predecible que no se sabe a quién, cuando, ni como llegará y tampoco cuando te abandonará. Esta vez la fortuna se usa como sinónimo de suerte y no solo al dinero y las riquezas.
La frase que más me llama la atención del capítulo 67 es:
“Ojos que no ven, corazón que no quiebra”
La dice Sancho y no sé si se trata de una confusión por su parte o se trata de una variación a la hoy conocemos como “Ojos que no ven, corazón que no siente”. De igual forma no pierde el significado y se usa frecuentemente, tanto que existen canciones donde la frase es el coro.
En el último capítulo hay muchas frases bonitas, una que resalto mucho por la tristeza que trae consigo fue dicha por Sancho cuando el Quijote ve próxima su muerte y Sancho con lágrimas en los ojos le dice:
“La mayor locura que puede hacer es morir sin que otro lo mate”
Una frase caballeresca, pero que Sancho la dice a manera de convencimiento como si la muerte se trata de una elección y natural de lo que no se tiene control. El peso de esta frase se hace mayor cuando se conocen todas las aventuras quijotescas narradas a lo largo del libro. En este mismo capítulo 74, sale la frase final, la puesta por Sansón Carrasco en la lápida de caballero de la triste figura.
“Yace aquí el hidalgo fuerte,
que a tanto extremo llegó de valiente,
que la muerte no triunfó de la vida con su muerte,
tuvo a todo el mundo en poco,
fue el espantajo y el coco del mundo en tal coyuntura,
que acreditó su ventura,
Morir cuerdo y vivir loco”
Y así finaliza el Quijote de la Mancha, aventurero, idealista, justo, sonador, valiente, enamorado, leal y noble caballero.
Don Quijote de la mancha es un libro que puede abordarse desde innumerables perspectivas, en el encontramos reflexiones, aprendizajes, valores y nos encontramos en ocasiones, a nosotros a través de personajes y situaciones. Aprendemos que las experiencias que involucran seres humanos son similares sin importar el tiempo en el que hayan ocurrido y así mismo nuestras palabras, dichos, refranes y reflexiones a consecuencia de esas mismas situaciones. Don Quijote de la Macha, prueba irrefutable de que la literatura es una conversación en el tiempo.
Bibliografía:
De Cervantes, M. (1605). Don Quijote de la Mancha.