El verbo prostituir y toda su descendencia tiene su propia historia en el seno de la lengua española; así ha sucedido en las demás lenguas de la familia de lenguas romances. Será interesante repasar los accidentes por los que ha pasado el verbo para establecerse. Como se ha instituido por costumbre, estos estudios se harán de acuerdo con los cánones que impone la decencia y las buenas costumbres, aunque en ocasiones no lo parezca.

Se repasará el verbo del título en sus funciones primarias y luego en las sucesivas acepciones que han prevalecido en la lengua moderna. El recorrido será interesante, tanto como el final. Se revisarán especialmente las voces hispanoamericanas que se utilizan en los campos relacionados con la palabra del título.

El primer y mayor inconveniente cuando se escribe acerca de algunos temas con sus adjetivos, sustantivos y verbos cuyo estudio se ha evitado durante largo tiempo por considerarlo de contenido vetado o por lo menos soslayado, es que existe poca documentación de larga data. Esta explicación viene a cuento porque hasta fecha relativamente reciente no se abordaba el sustantivo del título y sus derivados o afines ni siquiera desde el punto de vista lexicográfico.

Basta con retroceder hasta el año 1947 para encontrar la redacción de la acepción de prostituir en el Diccionario de la lengua castellana con una terminología áspera, severa. Decía así: tr. “Exponer públicamente a todo género de torpeza y sensualidad. Ú. t. c. r. // 2. Exponer, entregar, abandonar una mujer a la pública deshonra, corromperla. Ú.  t. c. r”. Diccionario de la lengua castellana (1947:1039). Hay que observar que se caracteriza por el aspecto de la publicidad, desempeño obvio y conocimiento general por falta de reserva. Más abajo se volverá sobre el sentido de reserva aquí, en tanto discreción.

La redacción actual de ese lexicón es más directa. “Hacer que alguien se dedique a mantener relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero”. Esta es la primera acepción. Además, ofrece sinónimos que rescatan el uso moderno del verbo: “corromper, pervertir”. Con esos sinónimos se arropa el sentido político de ciertas actividades reñidas con las buenas costumbres. Diccionario de la lengua española. (Consultado en línea).

Diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Me he preguntado muchas veces por qué cuando se alude a la prostitución se llama “la más vieja profesión” o algo para este efecto. La pregunta viene porque, si es tan vieja la actividad, por qué se demoró tanto tiempo en estudiarla como algo más natural, normal. Se me ocurre pensar que es porque se consideraba algo pecaminoso. Me viene a la mente que fue la influencia de la religión aunada a la doble moral la que influyó para que no hubiese consideración a este respecto.

Tratar este asunto obliga a repasar los nombres que han recibido las señoras que han desempeñado ese trabajo; los nombres de los sitios donde se ejercía el oficio, los nombres otorgados a los representantes o facilitadores de la profesión, así como las denominaciones de los barrios y la presentación moderna de las profesionales de esta acción.

Los dos nombres más denigrantes para las desdichadas son puta y ramera. La palabra puta viene de mal olor, suciedad, que se decía caracterizaba a estas mujeres. Con respecto al de ramera existe alguna pequeña diferencia en cuanto al porqué se denominó así a la mujer. Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española de 1611 entiende que así se llamaban a las meretrices porque vivían fuera de los límites de las poblaciones en chozuelas de construcción primitiva con ramas. Más tarde para identificar los lugares se colgaban ramas a la entrada de los lugares para que se supiera que había meretrices disponibles. Por los orígenes y descripciones de los nombres se percibe que eran mal vistas; por lo menos en los textos.

En vista de que las profesionales del sexo son tan mal consideradas, los dominicanos establecieron categorías. Cuando ejercen con prudencia su ocupación el habla popular que es muy creativa las llama cuero de cortina. La cortina es el velo que oculta la actividad. Ahí hay perfume y no tiene acceso todo el que quiere, sino el que puede. Generalmente no van a cualquier tipo de motel. Algunas ejercen o ejercían desde su hogar. El traer esta denominación implica que debe explicarse el uso de cuero y aclarar dudas o ahondarlas. La prostitución discreta se desarrolla en casas de citas. Estos lugares, a su vez, facilitan clandestinamente mediante pago la habitación para relaciones sexuales.

El nombre cuero para las prostitutas no es privativo del habla de los dominicanos. Se comparte esa denominación con Bolivia, Ecuador, Puerto Rico y con Cuba donde está casi en desuso. Diccionario de Americanismos (2010:715).  Hay otras calificaciones más que denigrantes, cuero malo, cuero sucio, mujer de vida alegre, mujer libre, mujer libertina, mariposa nocturna. Es bueno que se aclare que en el habla de otros países cuero puede ser cualidad positiva de una mujer. La explicación para la denominación cuero viene, según parece, del gran comercio ilegal de cuero vacuno que se produjo hace siglos en las islas del Caribe cuando estas eran parte de España, durante el período de la colonización.

En las lenguas hay muchos cambios de sentido propio de algunas palabras que tienen explicación, pero hay otras que no tienen explicación. Se propuso más arriba una explicación para el cuero de algunos países. Quedan otros donde el pellejo, la piel y el cuero significan prostitutas. En Venezuela, pellejo reemplaza a prostituta vulgar. (Diccionario de venezolanismos (1993-II-444). En francés peau (=piel) está documentado para prostituée (=prostituta) en el año 1845. Le petit Robert (1993:1814). En ruso shkura, piel, cuero, también tiene el significado de prostituta. American-Spanish euphemisms (1960:169). Es válida la pregunta, ¿cuál es la conexión, correspondencia o semejanza entre la prostituta y los eufemismos mencionados?

El ejercicio de la prostitución conlleva riesgos. Los hombres que acuden a los lugares donde se practica la prostitución muchas veces lo hacen bajo los efectos del alcohol y otras drogas. Fácilmente pierden el control de sus emociones y se tornan violentos. La violencia se manifiesta contra las profesionales de la prostitución. Para evitar que sean abusadas esas mujeres reciben protección masculina. El hombre puede ser quien cobra o quien las administra. En República Dominicana a esos sujetos los llamaban chulos. Este vocablo ha perdido mucho de su valor negativo. En la actualidad chulo puede ser también “lindo, bonito, gracioso, guapo” (=apuesto). Esas acepciones constan en el diccionario mayor del español. Las palabras reconocidas internacionalmente para este sujeto son, proxeneta, rufián. Claro, cada país posee un vocablo propio para este explotador.

En los centros con algún tipo de organización donde se concentran los recursos para satisfacer las predilecciones de los clientes del comercio sexual, hay una persona encargada. Esa persona administra las habitaciones y los pagos, así como pone a disposición las profesionales de acuerdo con la cartera de los clientes.

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En República Dominicana esas personas que son intermediarios en ese comercio reciben el nombre de maipiola, y, si es hombre maipiolo. Hay quienes aseguran que el nombre deriva de mae, madre y superiora. Lo de mae se puede pasar, pero de superiora a piola hay mucha distancia.  Es una suerte de alcahueta o celestina profesional por paga. Las voces destacadas más arriba han generado descendencia. El verbo maipiolar; la acción y efecto de maipiolar, maipioleo. Para el lugar o prostíbulo, maipiolería. Diccionario del español dominicano (2013:421).

Otro aspecto de la “labor” del chulo era evitar que los clientes se fueran de los prostíbulos sin pagar el importe adeudado por el uso de la prostituta. Si el cliente intentaba irse, intervenía el chulo y le cobraba por los medios que fueran necesarios. Cuando un cliente se iba sin pagar se decía que echaba un cubo, luego esta locución verbal se extendió para referirse a cualquier tipo de evasión de pago de consumo. Es una frase vieja, pues la menciona Brito en su libro Diccionario de Criollismos, publicado en el año 1930.

Las mujeres del oficio aquel que no contaban con un protector o un chulo cuando iban a mantener relaciones sexuales pedían que se les pagara por adelantado. De allí nació la frase elocuente que se le atribuía a las prostitutas, cuarto en mano, culo en tierra.

Los adolescentes y algunos mayorcitos también acudían a los prostíbulos. Cuando un joven iba por la primera vez se decía que “se estrenaba”. Para preguntar o decir que había tenido su primer coito, en los años sesenta del siglo pasado se decía que había mojado la pluma. En caso contrario se decía no la había mojado todavía. Estas voces y frases que fueron tabúes ya se mencionan en los diccionarios diferenciales de la lengua española. En el Diccionario del español dominicano (2013), así como en el Diccionario fraseológico del español dominicano (2016) pueden encontrarse las mencionadas aquí y muchas más.

Los lugares donde se ejerce la prostitución reciben diferentes nombres que dependen de la categoría del sitio. Un lupanar es un prostíbulo o burdel de baja categoría. Hay establecimientos con expendio de bebidas alcohólicas y música donde se puede contactar y contratar a alguien para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Por infortunio detrás de la prostitución hay un negocio que se ocupa de fomentar la actividad.

En las ciudades existen zonas o áreas en donde se tolera la instalación de centros de prostitución. En Ciudad Trujillo se sabía que detrás y en los alrededores del Mercado Modelo de la avenida Mella existía una zona roja de tolerancia, donde los bombillos rojos identificaban los lugares. Ese vecindario se conocía con el nombre de hospedaje. Allí pernoctaban los hombres que traían productos agrícolas del interior del país. Las prostitutas bajo el régimen político imperante en esa “Era” estaban obligadas a pasar exámenes médicos periódicos para obtener un certificado de buena salud.

A pesar de los exámenes médicos y la medicación gratuita para las prostitutas, existían las enfermedades transmisibles a través del sexo. La más diseminada era la blenorragia que se conocía por el nombre de gonorrea. Cuando una persona contraía esa enfermedad se decía, está cortado.

En ciudades turísticas hay zonas conocidas por el ejercicio de la prostitución y visitadas por los extranjeros que sacian su curiosidad, Pigalle en París es uno muy conocido. En Ámsterdam las prostitutas se sientan detrás de cristales para mostrar la mercancía y atraer la atención de los consumidores. En esos lugares existen espectáculos de desnudamiento artístico también. Allí el público otorga nombres denigrantes a las desnudistas, encueratrices. Esa voz está formada de modo burlesco con la terminación de meretriz y otras más elevadas, tal como emperatriz y otros femeninos que se silencian para no ofender a honorables profesionales.

Los eufemismos varían de acuerdo con las razones que los generan. Muchos de ellos se deben a la necesidad de ocultar algo, ya sea por delicadeza, decencia o hipocresía. Los eufemismos hacen parte de las expresiones diarias en el habla, aunque el hablante no sea consciente de ello. El uso los desgasta y terminan por no ocultar lo que se pretendía maquilar o disfrazar.

No cabe duda de que la forma de enfocar la prostitución ha cambiado mucho en la sociedad dominicana. Ahora se estudia como un fenómeno social. Las prostitutas tienen una organización que levanta su voz en público para protestar contra los abusos de la autoridad y la discriminación de que son objeto, por lo menos en Santo Domingo. No se piensa que sea posible erradicar el ejercicio de la prostitución; naturalmente no es una actividad para alentar.

Roberto Guzmán en Acento.com.do