En Jurado #2, el veterano Clint Eastwood recupera algunos apuntes de su poética del falso culpable para interrogar, desde lo más alto de su síntesis discursiva, las debilidades del sistema de justicia norteamericano, como lo hizo alguna vez Sidney Lumet en 12 hombres en pugna.
Las casi dos horas que duro observando sus imágenes, me convencen lo suficiente como para darme cuenta de que, a sus 94 años, Eastwood no solo entrega insólitamente una de sus mejores películas en más de dos décadas, sino, además, un thriller judicial que sostiene su pulso tenso para construir su agudo discurso sobre la ética, la verdad y la fragilidad de la justicia; con una actuación de Nicholas Hoult que se puede considerar como la mejor de toda su carrera.
En la trama Hoult interpreta a Justin Kemp, un periodista y padre de familia que, tras recuperarse del alcoholismo, se dispone a servir como jurado en el caso de una mujer asesinada y cuyo principal acusado es el novio con el que ella discutió en un bar local.
En términos generales, la narrativa sigue al pie de la letra el manual del drama legal, en el que casi toda la acción transcurre en el interior de la corte. Sin embargo, Eastwood opta por mostrar el dilema ético-moral desde el calvario intrínseco de un jurado que, tras escuchar a los abogados y a los testigos, descubre que podría ser responsable del crimen que está juzgando; donde el factor de la responsabilidad paternal, impulsado por la necesidad de proteger a la esposa embarazada, lo obliga a tomar la decisión de mentir para favorecer el beneficio de la duda razonable como simple jurado apegado a las normas jurídicamente establecidas. Los diálogos tienen vocación por la sobriedad, el suspenso en la sala de jurados es atrapante y las motivaciones de los personajes están desarrolladas con una consistencia notable. Cada escena es como la pieza perdida de un rompecabezas que se estructura a través de la analepsis y el punto de vista del protagonista cuando recuerda los eventos de la noche lluviosa, mientras intenta disuadir a los otros a puerta cerrada.
El asunto me parece cautivante cuando veo y escucho el lento proceso del jurado inseguro que influencia a los demás jurados con sus deducciones; las argumentaciones de la abogada franca que busca ganar el caso para conseguir los votantes de su candidatura a fiscal de distrito; la investigación por separado del jurado y detective retirado que sospecha que hay un sesgo de confirmación.
El barullo me coloca en un estado de reflexión porque, entre otras cosas, plantea preguntas filosóficas que cuestionan la ética de la verdad y las fragilidades del sistema jurídico, entendida como el dilema moral de un hombre atrapado por las dudas que lo colocan en una línea delgada entre guardar silencio para estar con su familia o cargar con el remordimiento de ser el culpable de la condena de un inocente.
A modo subtextual, se habla también sobre la polarización política que hay en el espectro estadounidense compuesto por liberales y conservadores que luchan para custodiar su versión de los hechos. La interpretación de Hoult me resulta creíble porque, dicho sea de paso, consigue a lo justo el toque expresivo necesario para comunicar, con la mirada y los gestos de su rostro, las inseguridades internas de un individuo ordinario, taciturno, preocupado, que se niega a revelar la verdad y que, tras ser traicionado por la conciencia moral, cae en el abismo de la culpa y el miedo. Él está acompañado por una actuación sólida de Toni Collette como la abogada apegada a un rígido sentido de justicia.
Con esta dupla, Eastwood se mantiene fiel a su estilo característico: sobrio, elegante y efectivo. Su uso del primer plano, la elipsis, la música empática (con notas melancólicas al piano), las atmósferas rurales y los espacios cerrados reafirman su habilidad para narrar historias con precisión y profundidad emocional. Demuestra que la edad no es un límite para contar historias poderosas. Y si esta resulta ser su despedida del cine, lo hace dejando una obra que ya se encuentra entre las más brillantes de su filmografía.
Ficha técnica
Título original: Juror #2
Año: 2024
Duración: 1 hr. 54 min.
País: Estados Unidos
Director: Clint Eastwood
Guion: Jonathan Abrams
Música: Mark Mancina
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto: Nicholas Hoult, Toni Collette, J.K. Simmons, Kiefer Sutherland
Calificación: 8/10