Desde el 13 de octubre, y hasta el inicio de enero del 2023, estará en exposición en el país una muestra excelsa del trabajo en piedra, mármol y metales del artista colombiano de renombre internacional, Gustavo Vélez.
Tal vez el manejo de las líneas, las formas, el cuadrado, la figura pentagonal, el círculo y cualquier otra forma, es distintivamente especial como estructura de construcción, no tanto como obra de arte trabajada en tres dimensiones, con fines estéticos, figurativos, bien estructuras, aunque gozando de la libertad creadora del artista que podría deformar un cuadrado y terminarlo apuntalando sus formas, no obstante, cuando se trata de construirlo con materiales sumamente sólidos, resistentes y difíciles de moldearlo, y que a la vez transmitan un goce interior y un placer visual, creo que son cosas muy diferentes y logradas por Gustavo Vélez con ingeniosidad en esta muestra artística.
Este artista nos visita por vez primera y nos ha dejado definitivamente bien impresionado de su sutileza y dominio de los instrumentos usados para tallar estas formas sólidas, en un trabajo delicado, puntual a veces, intervenido sus formas, con rupturas y discontinuidades en la estructuración de las figuras y en la composición artística que nos dejó anonadado de tanta belleza, exactitudes lineales y geométricas, y con la delicadeza de quien nos tejiera, como si fuera con tela de seda oriental, un vestido, solo que esta vez, ni era seda, ni tampoco un vestido, sino una figura geométrica en material sólido.
Citándolo nos confirma su búsqueda, su preocupación en el proceso de elaboración de su obra: El desafío, dice Gustavo Vélez, es lograr que la dureza y la pesadez de los materiales tengan un toque de delicadeza y transparencia, que la escultura se vuelva ligera y que la geometría flote en el espacio como una provocación del infinito, como energía cósmica…considerando la elegancia y belleza de estas palabras, es obvio que también la poética es parte de sus encantos narrativos estéticos y formales.
Pero la obra de Vélez no solo es forma, es también dimensión y tamaño, y nos encontramos con piezas de formato pequeño, mediano y volumétricamente monumentales que dan al conjunto de la muestra presentada, un juego visual de volumen, siendo como sabemos, aquellas de gran tamaño, propicias para el acompañamiento en arte público de grandes plazas, jardines y Lobby de entrada externos y de interior, de instituciones, jugando igualmente el artista con las dimensiones de la materia prima que le ha servido de matriz y convirtiéndolas, toque a toque, en verdaderas obras de arte.
El macizo duro, sin forma, debe ser trasformado en una forma geométrica, pero, sobre todo, en una obra de arte y ahí entra la cualificación del artista Vélez, para deleitarnos con su esfuerzo, su ingenio, sus exactitudes y su poética sólida sobre roca o metal, e igualmente estética por la fragilidad deslizada sobre sus figuras.
Distribuida la muestra en diferentes puntos del territorio, Gustavo Vélez y la Fundación Luz Botero fine art, logran involucrar tres puntos para que la circularidad de los públicos pudiera interactuar con la muestra: el Museo de Arte Moderno, la Ciudad Colonial y Altos de Chavón en la Romana, como parte de una dinámica expositiva de integración de diferentes espacios culturales para mayor impacto de públicos y que suscribimos como nueva modalidad de trabajar territorio, arte y cultura.
Esta desterritorialidad cultural es necesaria, sobre todo en países donde todo gira alrededor de la capital y una que otra provincia, quedando el resto, ausente de propuestas, muestras, atención e inclusión. Ya vimos lo exitosa que fue Photoimagen 2022, en su más de 8 puntos expositivos que acaba de cerrar y lo concurrente del programa expositivo que acompañó recientemente la celebración desde la museografía y de la animación cultural, del homenaje a la Virgen de la Altagracia en varios puntos del país. En esa dinámica se sumó lo sucedido con la muestra de Gustavo Vélez, Formas y Ritmos en la Dimensión Geométrica.
De dimensión internacional, Gustavo Vélez, ha presentado exposiciones en distintos países y muchas de sus obras reposan en distintos puntos del mundo: China, Japón, Corea, Emiratos Árabes y Singapur en Asia. Estados Unidos, Europa, donde reside en Italia, y por supuesto América Latina. Su estudio de arte en la ciudad de Pietrasanta es parte de su vínculo con Florencia donde estudió arte en la Academia de Lorenzo de Medici y ya había iniciado sus estudios de arte en Colombia, en Bellas Artes y en la Escuela Eladio Vélez.
Este artista ha sido reconocido con numerosas distinciones, como La Orden del Gan Caballero en el 2013, y la de Democracia Simón Bolívar en el 2014, y otras tantas condecoraciones de singular significación ha recibido en reconocimiento a la calidad de su obra, su entrega y dedicación al trabajo y la majestuosidad de sus entregas.
También reposan sus obras en importantes colecciones del mundo, como Akasaka en Japón, entre otras y en China la del Hotel Ritz Carlton de Nanjing, Art Valley en Corea, Museo Dei Bozzetti en Italia, Apple de San Diego en USA y en Colombia, en la Universidad Pontificia Bolivariana, entre otros puntos y lugares importantes del mundo.