Bajo el lema “Los libros conectan”, se celebró la Feria Internacional del Libro 2024 del 7 al 17 de noviembre. Durante 10 días, el centro de atención fue, el libro. En un contexto en el que siempre ha rondado el mito de que “En República Dominicana no se lee”, esta feria desmintió lo anteriormente dicho, ya que, según las estadísticas emitidas por el Ministerio de Cultura, esta feria logró convocar a más de 220,000 visitantes y generar un récord en ventas de RD$57 millones, de los cuales el 79% correspondieron a la compra de libros. Estos números confirman que la pasión por la literatura está presente a pesar de los comentarios.
Los pabellones literarios, organizados, climatizados y con diversos enfoques temáticos, ofrecieron un ambiente cómodo para que los asistentes pudieran recorrer la feria sin verse afectados por las condiciones climáticas de esos días. El espacio y entorno fue más que solo ventas, se convirtió en un punto de encuentro cultural. Con un programa variado de actividades, que abarcó talleres, charlas, presentaciones artísticas, entre otros, la feria logró involucrar a públicos de todas las edades y perfiles haciendo de este evento verdaderamente un “de todo para todos”. Un aspecto para destacar fue la seguridad, con cuerpos policiales presentes en todo lugar y momento, lo que permitió un flujo organizado y seguro de visitantes entre los distintos pabellones. Contribuyendo así a que las personas se sintieran cómodas y pudieran disfrutar de manera segura y placentera.
Es de resaltar la visibilidad que se les brindó a los escritores locales, quienes, en esta edición, obtuvieron el protagonismo que merecen. Es esencial reconocer la labor de los nuevos autores, quienes, a través de sus obras, contribuyen a enriquecer la cultura literaria local. Las presentaciones de libros, las firmas de ejemplares y los encuentros con autores de diferentes géneros literarios reflejaron cómo en República Dominicana no solo se lee, sino también se escribe, se crea y se produce literatura.
Las generaciones pasadas dijeron presente, aportando su experiencia y sabiduría al respecto de los géneros literarios actuales. Aunque muchos de estos lectores han vivido rodeados de géneros más tradicionales, su pasión por la lectura les permite adaptarse y abrazar nuevas tendencias literarias, como la literatura digital, la ciencia ficción y/o la novela gráfica. En una de las participaciones del Pabellón del Comic, tuve la oportunidad de comprobarlo, al ver señoras de mayor edad, involucrarse en las distintas conversaciones y a su vez aportando vasto conocimiento acerca de este tipo de literatura; mostrando cómo las narrativas del pasado continúan inspirando y transformando las obras actuales.
Personalmente, como promotora literaria, fue muy gratificante observar la participación de las personas, inmersos en las actividades a las que asistían, enfocados en encontrar el libro que querían, muchas manos cargadas de nuevos títulos. A través de mis redes sociales (@nicolerojas.p) y junto a mi compañero Smeldis Polanco (@adictosalibrosrd), nos dedicamos a no solo promover lo que sucedía en la feria e incentivar la asistencia, sino también, interactuar con los visitantes para conocer sus experiencias y todos tenían solo cosas positivas que expresar. Fue palpable el entusiasmo que presentaban los visitantes.
Como en cualquier evento de tal magnitud, siempre existen oportunidades de mejora, y me atrevo a asegurar que se generarán reuniones entre las autoridades pertinentes para discutir y afinar detalles para la próxima edición. En mi opinión, cada año la vara se coloca más alta, lo que convierte cada feria en un desafío. A pesar de que no faltan las críticas y los comentarios despectivos, es evidente que el verdadero lector y amante de la literatura salió satisfecho con la experiencia vivida durante estos días.
En un país donde se repite constantemente la frase “no se lee”, en esta edición quedó demostrado que en nuestro país sigue viva esa pasión por los libros. No sólo fue la masiva asistencia del público lo que evidenció este hecho, sino también la participación de aquellos artistas que están del otro lado del libro, los escritores. Eventos como estos no se deben dejar pasar por alto ya que tienen gran impacto más allá de la venta de libros, aportan de manera significativa y positivamente a la cultura nacional y a la formación de una sociedad. Debería tomarse como ejemplo para durante el año, organizar y ejecutar pequeños eventos que vayan por la misma línea.
Tal como su slogan, los libros lograron conectar de manera espectacular con la población dominicana, reafirmando el potencial cultural y literario de nuestro país. Fue tan bonita la experiencia que muchos de nosotros, lectores, escritores, quedamos con ganas de más. Con entusiasmo y grandes expectativas esperaremos la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo.