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Punto de partida

Estos artículos forman parte de una historia que se articula al simposio sobre Literatura e Inteligencia Artificial, realizado el viernes 8 de noviembre en la XXVI Feria Internacional del Libro, específicamente, en la sala principal del Pabellón Washington Heights, ubicada en el Museo de Historia y Geografía.

En el simposio participe como expositor junto a las maestras Mónica Galeano, Ibeth Guzmán y el maestro Darío Tejeda, quien fungió como moderador.  Entre el público se encontraban el periodista Gustavo Olivo Peña y la maestra Rosalía Sosa, vicerrectora de extensión de la UASD.

Algunas ideas que resultaron de ese simposio se inscribieron en el discurso del historiador y escritor israelí Yuval Noaḥ Harari, contenido en su más reciente obra, titulada:  Nexus. Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA (2024).

Las ideas externadas en este simposio sirvieron como punto de partida de un debate interesante por demás sobre las ideas de Harari. Luego de esta actividad fui invitado a la sección Interacción Académica, junto con la Dra. Ibeth Guzmán, en el programa A Partir de Ahora, conducido por el comunicador y escritor Gustavo Olivo Peña, y que se transmite por AcentoTV.  En la entrevista se retomó el discurso de Harari, y en ese contexto, puse en duda la afirmación soslayada de este autor sobre el peligro de que la inteligencia artificial adquiera la autonomía absoluta y que escape al control que tienen los humanos sobre ella.

Doctores Ibeth Guzmán y Andrés Merejo.

El impacto de la entrevista fue encabezado con el titular: “Profesor Andrés Merejo rebate a Yuval Noah Harari sobre posibilidad de autonomía de la IA”. (Ver: https://acento.com.do/actualidad/profesor-andres-merejo-rebate-a-yuval-noah-harari-sobre-posibilidad-de-autonomia-de-la-ia-9421900.html).

A raíz del impacto de mis afirmaciones, me surge la idea de hacer el estudio crítico del texto de Harari y en algunos fundamentos teóricos sobre la IA, que se recogen en varios autores tecnocientíficos desde la década de los ochenta y que abordan su importancia en el plano filosófico, cibernético e innovador. Para hacer este análisis, escribiré una serie de artículos, compuesta por cuatro entregas, de las cuales, esta es la primera.  Estos artículos se publicarán cada 15 días, dado los compromisos nacionales e internacionales que tengo y que están relacionados con estos mismos temas: lo digital, lo virtual y la inteligencia artificial.

En esta primera entrega, dejaré algunas de las reflexiones que abordé en el simposio ya citado, las cuales siguen la misma línea de pensamiento de mis investigaciones.

La Ciberliteratura entre lo Digital y la IA

 La ciberliteratura es una forma de literatura que existe gracias a la cibernética, dado que esta implica la relación entre seres vivos y máquinas, en este caso, tecnologías digitales. No se trata únicamente de la digitalización de libros físicos, sino de obras creadas y diseñadas para ser leídas y experimentadas en medios digitales. Esto incluye desde narrativas hipermediales, ciberarte, hasta textos generados en tiempo real por algoritmos.

Con la irrupción de la IA y los modelos de lenguaje como el caso del ChatGPT de OpenAI,y diseñado para tareas de procesamiento de lenguaje natural, la ciberliteratura ha experimentado un salto disruptivo. Ahora, no solo leemos literatura en entornos digitales, sino que los dispositivos mismos pueden participar en la creación de textos. Por lo tanto, es necesario partir del concepto cibernético, ya que se trata de una colaboración humano-máquina.

La creación literaria entre el sujeto cibernético y una IA se caracteriza por las instrucciones que el sujeto da a esta, creando escenario literario posible para que esta realice su trabajo, con un ritmo elegido y elaborado a partir de diversas bases de datos.

El texto generado por la IA no posee el ritmo ni el sentido elaborado del sujeto cibernético, quien es el que aporta lenguaje, deseo, discurso y sentido; en fin, un ritmo propio entre el decir y el hacer, entre el vivir y el morir. Un texto sobre una vida transida, único e irrepetible, que sea producido por la IA, no lo vive ni lo padece, y mucho menos entiende los conceptos que emanan de este.

Dado que la IA parte de la posexperiencia de lo virtual, mientras que el sujeto cibernético de producción literaria parte de una experiencia compleja, fraguada en lo social, es el sujeto quien produce conceptos en la medida en que vive; en cambio, la IA tan solo reproduce el concepto sin vivirlo.

La IA es importante en la medida en que sea copiloto, tal como se concibe en la cibernética de primer y segundo orden, no como piloto. De lo contrario, quedaríamos atrapados en la minoría de edad, en términos del filosofar de Kant. Para este filósofo, la concepción de minoría de edad se refiere a la inmadurez intelectual, en la que el sujeto no es capaz de atreverse a pensar por sí mismo y asume la guía de otros. En su texto "¿Qué es la Ilustración?", Kant explica que, en la minoría de edad, el ser humano no piensa por sí mismo, sino que depende de lo que le dicen las autoridades externas, como los líderes políticos, académicos y religiosos. En el cibermundo en el que vivimos, estas autoridades externas no serían tales, sino los dispositivos tecnológicos programados con IA.

Andrés Merejo en Acento.com.do