"Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón" – Jean-Jacques Rousseau

Juan Carlos Toral, pediatra, neonatólogo y escritor de literatura infantil, en su libro ‘’La cama de mamá y papá’’, plasma tantas emociones y evocaciones para los padres que han hecho de sus camas un mundo especial para sus hijos. Un mundo perfecto en ese cuadrado de cuatro patas donde los niños encuentran armonía, asombro e ingenio. Los motivos poseen una dulzura de bienestar que maravilla. En los primeros años de la infancia, esta cama tiene una valía insustituible. Toral en este libro captura la magia que debe prevalecer en una cama inmensa, repleta de amor.

El autor nos convoca a un viaje extraordinario, la travesía más inusual, en sus páginas acertadas y con imágenes que nos conectan. Tienen una sugerencia atractiva que nos obliga a leer el libro rápidamente, dejándonos con el ansia de seguir leyéndolo, quisiéramos retardar el final. La mezcla de matices y sus formas nos cautivan y nos conducen a ese espacio fantástico, donde el mundo es un revés fortuito, una cancha interminable de juego sin fin.

Las ilustraciones de Pablo Pino son tan excepcionales que se explican por sí solas; proveen toda la información y pueden dar pie a otras creaciones. Ellas pueden originar otras historias, ya sea dibujadas u orales. Las figuras se identifican con claridad. El escenario del libro tiene líneas suaves y su colorido es luminoso. Un padre o madre que lea este texto a un niño podrá captar prontamente su atención. Las imágenes contienen elementos y escenas ricas en detalles que enriquecen la narrativa. Su atractivo atrapa la vista.

Juan Carlos Toral.

Juan Carlos Toral se esmeró en el arte tan definido en sus páginas. Las metáforas visuales son un complemento clave en el libro. El autor sabe cómo sumergirnos en un mundo de ensueño. ¡Qué minucioso es este letrado! ¡Cómo captura el vaivén de cada momento! Una bailarina deja caer sus zapatillas y en nuestra mirada se queda cautiva. Las estrellas danzan en nuestras cabezas. La brisa se puede sentir al galope de un unicornio que salta como si tuviera cien esprines. “La cama de mamá y papá se convierte en alfombra mágica y en barco de piratas”.

El escritor Toral, en este libro, que es como un álbum de vida lleno de evocaciones tiernas, nos regala, con palabras con listón y rodete, esta aventura entrañable que experimentamos con nuestros hijos y que también pueden vivenciar aquellos que aún no han engendrado. Aunque toda la familia puede ser partícipe (tíos, abuelos, hermanos), este autor tiene palabras tan suaves como tejido de ola que se esparce a la brisa y toca luceros. Estrellas de palabras que fantasean cuando reposan y mecen a la luna. Nos ofrece verbos, a veces dice mucho, otras veces dice poco. Tiene el ingenio de decir todo con las manos milagrosas que posee. “Los colores, las letras y las formas geométricas bailan con nosotros sobre la cama de mamá y papá”.

Charles de Foucald.

Su verbo en este libro es gigantesco, lleno de átomos y cascabeles. Nos lo regala, es necesario darle vueltas al derecho y al revés. Juan Carlos no solo intenta que entendamos todo lo que sucede en una cama revuelta de felicidad entre saltos y risas, un revuelto de bulla, cosquillas y carcajadas entre padres e hijos. Establece similitudes y conclusiones. Comprendemos el significado que entrañan sus palabras. Nos motiva a realizar actividades con los pequeños. Nos alienta a decodificar el vínculo que se puede tejer, que será fundamental para una buena crianza en la edad temprana.

Los derechos de la niñez nunca se podrán escribir en la arena, porque se los llevaría el viento y no estarían sustentados, como los proclama este texto, como un estandarte. En la cama de mamá y papá, los niños tienen derecho a la felicidad. Este libro debe estar siempre abierto, nunca cerrado, porque es un pasadizo a la alegría de los niños. Los invito a leer esta maravilla escrita que se quedará esculpida en los corazones de quienes lo descubran. Los niños tienen derecho a ser amados, protegidos y valorados en la cama de sus progenitores. Porque esta cama es un cobijo bienhechor. Al amparo de esta cama familiar hay respeto, comprensión y sobre todo amor. “La cama de mamá y papá es el lugar más fantástico y maravilloso del mundo”.

Los infantes construyen estructuras psicológicas expresando vínculos entre ellos y los demás, entre ellos y las cosas que los rodean. Cosas que su ingenio les permite y otras que son las verdaderas. El autor calcula el tiempo en el presente y en el futuro. Sitúa el espacio en la lejanía y lo cercano. En la configuración contempla la organización del imaginario, dando oportunidad a que fluya la creatividad de diversas maneras. ¡Un constructor indispensable con este instrumento de palabras para el dominio de todos!

Rocío-Sanchez, Dr. Juan Carlos Toral,Franchesca Francisco y Dra. Mirtha De Leon.

Yo creo que los días más felices y acaramelados no son aquellos en los que pasa una cosa magnífica o alucinante, más bien son los días que causan minúsculos regocijos, que se dan aterciopelados como pétalos que se deshojan en otoño. Los mejores instantes que se pasan con los hijos no tienen precio. Las manitas de un niño alrededor del cuello de su mamá, un salto encima de la barriga del papá. Esas caricias, esa condescendencia nunca se olvidarán, siempre serán compañía en su transitar. ¿Acaso la felicidad familiar no está entre la risa contagiosa que provoca un juego de cosquillas, un cuento chistoso, un trabalenguas que enreda bien las consonantes?

Este texto nos llama a la sencillez de una mirada protectora, a la de la ternura, a respirar en un nido mullido. La infancia es ahora, porque en un abrir y cerrar de ojos, crecen y después no podemos cantarles nanas. Aquí, en estas hojas con fragancia a plenitud, con posibilidades de traspasar corazones y almas, encontramos un atrapasueños de esos días que serán una fase inusual. En el recorrido de este ciclo provisional se instauran y se introducen remembranzas de experiencias que serán perennes. En los primeros años se manifiesta lo fabuloso de lo que ocurre inadvertidamente para los adultos. Y es que el borde de lo cierto y lo sorprendente es muy ambiguo. El asombro no es exclusivamente del razonamiento y las experiencias. También lo es de las palabras, las remembranzas, los redobles y chiquilladas que nunca se podrán eludir. No habrá literatura sin la seducción del asombro.

Ilustración.

Juan Carlos Toral nos lleva más allá de lo simple que ofrece la vida. La literatura para los más pequeños debe ser promovida para su enseñanza. Los días en la cama de mamá y papá son un universo con un hueco donde asoman los rayos del sol, aunque sea de noche. Todo lo que decimos sobre ella se multiplica. Si digo estrella, caen un reguero entre las sábanas. Repito pío, pío, pío y en este cuento mágico casi no caben quinientas gallinas con sus pollitos. A veces, las lágrimas ruedan por nuestros ojos cuando vemos que un diluvio está cayendo en China y tiembla de frío algún ovejito perdido en la nieve. También hay momentos en que mamá se enoja cuando no quiero irme a mi propia cama. Se le acaba la risa y yo me pongo triste; la miro, junto mis manitas, le ruego unos minutos y ella me deja media hora más.

Hay días que hacemos una feria. Yo, como un acróbata, me lanzo en los brazos de papá, mi hermana hace piruetas y mamá la aplaude, diciéndole que es la mejor y que cuando sea adulta no le faltará trabajo en ningún circo. En la cama de mamá y papá las palabras son más dulces; llueve y escampa. La playa es infinita, los vaqueros nos persiguen, pero nunca nos alcanzan. Papá es el jinete más veloz. Mamá canta como un ángel. Cuando el sueño nos vence, ellos abren una puerta mágica por la que un duende nos conduce a nuestra habitación y riega su magia dulce para que soñemos dulcísimos sueños hasta el nuevo día. Y es que mamá y papá son amigos del hada del sueño y de los duendecillos.

Este libro, que me ha cautivado, es un vergel abierto. Es algo valioso para que descubramos a diario todo lo que podemos disfrutar con nuestros chiquitos. Es un libro para abrazar emociones, los sentimientos del alma. Nos invita a explorar todo lo que podemos vivenciar en el calor familiar. Es invaluable el regocijo que sentimos los padres cuando calmamos sus miedos, cuando con un abrazo enfrentamos sus ansiedades, cuando sus piececitos se cansan y ahí, mágicamente, nuestros brazos se convierten en su sostén. Toral, en la esencia de estas hojas, nos dice, a través de esta excelente literatura, que la cama es el espacio donde alma y piel se conjugan para compartir, para celebrar, para que latido a latido, el mundo chiquito sea el lugar más especial. Para demostrarles que el amor florece y somos sembradores de ese afecto, y con ese amor transformamos su mundo.

La fascinación que los niños sienten al estar divirtiéndose en la súper cama es algo incontenible. Es un grato placer estar en un espacio tan cómodo y acogedor. Saltar, hacer volteretas, cantar canciones, declamar poemas, gritar, hacer un campamento, jugar a hacer sombras, comenzar una guerra de almohadas, contar miles de cuentos e historias, ver películas y jugar a las cosquillas. Todas esas actividades encima de la cama los harán sentirse parte importante de la familia. ¡Qué confortable cuadrilla, qué camada extraordinaria! ¿Acaso no son vivencias únicas? ¿Y no marcarán la diferencia en su buena crianza?

Estas prácticas saludables para la familia ayudarán a que los pequeños aprendan a tener orden en su vida, para que esta no se convierta en un desastre. Los pequeños tienen un estilo de vida diferente cuando sus hábitos son continuos. Un desafío familiar es constituir una rutina que sea eficiente y agradable. Los pasatiempos hacen que ellos realicen de manera eficaz sus deberes. Aligeran su vigor, hacen movimientos corporales para conservar su salud física y mental. Las actividades en la cama permiten que los niños tengan un sueño reparador. Estas ceremonias nocturnas pueden tener un repertorio de diálogos enriquecedores, canciones, juegos, lecturas, etc. Cuando entendemos que, en la medida que nos enlazamos y estrechamos el vínculo con los hijos, fomentamos en ellos el compromiso y la participación en el nido del hogar. ¿Qué grado de importancia tienen las actividades con los padres? Son decisivas en las conductas que se desarrollarán en la edad temprana, en su desarrollo emocional, cognitivo, físico, motor y del lenguaje, en sus ilusiones y en su felicidad. En la extraordinaria cama de mamá y papá, la confianza se convierte en un emblema.

Juan Carlos Toral evoca en esta cama olores gratos familiares, como el olor a menta, a manzanilla, que es medicina y relaja en una burbuja de sueños. Hay una algarabía de luciérnagas bonitas. Un caminito, un atajo para ser feliz. Una escalinata por donde se miran los angelitos bajar y subir. Un escondite para escapar de esos monstruitos chiquitos que a veces se cuelan en una pesadilla. Un remanso azul donde se encuentra la calma necesaria en el momento preciso.

Charles de Foucauld dijo: “Prefiero el ingenuo canto de un niño a la más bella música del mundo; ese canto, como el alba, contiene toda esperanza”. ¡Ay sí! Esta cama habla con la luna y acuna, mima y acurruca. Hay un tejido de maravillas infinitas. Silencios de mariposas dormidas. Bullicios de pericos y cotorras cuando a veces se cuela un niño travieso al alba.