Hay novelas que se parecen a los buenos vinos: tienen volumen, cuerpo y textura. Es algo parecido a una elaboración artesanal. Recientemente por este mismo medio, el buen amigo y escritor dominicano Basilio Belliard, refiriéndose a la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, dijo que era una novela de laboratorio, que en la medida que la escribía consultaba amigos y leía los capítulos a su amigo Alvaro Mutis y esposa. Esta referencia me hizo pensar en Doktor Faustus, vida del compositor alemán Adrián Leverkuhn narrada por un amigo, de Thomas Mann (Alemania,1875-Zurich1955), una de las grandes novelas, no solo de la literatura alemana, si no de la literatura universal.
Diferente a la del Gabo en contenido, pero similar en cuanto a su construcción. Doktor Faustus es una novela densa, aborda distintos temas, pero el central es la biografía de un pianista ficticio de nombre Adrián Lekberkuhn. Además, en ella hay consideraciones detalladas sobre la música barroca y la clásica. Hace también menciones de Bach, Mozart y Beethoven. Aparte de esto, alterna temas como la situación alemana y la actitud de ese pueblo ante los nubarrones que estaban oscureciendo su cielo político. Cabe destacar, que desde que publicó en 1901su monumental novela Los Buddenbrook, la cual, fue la que exaltó la Academia Sueca cuando en 1929 le otorgaron el Premio Nobel de Literatura, ya había concebido la idea de escribirla. Lo que se podría decir, que es una obra pensada en la juventud y escrita en la madurez de su autor.
En 1938, llegó Thomas Mann desde su exilio en Zurich a Estados Unidos. Comenzó a escribirla en 1943 y fue publicada en 1947. En esa época, también estaba en la misma condición la teórica política alemana Hannah Arendt, la cual, por su origen judío, la Alemania nazi le había quitado la nacionalidad. Así como también, Mark Horkheimer, Herbert Marcuse, Erich Fromm y Theodor Adorno, los cuales coincidieron con el autor en el exilio. Estos filósofos pertenecieron a la Escuela de Fránckfort, cuyos miembros representaban la doctrina conocida como teoría crítica. Dicha corriente de pensamiento tuvo una fuerte influencia del marxismo y de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud.
Thomas Mann, en la construcción de esta novela recibe la asesoría y ayuda fundamental de Theodor Adorno, un filósofo con profundos conocimientos en musicología. Hay explicaciones, que solo un experto en música podría escribirlas. Ejemplo de ello está en el capítulo nueve, cuando expresa que un acorde ha de ser continuado y tan pronto se inicia la continuación, tan pronto se pasa de un acorde a otro, cada una de sus partes componentes se convierte en voz. Significa esto, que acudió a una autoridad en el conocimiento de la música para expresarlos y atribuirlos a su personaje ficticiamente biografiado. No solo eso, Doktor Faustus es una novela tan intensa, que después de su publicación, Thomas Mann escribió Los orígenes del Doktor Faustus, la novela de una novela. Es en esta especie de crónica donde él va a decir datos, y a contar como la elaboró y donde expresa que la vida de Adrián Leverkuhn es parecida a la de Nietzche. Es decir, que lo que podría interpretar un lector riguroso en la novela, lo confirma al leer este libro. Dice el autor en este caso: Como hay tanto de Nietzsche en la novela, tanto que se la ha llegado a llamar francamente una novela sobre Nietzsche. De otro lado, este amplía la explicación del origen de su obra cuando expresa: Sentí muy bien que necesitaba la ayuda de afuera, del consejero, del instructor especialista y, al mismo tiempo, enterado y conocedor de las intenciones de mi arte, del instructor que contribuyese con su imaginación y me encontraba tanto más dispuesto a aceptar tal ayuda por cuanto la música, en la medida en que la novela trataba de ella, solo era proscenio y representación, solo paradigma de lo universal, solo medio para expresar la situación del arte en general, de la cultura, hasta del hombre y del espíritu mismos en nuestra tan crítica época. ¿Una novela de la música? Sí. Pero estaba concebida como novela de la civilización y de la época, y me era la cosa más natural del mundo el no poner reparos en aceptar ayuda para la exacta realización del medio y del proscenio.
Para afianzar sobre el origen del Doktor Faustus, al referirse al ayudante adecuado, dice que Theodoro Adorno le entregó el libro que lleva por título Inspiración en la creación musical de Bahle. Sin embargo, lo que lo iluminó fue el libro escrito por Adorno titulado Sobre la filosofía de la música moderna. Es en dicho texto que recibe instantes de iluminación. Dice que encontró una crítica artístico-sociológica de la situación, de lo más avanzada, sutil y profunda, que tenía la más peculiar afinidad con la idea de su obra, de la composición en que vivía y trabajaba. Con esto confirmó que Theodor Adorno era necesario como ayuda en la construcción del Doktor Faustus, vida del compositor alemán alemán Adrián Leverkhun. Este es mi hombre. Dijo. Aunque también, el austríaco Arnold Schonberg le sirvió de ayuda. Cuenta que le hizo a su personaje Adrián Leverkuhn una transferencia del estilo musical dodecafónico de Schonberg, y que este le exigió, que el libro llevara un epílogo que les esclarezca a los no versados en la materia del derecho de propiedad.
Si en verdad el arte nos llega a purificar, también nos puede llevar al paroxismo, y hasta estar presente el demonio según Adrián Leverkhun, pues en Doktor Faustus está presente el Fausto medieval de la mitología alemana al cual hace alusión el autor.
Puede ser que Thomas Mann pensara en la frase del francés Georges Bernanos cuando dijo: Prefiero perder lectores a engañarlos. También es posible que se sintiera comprometido con la posteridad cuando explicó Los orígenes del Doktor Faustus. La novela de una novela. Porque para entenderla, se hace necesario leer esta.