Una corrección necesaria:

En la cuarta entrega de estos trabajos, por respeto a mí mismo y a mis lectores, debo corregir algo que dije sobre la estructuración del soneto, por lo que, de entrada, aclaro que tiene catorce versos endecasílabos, divididos en 2 cuartetos y 2 tercetos. La rima en los 2 cuartetos es fija: ABBA ABBA. La rima en los tercetos es cambiable; pero generalmente es de CDE CDE o CDC DCD.

Hecha esta aclaración, entro a la entrega final de estos estudios sobre la poética y la narrativa de Eladio de los Santos García.

En este libro que me sirve de base para cerrar estos trabajos "Del Maditismo poético, a la narrativa surrealista de Eladio de los Santos García", he encontrado los ejes referenciales que me acercan a la voz poética de este sujeto-autor que procura su espíritu errante de poeta maldito…aquel acento que tanto le he reclamado.

"El sueño engendra" (Prosa-poemas, Editora Búho, República Dominicana, 2018. Diagramación y diseño del sujeto-autor. Ilustración de la portada, Andy Castillo. Ilustración de interior, Francisco de Goya y Alucientes. 297 págs. ).

Para el sujeto-autor, "este libro hay que leerlo bajo cuatro (4) supuestos distintos, pero dentro del mismo ámbito teológico, y con plural flexibilidad imaginativa:

1)-Aquel de que Dios fue el creador del ser humano.

2)-Aquel de que el ser humano fue que creó a Dios (y con él al Diablo).

3)-Aquel de que tanto Satán como Dios nos crearon.

4)-Aquel de la reinvención de Dios (el antiateo, filate y forateo que Voltaire, Augusto Monterroso y el propio Eladio de los Santos Garcia replantean.

Se autodefine como "teólogo y diabólico". (Ver inicio de la solapa de la contraportada de la obra citada).

Aquí el sujeto-autor rebela contra sí mismo y le pide al lector "un imposible", porque (dicen que en lo imposible se realiza inmortalidad humana): que antes de leer este libro se deshaga, se despoje de todo prejuicio, de toda enfermedad ideológica que cierre los caminos a la imaginación, a la libertad, a la recreación del pensamiento". (Ver pág 15, obra citada).

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"El sueño de la razón", de Francisco de Goya y Alucientes.

"El sueño engendra "(Prosa-poemas-2018), es el libro que recoge la voz del malditismo poético y la narración surrealista de Eladio de los Santos García. Es, a la fecha, un significativo aporte a la literatura contemporánea dominicana.

Aquí, la palabra se constituye en la manifestación metafórica del comunicar. Es una autoproclamación del "antimismo", tan presente en la discursivida estética del sujeto-autor, en esta obra.

En estas narraciones, lo erótico al extremo es planteado como parte del entramado discursivo, hasta el extremo de llevarlo al caos, donde vulva, pene y humedad, se mantienen alrededor del contar irónico y surrealista del sujeto-autor.

En esta obra mantienen cohexistiendo en un mismo ritmo discursivo, el malditismo y lo surreal y por eso, es esta obra la que personifica o retrata la imagen rebuscadora, no rebuscada, del sujeto-autor, para presentarnos al creador que está resuelto a reinventar y reinventarse desde la palabra, desde su imaginativo y profético.

Es por eso que la gente común suele llamarles "locos" a los creadores, porque los límites de sus miradas no traspasan los bordes de su sombra, ignorando que es en ese potencial utópico y onírico que se edifica el artista creador, como puede ocurrir en este sujeto-autor.

La innovación es la ruta permanente de su reinventar desde la palabra. Aquí, la prosa poética permite que lo dicho se constituya en la base poética del discurso, donde malditismo y surrealismo, conviven en una misma base fónica y semántica.

Para este creador, Dios y el diablo mantienen una porfía existencial. Donde, para el poeta y narrador, Dios vive repitiéndose en lo mismo, lo cual es un sacrilegio y el diablo se procura cambiar lo existente. De ahí su malditismo su apego a lo terrenal. Veamos:

(…)
"Por eso, cuando Sodoma y Gomorra llegaron a escandalizar tanto que superaron a las antiguas orgías celestiales donde el Diablo llevaba a los extremos su vocación fornicaria".
(…)
(Ver narración titulada "Eterno retorno de las bacanales", pág. 125, obra citada).

Tanto es su afán de "antimismo" que, partiendo del título del cuento sobre caperucita y el lobo, modificó el título a su gusto y manera y transformó aquella historia para niños, para convertirla en una historia "falosófica".

De ahí que creo su propia historia y la título "El día en que Caperucita degustó lobo ahogado en vino orgásmitico". Nada más el título induce al lector al contexto de sadismo, posesión y sexo que allí se se encendía, en un ambiente de seducción.
(Ver págs. 161/164, obra citada).

En su malditismo poético y también su narrativa surrealista, lo erotico o lo extremadamente sexual, es llevado a su más alta dimensión emotiva. Para este creador, la falosofia, lo demoníaco,lo orgásmico y el polvo húmedo, desde la simbología del dedo mayor, se manifiestan como una inevitable obsesión, figurada en su decir simbólico y metafórico.

Todo cuanto él mira, ha de quedar desacralizado, desde su discurso de impulsos fornicarios y mundanos, convirtiendo en vulva, toda imagen mental que se evoque, desde su lujuriosa imaginación creativa.

Retrato del autor, tomado de la solapa de la contraportada del libro citado, de la autoría del pintor Pascual Ginestar Ginestar.

Debo reiterarlo, es en esta obra donde la imagen viva del poeta maldito de manifiesta, desnudo y abierto ante la lujuria. Ni Dios, ni el diablo encuentran conciliación, en esta poética del antimismo.

Su poética cae en el extremo de situar a Dios como creador del hombre, mientras el diablo o Satán es asumido como creador de la mujer, y, para este poeta, los seguidores de Dios son practicantes de la heterosexualidad y de la homofobia y los acólicos de Satán son practicantes de la homosexualidad.

A tal grado es su extremismo expresivo y conceptual, desde su poesía y desde narrativa…que su "faloanosofía verbal", trasciende la historia "mascarnal", ubicándo su discurso estético en una orientación escatológica radical, muy propia de la erección penervia de su poética.

En conclusión:

-Estamos ante una poética que se personifica, ante la máscarne y el antimismo.

-Lo sexuado, lo erótico y/o lo desnudanente sexual, es parte de la falosofía que atraviesa el malditismo poético y la narrativa surrealista de este sujeto-autor.

-La creatividad y su potencial imaginativo, conlleva su discursividad a la lujuria estética, lo cual consolida su estatura artística, la que NUNCA podrá ser catalizada y valorada, por mentes ciegas y enanas, desconocedoras de los sentidos del arte.

-El quehacer literario de este creador ha de ser perfilado, desde una teoría y una práctica estético-literaria, con más rigor y disciplina, en su quehacer escritural.

-Aquí no termina el universo literario de este sujeto-autor, porque, apenas, nos hemos asomado al estudio de cinco (5) libros de su extensa producción narrativa y poética.

-En lo adelante, este malditismo poético y los ribete de su narrativa surrealista y penérvica, han de ser vistos desde una perspectiva más abierta y plural, para adentrarnos en los abordajes simbólicos de su quehacer estético-escritural, a pesar de su plan diablino y diosino, en su apuesta creativa, en su traginar auto orgásmico y rebelde, desde la palabra y sus universos fónicos y semánticos.

-En estos tiempos, se ha manifestado como un mordaz poeta repentista, apegado a la décima y al soneto, lo cual, aunque dice bien de su potencial imaginativo y creativo, y de su base académica, lo puede mantener atado a reglas y a principios poéticos establecidos que ya han sido superados, lo cual entra en contradicción abierta con su talaje de poeta maldito, en reclamo de la libertad del sujeto creador, en sus arrebatos poéticos, desde y con la lengua.

-Para su deleite final, ahí les dejo con esta obra maldita que el referido poeta dedica al gran sonetista Francisco de Quevedo y Villegas:

El mal de ojo del culo
-A Quevedo, el más grande Culósofo del Siglo de Oro-

“Pruébenle al ojo del culo
que ha muerto muchachos, caballos, perros, etcétera; que ha marchitado hierbas y flores, como lo hacen los de la cara, mirando lo ponzoñosos que son: por lo que dicen que hay mal de ojo. ¿Cuándo se habrá visto que por ser testigo de vista hayan ahorcado a nadie por él, como por los de la cara, que con decir que lo vieron forman sus calumnias los escribanos? Fuera de que el ojo del culo es uno y tan absoluto su poder, que puede más que los de la cara juntos. ¿Cuándo se ha visto que en las irregularidades se metan con el ojo del culo?”
Francisco de Quevedo y Villegas,
“Gracias y desgracias del ojo del culo”.

1
Antes que Freud, muy anterior
Fue Quevedo el gran psicúlogo
Del carácter analgúlogo
Del cual fuera poetor.
Fue don Quevedo el mejor
Que hablara con suma gracia
De las gracias y desgracias
Del ojo del culo humano
Y de su encierro arcano
en feudo de cagocracia.

2
Al mal de ojo del culo
Lo descubrió don Quevedo.
Cuando una mujer un pedo
Le tiró con disimulo
Estando él frente al culo
De la susodicha dama
Mientras los dos en la cama
Yacían, y el poeta
Con su visión de esteta
Lo sintió como una flama.

3
Lo sintió como una flama,
Rayo de iluminación
Que sirvió de inspiración
Para acrecentar su gama
De peomas y anogramas
El bardo, sin ojeriza,
Ante tan fétida brisa,
Ante ese indigno vapor
Antepuso su amor
Que al hedor estetiza.

4
Desde entonces a Quevedo
Le dio por hablar del culo.
Y sin ningún disimulo
Fue culófoso Quevedo,
De la mierda y del pedo
Y de su aguada vecina,
Demiurgo de la letrina
Y sus otros componentes.
Fue el poeta exponente
De la bella mierdicina.

5
Desde entonces a Quevedo
Se le engurruñó la cara
Sin que eso le importara
A la dama de Toledo
A quien sólo le dio un bledo
Lo que hizo al escritor
Con pedo tan jodedor
Del destino escritural
De poeta tan plural
Y entre mejores, mejor.

6
Se le engurruñó la cara,
Pero nunca su cerebro,
Lo cual yo aquí celebro,
Igual que el celebrara.
Aplastada, inalquitara
Su nariz medio quedó.
Tan fuerte ella lo pedó,
Oh mal de ojo del culo
Que casi lo deja nulo,
¡De Quevedo a Quevedó!

7
Culósofo quevediano
Soy yo por vocación.
Soy la reencarnación
De su decir tan putano.
Culósofo quevediano
Por yo haber renacido
Después de haberlo leído
Y quererlo releer
Pretendiendo retener
Su espíritu poetido.

8
Quevediana anosofía,
Culosofía quevédica.
¡Ah cagosófica prédica
De heztimada poesía!
Nunca soez porquería
Cual dice la corrección
Política, tradición
De aquella doble moral
Russelliana que tal cual
Finge moralización.

9
Quevedal culosofía,
Quevedía culosófica,
Poetura cagatópica
De escritor en rebeldía.
Quevedante poesía
Del concepto y la cultura
De la gran literatura,
No tan sólo en conceptismo,
Sino en el culteranismo
Tuvo la misma estatura.

10
Tuvo la suma estatura
Aquel genio madrileño
Y en nada fue pequeño
Porque todo es cultura.
Su obra es la escultura
De un monstruo natural
Que todo lo cultural
Lo trató en la palabra
Cual si su propia palabra
Rehiciera lo verbal.

11
Yo soy la reencarnación
De Francisco de Quevedo.
Y me da acaso un bledo
Que la pública opinión
Diga que yo la razón
La perdí por pretender
Usurpar a otro ser
Ya fallecido hace tanto,
Pero yo sigo mi canto
De loco quevedecer.

12
Sólo el cuerpo de Quevedo
Fue que el tiempo se llevó,
Pero el mismo nos dejó
Su escritura del denuedo.
Escribió sin tener miedo
A nadie sobre la tierra
Y su pluma hizo la guerra
Contra todo su vil tiempo,
Su escritura es el tiempo
Que ni el olvido destierra.

Eladio Delos Santos García,
Septiembre 2024.