Es tiempo ya de aligerar la carga negativa que el vocablo del título soporta. Existen varias razones para esto. La primera es, la palara al ser usada no siempre se refiere al emblema del sexo femenino. La segunda, aún en ese campo hay espacio dentro de la decencia para hacer del vocablo un sujeto de estudio. Tercero, hay mucho que puede decirse con respecto a la palabra en los diferentes idiomas tal y como se comprobará con el desarrollo de este escrito.
Debe hacerse la advertencia desde el principio. No permita que menores de edad mental o física tengan acceso a este artículo porque podrían hacer mala interpretación de lo que sigue. Como consecuencia de ese mal entendido podrían pasar a utilizar el vocablo en circunstancias inconvenientes. Eso acarrearía situaciones y reacciones enojosas.
En otras intervenciones que se han realizado por medio de estos escritos, se ha utilizado una terminología que se desea aclarar para que valga para todas estas publicaciones. Por lengua vulgar se entiende la de las personas maleducadas, que se expresan con frecuencia ayudándose de un vocabulario grosero. Es opuesto a correcto, fino o refinado. Por lengua popular se entiende la que habla la gente con menos desarrollo cultural.
Existe a veces un abismo entre lo que se considera culto y lo que pertenece al ámbito popular. Está claro que no puede aceptarse en el uso lo que es vulgar solo porque procede del habla popular. La aceptación quedará delimitada por la oportunidad del empleo y las circunstancias en que se usen.
Coño, sin artículo, en el lenguaje popular tiene valor de interjección. Sirve para expresar estados de ánimo, especialmente extrañeza o enfado. Vale decir, asombro, sorpresa, admiración. Así mismo comunica enojo, fastidio, disgusto, indignación, irritación.
Hay hablantes que utilizan el vocablo coño a manera de muletilla. Esto es, que la repiten mucho. Esas personas producen la impresión de que no pueden expresarse sin el recurso a esa voz. Cuando se llega a este punto es enojoso tener que soportar este tipo de conversación.
Ahora bien, aparte de esas funciones de coño y el abuso que se hace del vocablo, existe el otro coño, el que menciona la parte de la anatomía femenina. En muchas ocasiones al usarlo se antepone el artículo definido el y pasa a ser algo más importante. Esto no es obstáculo para que algunos hablantes, para añadir énfasis a su verbosidad antepongan el artículo para llamar la atención o expresar sorpresa mayúscula. De este modo termina siendo el coño o ¡el coño!
Llegado a este punto de esta exposición, es oportuno llamar la atención a un cambio que se ha operado en el seno de la lengua. Al principio el coño era solo la vulva, esto es, la parte exterior, lo obvio, visible del sexo femenino; la abertura externa de la vagina con las partes aledañas. En la actualidad con el sustantivo se reconoce no solo la parte externa, sino también la vagina que es el conducto hasta el útero. Diccionario de la lengua española. (Consultado en línea).
La palabra coño en tanto vulva posee muchos sinónimos en el habla. Más de dos o tres por cada país de habla hispana. El hablante no es mezquino en este aspecto. El español peninsular admite e identifica, concha, chocha, chucha, bollo. El español dominicano identifica algunos de estos, aunque se reserva los suyos. Tal y como sucede con este tipo de creación lexical, en muchos casos esas designaciones son de vida efímera, se ponen de moda por un tiempo y luego caen en el olvido. Diccionario de la lengua española. (Consultado en línea).
Si se acepta el postulado de Borges de que “el idioma es una tradición, un modo de sentir la realidad”, se comprende mejor porqué los hablantes de los estratos populares manifiestan su expresión oral con recurso a lo concreto, a lo observable, a las sensaciones que experimentan. Es un viaje a lo real, percibido, que hace ese hablante. Por eso a veces peca de rudo.
Pueden citarse algunos ejemplos tomados del cuerpo humano en los que el hablante ha introducido sus pinceladas caracterizadoras. Algunas personas tienen ojos de vaca, ojos grandes; otros tienen ojo´e gato, azul claro o amarillento. Las arrugas laterales de los ojos son pat ´e gallina. La cabellera abundante es mata de pelo. El pelo crespo es pasudo. Habla y cultura popular de Antioquia (1957:187).
J. Cela no se anda con rodeos, se quejó de que el diccionario oficial mantuvo a coño como palabra proscrita, “con lo que se da el despropósito de que el aparato reproductor externo de la mujer no tiene nombre oficial castellano (la vulva del diccionario no es el coño del pueblo, sino tan solo una parte de él) …” Diccionario secreto 1968-I-21).
La palabra coño viene del latín cunnus. La voz se encontraba solo en las obras y cantos satíricos y en los grafiti. Cicerón dice que esa voz se evitaba en el habla. Dictionnaire étymologique de la langue latine (1951-I-282). Pasó al portugués, cono, al catalán, cony, al occitano y al francés con, al italiano conno. Vocablo “muy vivo como exclamación, sufrió toda clase de deformaciones eufemísticas …” Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-II-185).
Los franceses entienden que la voz con tiene un antecedente remoto, kusthos, del griego. Reconocen los redactores del Dictionnaire historique de la langue française, (2012-I-702-3) que la corta voz con es muy interesante desde varios ángulos. Por su brevedad, su origen latino, su antigüedad, su doble valor, así como por los innombrables derivados que ha producido. En todo lo anterior se asemeja al español. En francés se usa también para denominar al imbécil, despectivo para tonto. Al igual que en español se utiliza en tanto voz exclamativa. La voz estuvo erradicada durante largo tiempo de los diccionarios franceses por su contenido sexual.
En inglés tienen una voz hasta cierto punto parecida a las de las lenguas romances, cunt. A pesar de la similitud que se menciona, por su origen no tiene relación alguna con las voces de origen latino. La historia de la voz en inglés ha pasado por las mismas vicisitudes de las demás lenguas. Se la mantuvo fuera de los diccionarios durante largo tiempo. Fue en 1962 cuando se abrieron las páginas de los lexicones para esa voz.
Algunas de las razones que impulsan la vigencia de las voces con implicaciones sexuales vedadas del uso, son los factores emotivos; de allí que los hablantes expresen lo sexual con la mayor sugestión, riqueza y vigor. Léxico sexual ecuatoriano y latinoamericano (1979:19). Desde ese ámbito esas voces expanden su radio de acción, de allí sus derivados, coñazo (coñaso) para el golpe fuerte, coño para el asombro y reacción súbita ante golpes, accidentes, etc. Acoñado, para el acobardado y otros estados de ánimo. Hay en estos derivados un desplazamiento de la relación referencial.
La palabra del epígrafe existe en el léxico común desde tiempos inmemoriales. El problema que tenía era con la moral, las buenas costumbres. La religión también intervino para limitar el uso de esta voz al ámbito oral. Era una negación de la realidad sexual del hombre. Estaban contra uno de los dictados de la sociedad, pues la lengua auspicia la vida en comunidad, sin lengua esta no existiría. Una de las formas de tomar posesión de algo es nombrarla, Julio Cortázar aseguraba que nombrar es en cierto sentido, apresar. Captar el sentido profundo de algo, de un objeto o de una idea requiere de una denominación particular.
Antes de que aparecieran las definiciones científicas el sexo existía. Eso, tenía nombre. Es cierto lo que se plantea en el Diccionario del sexo (2008:12), “Las palabras reflejan el mundo, pero también lo moldean”. A seguidas añade, “Las vivencias y las fantasías nos llevan a formar palabras y estas, en generaciones venideras, recrearán la experiencia”.
“El lenguaje es el instrumento esencial por el cual el hombre asimila los valores culturales de su grupo social”. El Tabú lingüístico en México (1978:3). La socialización se logra por medio de la palabra. Mantener algunas nociones extrañadas de la lengua escrita aviva en segmentos de la sociedad la tentación de conocerlas, vivirlas, experimentarlas. Piense en los adolescentes.
¿Qué sucede cuando se saca de la interacción social algunas palabras porque son declaradas tabúes? Que el hablante recurre al eufemismo. Este a su vez se desgasta y todos los hablantes entienden lo que significa, con qué se identifica. Es ponerle un disfraz a una idea harto conocida, con una palabra supuestamente menos ofensiva. Es un maquillaje.
Como consecuencia de algunas de las ideas expuestas en este escrito es que muchos educadores han propuesto introducir las enseñanzas acerca del sexo en las escuelas; claro, a partir de niveles aceptables por la ciencia pedagógica. Se pretende que así se evitará que los jóvenes abreven en fuentes contaminadas o desviadas de propósito. Se trata de impartirles saber científico.
El hablante dominicano de español no encuentra suficiente satisfacción con la palabra coño para expresarse. Ahí está la interjección coñanfle para transmitir contrariedad. No conforme con ese vocablo apela al coñazo (coñaso) que expresa disgusto, enojo y un grado mayor de contrariedad.
Los cubanos que son tan fecundos creadores lexicales han hecho uso de la aféresis sobre coño y han terminado con ñooo, que suena quizás menos ofensivo y hasta gracioso. Expresa sorpresa, extrañeza. La realidad de la voz coño es tal que los diccionarios de uso han terminado asentándola en sus páginas.
Ojalá no se haya ofendido a persona alguna con esta exposición que se pretende apegada a los cánones de la decencia. La vigencia de la voz impone su tratamiento.
Roberto Guzmán en Acento.com.do