Si te quieres divertir con encanto y con primor Solo tienes que vivir un verano en Nueva York (El Gran Combo de Puerto Rico)
Estos son los clics cronopios de dos buenos amigos, Manuel Betances (Discolai )y Francis Mateo (TropicalYork), durante su recorrido por cinco cuadras emblemáticas de la ciudad Nueva York. Cinco cuadras que acogen en sus calles y edificios, una serie de top ten del arte y la música contemporánea. Lugares como el East Village donde vivió el Terror Luis Días.
Mientras escuchaba las notas de voz de Betances afloraba entre mi pecho y espalda una envidia sana por no estar en ese corillo. Mala mía, nunca me interesé por viajar a los Estados Unidos. A esa herejía por no conocer a Babilonia se le llama negligencia, más bien pereza. El gran poeta Walt Whitman no me perdonaría todavía no conocer a su Manhattan.
Veo que la palabra de mi ciudad es esa palabra de antaño, Porque veo esa palabra anidada en nidos de agua de bahías, espléndida, Rica, rodeada de barcos de vela y de vapor, una isla de dieciséis millas de largo, sólidamente fundada.
Si me dan la visa en mayo, prometo darme un verano en Nueva York y conocer al otro Nueva Yol, el de las bodegas y los restaurantes como el 1601 Dominican Valle Restaurant, en la St Nicholas Avenue-el mentao SanNícola. El Nueva Yol que ahora no es el vellocino de oro, mucho menos que los dólares están corriendo por las cunetas. La ciudad prometida de mis tíos políticos , Fajardo y Negrita, exiliados económicos terminada la guerra del 65
Se me fue la olla, lo admito. Escribía sobre las notas de voz de Betances. Me comentó en una de ellas, su periplo con Mateo. La esquina de Walker Street y Cortlandt Alley inmortalizada en 1983 por el papá del rock argentino, Charly García, por recrear la esquina con la foto de portada de su álbum Clics modernos- La autoría de la foto es del también argentino, Uberto Sagramoso.
También pasaron por las casas donde vivieron Andy Warhol, Basquiat y Bob Dylan, y por la franquicia del famoso club de jazz Blue Note
Ustedes , queridos lector@, pensarán que es una pendejá caminar calles para ver sitios de famosos, sin embargo, para los nativos de las islas como yo, cualquier cosa en las ciudades grandes es un acontecimiento. Todavía la provincia y las cuatro calles conocidas revolotean en mi cabeza.
En Las Ramblas de Barcelona, el cronista de la salsa, Rubén Blades caminó a mi lado. Luego me lo encontré en el mercado de La Boquería, entre vegetales, señoras haciendo la compra y turistas como yo.
Todos sucumbimos a la civilización del espectáculo y a la devoción a los que nos han ofrecido lo mejor de su arte, literatura o música.
Mi pendejada sigue. Mateo y Betances almorzaron en Chinatown y luego pasaron por los estudios TriBeCa del actor Robert De Niro. Por los frentes de la NYU donde la escritora dominicana Rita Indiana imparte clases de escritura creativa.
Imaginé las conversaciones entre estos dos amigos mientras caminaban por esas calles. De ahí viene mi envidia sana, de la amistad para compartir vivencias- al final eso es lo que te llevas-, lo cual es un regalo invaluable.
Espero que la vida me ofrezca la oportunidad de paseos de este tipo. Quiero conocer las entrañas del monstruo, la boca del lobo y el espanto de las prisas, de las miradas esquivas y del peligro de estar vivo dentro de sus trenes.
Walt Whitman, otra vez. Los inmigrantes que llegan, quince o veinte mil en una semana. Los carros que transportaban mercancías, la raza varonil de los arrieros de caballos, El aire del verano, el sol brillante y las nubes navegando en lo alto,