Explorando el nuevo Cuaderno Fradique Lizardo de Folklore Dominicano, No. X, del fondo que en el Centro León lleva su nombre, nos encontramos que este volumen está dedicado a una serie de artículos focalizados en los instrumentos musicales tradicionales dominicanos de origen africano que el folklorista publicara en la prensa nacional en las últimas décadas del siglo pasado.
Estos artículos se sistematizan atendiendo a numerosos contextos explicativos de las características y cualidades de cada uno de los instrumentos musicales tratados.
La secuencia seguida por Fradique para explicar los instrumentos musicales consta de: sinonimia, nombre, distribución geográfica, clasificación organológica, construcción, forma de tocarlo, ocasión y posible origen.
La parte relativa a la clasificación organológica la presenta relacionada al sistema de Hombostel y Sach que clasifica los instrumentos musicales en: Idiófonos: Ej. Güira, triangulo, maracas, canoíta, etc. (Presenta 14 instrumentos)
Membranófonos: Ej. Panderos, tambora, atabales, balsié, etc. (Presenta 17 instrumentos)
Cordófonos: Ej. Guitarra, gayumba, tres,
y Aerófonos: Ej. Lambí. fututos, flauta etc.
Aquí ofrecemos los dos últimos renglones como ejemplo ya que Lizardo no los menciona en estos artículos seleccionados.
Por tratar solo uno de esos instrumentos, tomamos el idiófono llamado Canoíta y vemos que podemos desarrollar nuevas investigaciones de sus trabajos, como lo quería y expresó Lizardo en varias ocasiones.
Por ejemplo, en relación con el nombre original de la canoíta, Fradique suponía que era otro y no el de la apariencia del instrumento, por lo que entendemos que para él era algo desconocido.
En su artículo publicado en el Listín Diario, el 10 de septiembre de 1978, del cual se hace eco la publicación del Centro León, vemos, como el maestro, al analizar contextualmente ese instrumento dice textualmente “Se le llama Canoíta por su parecido con las antiguas canoas que se hacían de troncos. Con toda seguridad, su nombre primitivo se perdió y adquirió aquel que usaba su forma para tener una referencia por su parecido”.
En el año 1996, 18 años después de la publicación de Lizardo, Carlos Hernández Soto encuentra un escrito de José Redinha (1988) donde se muestra un instrumento muy similar a la canoíta llamado “Bisaka”, en el libro “Instrumentos Musicales de Angola”.
Por la certeza que nos dan los estudios de Carlos Estevan Deive de la llegada de esclavos de Angola y de otras informaciones vinculantes que igualmente se ofrecen en el libro Morir en Villa Mella (1996), donde Hernández mencionó La Bisaka, podemos asumir éste como el nombre primitivo del instrumento de los Congos, la Canoíta.
De igual manera, podemos enriquecer estos aportes de Lizardo y ampliar su investigación si agregamos las transcripciones musicales de cada instrumento, según la expresión tradicional en la que participa y su función (instrumento base o repicador) en el ensamble o familia de instrumentos de cada uno.