El Centro Cultural Banreservas inauguró recientemente una extraordinaria exposición en la que se conjugaron distintos componentes para ofrecer al público visitante, cómo se puede trascender con un proyecto expositivo que supo, desde sus inicios concebir y juntar: arte y carnaval, nos referimos a la exposición majestuosa y bien montada: El arte en la cabeza, título por cierto llamativo, sugerente y bien pensado que  resume el esfuerzo, la originalidad, la particularidad y el talento de artistas dominicanos y extranjeros para, desde el cuerpo, intervenido como soporte, crear distintas formas interpretativas a la manera del artista, para plasmar el carnaval en el rostro y la cabeza de uno grande del carnaval, como lo es Juampa (Juan Francisco de Jesús Vasquez Acosta, abogado, profesor universitario y como dice él, sobre todo carnavalero de Cotuí), premiado por su creatividad, talento, ingenio y estética del cuerpo en el carnaval dominicano, ya reiteradamente reconocida.

Si bien iniciamos con un marco contextual de tan genial proyecto expositivo y de investigación, recayendo sobre el artista del lente y del carnaval, Mariano Hernández, quien un día se tropezó conmigo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y me habló de su proyecto y solo atiné decirle algo que escuché en un reciente panel de acompañamiento d la exposición en el auditorio del Centro Cultural de Banreservas de la voz autoriza de Marianne de Tolentino, es un proyecto único en su concepción y ejecución, dándole mis parabienes y apoyo.

Cerca de 40 artistas de renombre participaron en la propuesta de Mariano Hernández, entusiasmo, inspiración, convicción y talento.

Entre las vicisitudes de este artista por su vocación al carnaval, su entrega cada año, no solo al desfile nacional, sino, a los carnavales que se desarrollan en todo el país, siendo, sin saberlo, un registro memorial gráfico de nuestras manifestaciones carnavalescas a nivel nacional, y por supuesto, sus cambios, fuerza estética, y expresiones artísticas derivadas de tan excelente catarsis social como es el carnaval.

Cerca de 40 artistas de renombre participaron en la propuesta de Mariano Hernández, entusiasmo, inspiración, convicción y talento. Guiomar Toledo, Jorge Severino, José Miura, Juan Bravo, José Luis Bustamante, Leonardo Durán, Carlos Romaguera, Melvin Díaz, Vladimir Reyes, Persio Checo, Inés Tolentino, Ramón Oviedo, Fernando Peña Defilló (Papo), Teté Marella, José Mercader, Said Musa, Omar Molina, José Aguasvivas (Sejo), Jhon Padovani, Tony Capellán, José Morillo, Ciprian Ramírez, José Cestero, Antonio Martorell, Jesús Desangles, Iris Pérez, Mariojosé Ángeles, Geo Ripley, Rosa Tavárez, Julio Valentín, Radhamés Mejía, Julia Hernández, Amaya Salazar, Elsa Núñez, Ángel Urrely, Hilario Olivo, Elvis Áviles, Juan Mayí y Mery Espejo, fueron los artistas en la contraparte del proyecto de Mariano Hernández, en el lente y Juampa, en el soporte corporal.

De todo, me quedó un grato sabor de cómo se vincula el artista a la cultura popular para transmitir una propuesta estéticamente bien lograda, conceptualmente bien sintonizada y creativamente bien plasmada. Pero nadie se imagina, al ver tantos talentos juntos, una producción tan acaba y expuesta que, esta iniciativa anda caminando hace más de cinco años, entre trastornos, limitaciones, motivaciones a los artistas, sacrificios del soporte corporal, tiempo de trabajo, cansancio, persistencia y finalmente, llegar a un producto cultural acabado, bien logrado y exitoso en sus propósitos, combinando talentos, convicciones, adhesiones y dedicación, para entregarnos, Mariano Hernández y todos los protagonistas de esta exposición, su grandeza y calidad.

Por la calidad y lo que representa este proyecto expositivo, debe guardarse como memoria de un gran proyecto expositivo para itinerar el país entero y  que sea, la voz y el rostro del arte dominicano, la gestión de un artista de la fotografía y un carnavalero a tiempo completo, la muestra y entrega, de que se puede hacer un proyecto integral y multifacético que deje un placer y una satisfacción interior como una prueba de arte y cultura popular, y que destaca la calidad estética del carnaval.

La narrativa contada por Mariano Hernández, cada artista en particular y Juampa, de cómo se logra la terminación del proyecto y los traspiés para organizar a los artistas fuera de sus estudios y talleres de trabajo, a Juampa, entre sus horarios docentes y profesionales, además de la ardua gestión organizativa, de logística y artística a la vez de Mariano Hernández, nos entrega un proyecto largo, intenso, laborioso, agotador, entusiasta, y que en muchos casos se fue tejiendo sobre la marcha, para  entregarnos una gran propuesta en la que, incluso, por la temporalidad del proyecto, algunos de los participantes han fallecido, haciendo que su esfuerzo participativo tenga doble significación, como el caso del Maestro Ramón Oviedo y del destacado artista premiado, Tony Capellán.

Quedé impresionado de tan exquisita habilidad de los artistas dominicanos participantes en la identidad de lo solicitado, la sintonía puesta en el objetivo inicial de Mariano Hernández y la destreza, espontaneidad y significación de sus  trazos, signos, puntos y líneas para lograr cada uno una verdadera obra de arte en cabeza, cuello o rostro de quien, con sacrificio de todo tipo, pero entrega a plenitud, prestó su cuerpo, cabeza y rostro, para la musa de los artistas que, cada uno impregnó su estilo, con sus técnicas propias, pero con el entusiasmo de alguien que siente que la historia le puso un compromiso en el camino para dejar sus huellas, sobre un cuerpo que, si bien se limpiaba cada vez, el lente de Mariano Hernández logró eternizar a través de la fotografía, y es ese el valor y la singularidad de eta exposición: El arte en la cabeza.

Una vez más el Centro Cultural Banreservas, bajo la dirección de Mijail Peralta, joven artista y gestor, tira las puertas por las ventanas con esta exposición. Su equipo, al que se sumó innegablemente la museógrafa Teresa Raulina Capellán, y por supuesto, la orientación bien fundamentada de la nueva gestión de Banreservas desde la dirección general de Relaciones Públicas, han logrado impregnar una dinámica al Centro Cultural, apropiada para la ciudad Colonial, con una oferta rica, variada y de mucha calidad. En hora buena.